Aurelia González
Coordinadora del Programa Alienta para la prevención del suicidio
El Teléfono de la Esperanza lleva a cabo desde 2014 el
‘Programa Alienta’ para la prevención del suicidio que puso en
marcha el Ayuntamiento de Málaga.
Los objetivos planteados son fundamentalmente
cuatro:
a) Prevenir la conducta suicida en usuarios
de los Servicios Sociales.
b) Capacitar a los trabajadores de dichos
servicios (informantes clave) en la identificación de población en riesgo
suicida.
c) Conocer la relación entre fortalezas
personales y riesgo de suicidio
d) Dar respuesta de apoyo, asesoramiento y
tratamiento psicológico a los casos detectados en los distintos distritos.
Si revisamos los datos que aporta el INE en 2016 en relación con la
conducta suicida en España, el número de personas fallecidas por esta causa fue
de 3.569, por lo que la tasa de incidencia es de 7,5 por cada
100.000 habitantes. Dicha incidencia aumenta hasta un 8,13/ 100.000
habitantes si nos centramos en Andalucía y hasta 9,11/100.00
habitantes en la provincia de Málaga.
Consideramos que estos datos justifican por si mismos la
continuación del ‘Programa Alienta’ y la sensibilización por
parte de la sociedad en general, ante dicha conducta.
Continuamos contando con la colaboración de las entidades que nos
han acompañado durante este periodo, uniéndose al programa nuevas
instituciones como el Colegio de Farmacéuticos, el Colegio de
Médicos y el Colegio de Trabajadores Sociales.
Analizaremos de forma más detallada las actividades llevadas a
cabo para la realización del programa por el Teléfono de la Esperanza.
25 informantes clave
En 2018, han realizado la formación en
sensibilización de la conducta suicida 25 informantes claves, entre
trabajadores sociales, educadores sociales, enfermeros y psicólogos de los
distritos Bailén-Miraflores, Carretera de Cádiz, Campanillas, Palma-Palmilla,
Churriana, Este, Teatinos y las ásrea de Igualdad y Vivienda del
Ayuntamiento de Málaga.
El contenido de esta formación ha estado relacionado
con el análisis de las características de la conducta suicida
y los mitos y realidades de la misma. Se ha valorado la importancia
que tienen los informantes clave en la detección de dicha conducta,
así como los principales factores de protección y de riesgo que posee el ser
humano para poder afrontar las adversidades.
De forma especial hemos analizado cómo esta
conducta afecta a las familias y personas más
cercanas. Para concluir la formación, hemos revisado casos
concretos con los que los informantes claves se han encontrado en el trascurso
de su actividad laboral.
En el periodo que va desde enero a junio de este año, los
orientadores del Teléfono de la Esperanza han atendido 64 llamadas
telefónicas de personas que directa o indirectamente tenían
relación con la conducta suicida.
Así mismo, los psicólogos especialistas del Teléfono de la
Esperanza, han realizado intervención terapéutica dirigida a ayudar
a 27 personas que tenían riesgo de realizar algún tipo de conducta
suicida.
Taller de Supervivencia
Otro recurso que ha ofrecido el Teléfono de la
Esperanza al ‘Programa Alienta’ ha sido el Taller de
Supervivencia.
Este taller va dirigido a personas cuyos familiares han llevado a
cabo un suicidio o intento de suicidio. Se ha trabajado la comprensión y
canalización de las emociones, se ha ayudado a los familiares a comprender el
acto suicida, a dar un nuevo sentido a la estructura familiar e
integrar en sus vidas el acontecimiento suicida. El número de
asistentes, durante este año ha sido de 18 personas, con gran
implicación de sus miembros y la percepción personal de mejoría significativa.
Divulgación
También se ha distribuido a los diferentes profesionales que
trabajan en los Servicios Sociales trípticos divulgativos sobre los
conceptos básicos de la conducta suicida y los recursos que el Teléfono
de la Esperanza ofrece a través de los diferentes talleres y cursos, para
mejorar la salud emocional y la prevención de
las situaciones en crisis.
El próximo año nos hemos planteado continuar con
la promoción de la sensibilización ante este
problema social e implicar a un mayor número de colectivos que están en
contacto directo con la población en riesgo y mantener seguimiento, apoyo e
intervención a aquellas personas que se encuentran inmersas, de alguna manera, en la conducta suicida.