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martes, 14 de febrero de 2023

La resiliencia es una gran reserva de recursos personales en la vida

 



La Psicología define la resiliencia como la capacidad de saber afrontar acontecimientos adversos de forma constructiva, adaptarse y fortalecerse al pasar una crisis personal. Esa situación puede ser un hecho traumático que ha paralizado nuestra vida cuando menos lo esperábamos.


¿Pero como se comporta una persona resiliente?

Te presentamos seis formas de actuar que te ayudará a ser resiliente ahora que estás en crisis o cuando sea necesario.


1. Reconoces la verdadera magnitud de los problemas y les das una justa proporción, ni más ni menos.

2. Eres capaz de aceptar que a veces no puedes cambiar la realidad, pero si, tu manera de actuar ante ella.

3. Te vuelves creativo para encontrar soluciones para las situaciones que deseas cambiar.

4. Aprendes a tomar la adversidad con humor y a no huir del problema o dejar que se haga más grande, sino a resolverlo favorablemente.

5. Haces consciencia y acomodas la situación a tu favor, sin dejar que influya negativamente en otras áreas de tu vida.

6. Aplicando tus nuevos conocimientos manejas tus emociones y vives pleno y satisfecho con tus decisiones.


Nuestra compañera Dolores Muñoz Donate te da pistas sobre como ser resiliente: 

Resiliencia, actitud y felicidad: Vivir con optimismo para ser más feliz

martes, 12 de abril de 2022

14 características de las personas positivas


Cualidades positivas


José Portillo

Orientador del Teléfono de la Esperanza 


El Diccionario de la R. A. E. define el optimismo en su primera acepción, en los siguientes términos:

"Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable."

Ver el aspecto más favorable de las cosas, indica el hecho de reconocer que todos los acontecimientos vitales no son positivos. Las dificultades existen, y los optimistas aprenden a superarlas en la medida que les es posible, sirviéndose tanto de sus capacidades, como de las ayudas que se les pueden prestar cuando las requieran. A modo de ejemplo, los optimistas realistas creen en sus capacidades para superarse a sí mismos, los pesimistas creen que si se superan en algún aspecto es porque les sonríe la suerte, una dicha que no les durará mucho tiempo, y los optimistas no realistas creen que jamás tendrán dificultades, porque la vida siempre les dará lo que necesiten, de manera que no se encuentren con grandes dificultades.

El optimismo irreal está basado en la noción de pensamiento positivo que caracteriza tantos libros de autoayuda, los cuales enseñan, por ejemplo, que podremos tener todo lo que deseemos en la vida sin esforzarnos para conseguirlo, ya que, al desearlo, nos vendrá mágicamente a las manos.

Echa la distinción entre optimismo real y optimismo no realista, veamos una lista de cualidades de los optimistas realistas.


1. No se comparan con los demás. Mientras que la sociedad occidental competitiva nos enseña a compararnos a la baja con quienes nos superan con creces en algún aspecto, los optimistas no malgastan su tiempo intentando agradar a los demás independientemente del coste que eso les pueda suponer, y, por consiguiente, no se preocupan por lo que los tales puedan pensar o decir de ellos. No dejarse influir por las opiniones y puntos de vista de los demás, no significa que los optimistas ignoran sus limitaciones, ya que son tan conscientes de las mismas, como también lo son de sus cualidades. Superarse a sí mismos constantemente, tiene la consecuencia de que han averiguado el gran impacto que la actitud positiva tiene en su vida.


2. Perciben los fracasos como oportunidades de superación y crecimiento. Mientras que los pesimistas se quejan por la percepción que tienen de sus errores, los optimistas realistas piensan que todas sus circunstancias vitales les pueden aportar enseñanzas útiles. Los optimistas se fortalecen según se percatan de que las situaciones adversas son precisamente las que más les ayudan a crecer, porque, más importantes que las veces que se caen, son las ocasiones en las que se levantan. Es así como se hacen entusiastas por naturaleza.


3. Son sinceros consigo mismos. Los optimistas no tienen la necesidad de fingir que no tienen problemas. Saben que las dificultades existen, y que las tienen para resolverlas, y obtener enseñanzas importantes de ellas. Su mentalidad es constructiva, y no está fundamentada en ideas absurdas. Esta es la razón por la que viven dispuestos a mejorar su vida día a día. El optimismo realista logra muchas veces resolver problemas tales como conflictos de pareja.


4. Son realistas. Los optimistas no realistas ignoran los problemas e incluso en ciertas circunstancias afirman que no existen, lo cual tiene la consecuencia de evitar el miedo característico del afrontamiento a corto plazo, pero, a largo plazo, hace que exageren la gravedad de las dificultades por su negación a resolverlas. Por contra, los optimistas realistas son conscientes de su realidad, y buscan la manera de resolver sus problemas adecuadamente, evitando resignarse pensando que no los pueden resolver.


5. Se valoran positivamente. Tienen alta la autoestima, y saben manejar sus emociones y las emociones de los demás. Obviamente, no consiguen todo lo que se proponen, pero son resilientes, y son capaces de buscar diferentes soluciones a los problemas, hasta que logran resolverlos, en la medida que les es posible.


6. Han aprendido a automotivarse. Los optimistas realistas permanecen activos cuando las situaciones les son adversas. Viven desarrollando constantemente una mentalidad constructiva, que les permite vivir orientados al alcance de sus objetivos.


7. Viven en el presente, y lo disfrutan. Viven el aquí y ahora, y no se atormentan pensando en un pasado mejor que el presente que jamás volverán a vivir, ni en un pasado catastrófico que los dejó traumatizados, ni imaginando un hipotético futuro infernal, que, aunque no tienen todas las garantías de que lo van a vivir tal como lo piensan, podría causarles un sufrimiento tan estéril, como innecesario y dramático. Saben que el pasado ya no existe, y que el futuro aún no les ha llegado. Vivir y disfrutar el momento presente plenamente, favorece su bienestar mental.


8. Establecen objetivos a corto, medio y largo plazo. Vivir en el presente, no significa carecer de objetivos y expectativas. Los optimistas son soñadores que no se resignan pensando que dejarán de esforzarse para superarse a sí mismos alcanzando nuevas metas. Tienen una gran seguridad de poder alcanzar lo que se proponen, y dan la vida por eso, porque, superarse a sí mismos, les produce una gran satisfacción. Saben que sus resultados son muy dependientes de su autoconfianza y de su compromiso personal de autorrealizarse.


9. Tienen una alta autoconfianza. Al creer en sí mismos y en sus posibilidades, desarrollan la creencia de que pueden lograr la gran mayoría de logros que desean alcanzar. Su propensión a alcanzar el éxito es dependiente de la destreza que adquieren al seguir esforzándose cuanto más se les complican las dificultades que se proponen resolver.


10. No se dejan afectar por las críticas malintencionadas. Dado que se valoran positivamente, analizan las críticas que se les hacen para averiguar si las mismas contienen mensajes útiles, de manera que aceptan las críticas constructivas e ignoran las críticas destructivas. Los optimistas realistas saben que todas las opiniones ajenas, independientemente de que les sean favorables, siempre están sesgadas.


11. Tienen el control de su vida. Desarrollan una gran autoconfianza, luchan por lo que quieren, aunque les sea muy difícil conseguirlo, y cuanto más se les agravan sus dificultades, más se automotivan para alcanzar sus metas. Dichas cualidades, unidas a la valoración positiva que hacen de sí mismos y sus circunstancias vitales, les fortalece mentalmente, y por eso ejercen un gran control sobre su vida.


12. Desarrollan el sentido del humor. El humor viene a ser como una luz que les indica a los optimistas la salida del laberinto de sus dificultades, y por eso encuentran algún aspecto cómico en las mismas que les ayuda a reducir el impacto característico de los pensamientos limitantes. El humor ayuda a los optimistas a relativizar sus dificultades.


13. Observan sus circunstancias vitales en su contexto. Relativizan sus circunstancias vitales, porque, lo que les está sucediendo actualmente, no tiene por qué seguir sucediéndoles mañana.


14. Son auténticos. Son un ejemplo a seguir para los demás, a modo de ejemplo, porque, sus reflexiones y actitudes, suelen ser percibidas como inspiradoras.

 

Otro artículo de José Portillo:

La falsa autoestima, una máscara que oculta debilidades


martes, 4 de agosto de 2020

5 consejos para cultivar la resiliencia en tiempos de pandemia






Beatriz Martínez
Orientadora del Teléfono de la Esperanza


He de decir que escuché esta palabra, por primera vez, ante una terrible y durísima situación personal y en lo que ha sido mi vida hasta ahora, ha cobrado realmente sentido.
La vida es un viaje apasionante, con muchos retos, con situaciones adversas, dolorosas, con sufrimiento y cuando aprieta, frente a la alternativa de “tirar la toalla” o desmoronarnos, tenemos la de remontar o recuperarnos.

¿Qué es la resiliencia?
El término como tal procede de campos tan dispares como la ingeniería, la física o la metalurgia y se refiere a la “capacidad de los materiales de recobrar su forma original después de haber sido sometidos a algún proceso de presión deformadora”.
De ahí se extrapola a campos como la psicología, la educación e incluso a la empresa; a individuos y a grupos.
“Es una capacidad universal que permite a una persona, grupo o comunidad prevenir, minimizar o superar los efectos perjudiciales de la adversidad” (The International Resilence Proyect, Canadá 1996).
Es necesario distinguir entre resiliencia y resistencia.
Podemos “resistir” ante una adversidad, llevar a cabo una oposición ante algo externo, sin llegar a rompernos, aguantar estoicamente. Pero toda lucha, enfrentamiento o pelea genera sufrimiento, resignación y victimismo. De esta forma podemos salir maltrechos, sin capacidad de recuperación o superación y con heridas emocionales y/o espirituales.
O podemos ser más flexibles, más activos, con capacidad de adaptarnos a las circunstancias que nos toque afrontar. Adoptar la capacidad de empezar de nuevo e incluso de salir fortalecido. Similar a como se comportan árbol, y junco ante un huracán. Posiblemente el árbol es más fuerte y más “resistente”, pero será el junco el que se mantenga en pie. Como también al bambú que le salva su flexibilidad, no su rigidez.
“La Resiliencia es el arte de navegar en los torrentes, el arte de metamorfosear el dolor, para darle sentido; la capacidad de ser feliz incluso cuando tienes heridas en el alma. Más que resistir, consiste en aprender a vivir” Boris Cyrulnik.
Tampoco es una actitud de impasibilidad ante los problemas. Los problemas nos afectan, por supuesto, pero existe la creencia o al menos la intuición de que es posible salir de la situación y de que, aunque no se puede cambiar, sí se es capaz de afrontarla con buena actitud.
Utilizar la resiliencia no consiste tampoco en ser insensible. Creo que las emociones son poderosas. Vincularse emocional y personalmente con los problemas, aceptar el dolor y llorarlo, puede ayudar a hacer acopio de argumentos, emociones y razones para vivir “a pesar de”.

Foto: www.revistaemprende.com

¿Es posible entrenarla?
Rafaela Santos, neuropsiquiatra y presidenta desde 2010 del Instituto Español de Resiliencia, concluye que sí, que se puede aprender y fomentar. Todo ello, como concluye en sus investigaciones, gracias a que no es exclusivamente un recurso psicológico, sino que se basa en una “respuesta neuronal adaptada” que se puede modelar (neuro-modelación).
Según explica Santos, podemos ante una situación adversa, enviar al cerebro distintas informaciones. El cerebro, a la vista de estas informaciones, atenderá la situación como un problema o como un reto. Ante el problema se activa el miedo, se segregan cortisol y adrenalina, que nos preparan para la huida, la lucha o el stress (la resistencia de la que hablábamos más arriba). Si lo interpreta como un reto, se segregan otras sustancias como la oxitocina por ejemplo y se desarrollan actitudes de confianza y bienestar, encaminándonos hacia una “actitud resiliente”.

¿Cómo podemos cultivarla?
Hay una serie de aspectos personales en los que podemos trabajar:

1. Seguridad personal. Confianza en uno mismo. Autoestima. El amor a uno mismo está muy relacionado con el amor que sienten los demás hacia nosotros, con la forma en que nosotros lo percibimos y en el amor que sentimos por los demás. El amor compartido va construyendo nuestra seguridad. Crear y fomentar ambientes llenos de amor aumentan nuestra autoestima y nuestra seguridad. Saberse parte de un todo, ser conscientes de que desde nuestro sufrimiento podemos ayudar, constituye en muchas ocasiones una poderosa razón para seguir.
2. Desapego de las situaciones. Cuanto más nos apegamos a una situación adversa, más vulnerables nos sentimos. Ser capaz de mirarla desde la distancia, verla desde distintas perspectivas, nos puede ayudar a entenderla y gestionarla mejor. Puede ayudarnos a no mantener la situación o su representación en nuestra mente (incluso en sueños), a no prolongar el sufrimiento en el tiempo.
3. Optimismo. Pensar bien sobre el futuro. No dejarnos llevar por pensamientos negativos. ¡Todo va a salir bien! Un buen aliado sería el sentido del humor que nos ayuda a relativizar las situaciones. Y  ¡¡como no!! divertirse (cada uno según su gusto), también ayuda a aprender el arte de vivir.
4. Educar la fuerza de voluntad, planteándonos objetivos realistas, claros, sin abandonarnos a la inacción. Para ello es muy útil vivir de forma consciente y ordenada aquellas situaciones que nos tambalean. Tomar cierto autocontrol de forma deliberada y evitar esa tendencia a huir de la dificultad y abandonarse. Al final la voluntad de que el deseo de transformación se ejecute está, un poco en nuestras manos de cara a la obtención de un propósito de vida significativo.
5. Saber pedir ayuda. En nuestra sociedad a veces entendemos que pedir ayuda es síntoma de debilidad. Ante una situación difícil es vital reconocer nuestros puntos fuertes y débiles y para estos últimos saber que pedir ayuda será la mejor forma de que no nos bloqueemos. Todos tenemos un círculo de confianza, una referencia de donde o a quién acudir para pedir ayuda o simplemente ser escuchados. Es una ayuda valiosísima para abarcar un proceso de adaptación y transformación positiva.

La resiliencia en tiempos de pandemia.
En estos tiempos que vivimos podemos preguntarnos cómo se ha puesto a prueba nuestra capacidad de resiliencia.
Si mi seguridad personal está condicionada por las relaciones interpersonales, el confinamiento, sin lugar a dudas ha podido influir negativamente. Nos hemos visto forzados al aislamiento y esto ha podido generar inseguridades. Pero un confinamiento físico no debería ser confinamiento social. Hemos seguido fomentando (y debemos seguir haciéndolo) las relaciones sociales (reinventándonos). Debemos cuidarlas contribuyendo así a crear ese clima amoroso que refuerza nuestra autoestima y que es como hemos visto más arriba clave para fomentar la resiliencia.
Aceptemos la realidad y en vez de apegarnos al sufrimiento reflexionemos sobre cuestiones como estas:
¿Con esto que está pasando qué podemos hacer? ¿Qué hacemos ahora ante esta situación, ante esta perdida? Ayudar a una actitud resiliente no enfocar la atención en lo que he perdido, sino en lo que me queda.
Con lo que tenemos, con lo que se nos permite hacer ¿cómo puedo reinventarme? ¿De qué recursos personales, fortalezas puedo hacer uso?
¿Qué hemos aprendido o estamos aprendiendo de la situación?
¿Cuántas personas se han solidarizado ante el sufrimiento ajeno y han sacado lo mejor de ellos mismos?
¿De cuántas cosas hemos sido capaces de reconocer el valor al echarlas en falta?
¿Cuántas habilidades y destrezas hemos improvisado para relacionarnos?  
¿De cuántas pequeñas cosas hemos podido o podemos aprender a disfrutar?
Démonos cuenta que en la respuesta a estas preguntas están las claves para una actitud resiliente.
Ahora que sabemos más de lo que significa resiliencia y que, incluso reconozcamos en nosotros mismos fortalezas resilientes en algún momento de nuestras vidas. Como curiosidad quizás entendamos mejor la elección del presidente francés Enmanuel Macron, del nombre con el que bautizó la operación que moviliza el ejército para la ayuda y el apoyo de la población y de los servicios públicos para afrontar la pandemia: “Resilience” (Resiliencia).

Leer más:

jueves, 30 de julio de 2020

4 lecturas sobre salud emocional para el mes de agosto


Autoconocimiento
Foto: https://www.bbva.com/es/aplicaciones-leer-libros-movil/


El sábado comienza el mes de agosto y aquí en 'El tiempo de la esperanza' continuaremos con las publicaciones de los voluntarios del Teléfono de la Esperanza de Málaga. Durante las próximas cuatro semanas, dos orientadores, un voluntaria de acogida y una psicóloga reflexionaran sobre diversas cuestiones de salud emocional, todas ellas muy actuales.

Este será el calendario de publicaciones:

4 de agosto. Cómo ser una persona resiliente. Beatriz Martínez

11 de agosto. Conflictos familiares. ¿Qué hacer cuando la orquesta toca desafinada?.  Ana Laxmi Thakurdas,

18 de agosto. La falsa autoestima. 


sábado, 21 de septiembre de 2019

CON OTRAS GAFAS / Siempre fuerte. A por el millón de donantes




Pablo Ráez vivió una corta pero intensa vida que conquistó el corazón de todo el mundo con su lucha personal contra la leucemia, su afán de superación y el coraje de convertir su dura experiencia personal en una causa social de primer orden. Miles de personas sufren esta enfermedad en España, pero las donaciones de médula ósea para neutralizarla eran muy bajas hasta la gran campaña de Pablo Ráez. Cuando murió, en febrero de 2007, las donaciones en la provincia de Málaga se multiplicaron un 1.400% y pasaron de 9 a 70 diarias en Valencia. El eco de Pablo, con su voz limpia y clara, llamando a las donaciones incentivó a que miles de personas dieran el paso de hacerlo en todo el país.
Esta semana, RTVE ha emitido el documental 'Siempre fuerte, la historia de Pablo Ráez'. Se trata de un detallado trabajo audiovisual en el que vimos a un Pablo niño, deportista, luchador contra la enfermedad y en crecimiento y maduración personal constante. Con 19 años recibió un trasplante de médula ósea de su padre, Paco Ráez, y aseguró que la leucemia le había enseñado mucho en la vida. Sus reflexiones parecían la de una persona mucho más mayor. Así lo transmite en el vídeo Andrea Rodríguez, profesora de yoga, que se enamoró del joven marbellero y compartió los últimos meses de vida con él.
El documental transita por la etapa de euforia de Pablo tras el trasplante y la recaída posterior en la que vivió meses de hospitalización y complicaciones sin rendirse en ningún momento.  Y todo lo transmitió con naturalidad. Desde pequeño gustó de verse a si mismo en vídeo y durante toda su vida vivió de alguna manera "de cara al público". Ya en pleno desarrollo de la enfermedad utilizó su sencilla y eficaz forma de comunicar para inundar las redes sociales de mensajes positivos. "Esto no es una historia de penas, es una historia de superación y fuerza", dijo Pablo.
Su muerte multiplicó el efecto de la causa que promovió, transmitiendo una gran ola de energía positiva a favor de la promoción de las donaciones de médula ósea que se reflejó en los informativos de las grandes cadenas de televisión, los grandes espacios deportivos y la gala de los Goya. 
La fuerza del inabarcable corazón de Pablo Ráez ha vuelto a conmovernos esta semana. El reto de alcanzar el millón de donantes sigue latiendo, regalando vida a los enfermos de leucemia.

Siempre fuerte, la historia de Pablo Ráez:
http:// http://www.rtve.es/alacarta/videos/documaster/documaster-siempre-fuerte-historia-pablo-raez/5391727/

jueves, 23 de agosto de 2018

Resiliencia, actitud y felicidad: Vivir con optimismo para ser más feliz


Foto: http://elpsicoasesor.com





Dolores Muñoz Donate
Voluntaria del Teléfono de la Esperanza 

Conseguir la felicidad es un objetivo que todos tenemos. Para lograrla es fundamental VIVIR CON OPTIMISMO. Sí, pero uno no se levanta por la mañana y dice voy a ser optimista y ya está. No es suficiente, hay que ir trabajándolo durante todo el día.
Hoy quiero hablaros de algunos temas que ayudan a ser más optimistas y, en consecuencia, también más feliz.

ANALIZA TU VIDA ACTUAL
Lo primero es prescindir de las comparaciones con otras personas y observar nuestra situación actual: como soy, que tengo, como me siento antes las dificultades, que motivos tengo para estar alegre…
A veces te das cuenta que las comparaciones son odiosas.

RELATIVIZA. NADA ES TAN IMPORTANTE
¿Te ha pasado que te enfadas enormemente y al cabo de unas horas te das cuenta que no era para tanto? En muchas ocasiones tendemos a magnificar aquellas cosas negativas que nos ocurren. Casi todo tiene solución y se trata de buscarla. Es más importante ocuparse y buscar la salida que preocuparse sin dejar  de darle vueltas.
Y si no hay solución no queda otra que aceptarlo e intentar que el enfado sea corto. Pero que nada te impida descansar y estar a pleno rendimiento al día siguiente.

CUIDATE
Estamos atentos  a que nuestra familia, amigos y compañeros estén  bien y nos olvidamos de nosotros mismos. Para poder cuidar es imprescindible que te cuides. Dedícate un tiempo y un espacio  para ti, practica  tu hobby favorito, sal a dar un paseo, medita, practica deporte. En definitiva, haz algo que te satisfaga.

ACEPTA LOS ERRORES Y NO TE CULPES
Todos nos equivocamos porque todos hacemos. Hay que estar atento e intentar hacer las cosas lo mejor posible. Pero es inevitable que a veces surjan errores. Esto no debería servir para culparnos si no para ayudarnos mejor en el futuro.

APRENDE A DECIR NO Y VIVE TU VIDA
Por compromiso, por inercia, por no querer enfrentarnos…vivimos la vida que nos marcan los demás. Aprende a decir NO (con cortesía) y empieza a vivir más y mejor tu vida. Tendrás más ilusión, optimismo y felicidad. Decir no,  se aplica a lo pequeño y a lo grande. Significa decir “no me apetece ver esta película y prefiero estar leyendo”. También es “no estoy a gusto en mi trabajo y voy a dar pasos necesarios para dedicarme a otra profesión en el futuro”.
La actitud con que llevemos nuestra vida con sus venturas y desventuras también es muy importante.
Puede que algunos días nos cueste salir de la cama y comenzar el día, pero querer estar feliz para vivir un nuevo día, y no vivir cansados y amargados solo depende de la actitud con el que afrontemos el nuevo día.

VOY A TENER UNA BUENA ACTITUD VOY A VIVIR ESTE DIA CON ALEGRIA.
¡HOY VOY A SER FELIZ!   
Ser resilientes  también nos hace ser más felices.

¿Que entendemos por resiliencia?
La resiliencia es un proceso individual donde la persona logra adaptarse a cualquier adversidad, trauma, tragedia, amenaza…
La resiliencia no es un rasgo que la gente tiene o no tiene. Incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona.

CARACTERISTICAS DE LAS PERSONAS RESILIENTES.
Son conscientes de sus potencialidades y limitaciones. El autoconocimiento es un arma muy poderosa para enfrentar las adversidades y los retos.
Son creativas. No se limitan a pegar el jarrón roto, es consciente de que ya nunca volverá a ser el mismo. El resiliente  hará un mosaico con los trozos rotos, y transformara su experiencia dolorosa en algo bello o útil, de lo vil saca lo precioso.
Confían en sus capacidades.
Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender ¿Qué puedo aprender yo de esto?
Viven aquí y ahora. El pasado forma parte del ayer, y el futuro no les aturde.
Ven la vida con objetividad, pero siempre a través de un prisma optimista.  

La felicidad es como un mantel, un gran mantel de cuadros sobre una pradera soleada, con vino, quesos, frutas, chocolates para
darnos un gran festín. Pero el mantel se ensucia, a lo mejor a alguien se le cae una copa de vino sobre el mantel se mancha terriblemente. Algunos arruinaran tan maravilloso día por una mancha, que es probable que no se borre para siempre, otros disfrutaran de su picnic a pesar de la mancha.
La felicidad es aprender a seguir con nuestra vida, apreciando lo que importa, por encima de sus imperfecciones…



viernes, 28 de abril de 2017

Resiliencia: Los 10 hábitos de las personas resilientes


Aprender resiliencia
Foto: http://transformatuestres.blogspot.com.es

La capacidad de resiliencia de las personas ante situaciones duras o traumáticas en la vida fue abordada por Juan Sánchez en su tertulia semanal con Antonio Ismael y Celia Bermejo en Onda Azul Radio el pasado lunes.

Y, ¿qué es la resiliencia?

Juan Sánchez lo explicó así:
"Resiliencia es una palabra que viene de la Física y se refiere a la capacidad de ciertos materiales de recobrar su forma original después de ser sometidos a procesos de presión que los deforman".
"En las personas, se trata de la capacidad de superar situaciones traumáticas y de salir incluso fortalecidos de ellas. Es frecuente que personas que han superado un cáncer o un divorcio, se sienten fortalecidas".

Ante las situaciones traumáticas, las personas pueden tomar dos caminos, el de la tristeza, la melancolía y la depresión o el de fortalecerse. Este último requiere de un aprendizaje porque no se nace con resiliencia, si no que se aprende.
A continuación enumeró hasta 10 actitudes que se pueden convertir en hábitos resilientes:

  • Aceptar los cambios en la vida
  • No estar anclados en el pasado. Vivir en el aquí y ahora
  • No perder nunca la esperanza
  • Tener fe. Desde el punto de vista religioso u otro
  • Tener sentido del humor
  • Cambiar el enfoque de las cosas
  • Alimentar los factores positivos que tenemos en la vida
  • Trabajar la fuerza interior: descubrir nuestras limitaciones y potencialidades
  • Disfrutar de las pequeñas cosas del día a día


La gran enseñanza es aprovechar estas situaciones de crisis para aprender a afrontar otras difíciles que podrán venir.


Escucha el audio (a partir del minuto 7.50)
http://www.ondaazulmalaga.es/radio/podcast/malaga-al-dia-3-hora/55202

Leer más:
10 consejos para construir resiliencia personal