El blog de la ayuda psicológica gratuita del Teléfono de la Esperanza de Málaga
lunes, 28 de septiembre de 2009
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sábado, 26 de septiembre de 2009
En los inicios de Villa Esperanza
Villa Esperanza, la casona de dos plantas en la que asienta el teléfono desde 1976, ha
sido remozada. Por dentro y por fuera. Después de dos años de trabajos de
rehabilitación, dentro de unos días podremos trabajar en ella en unas
instalaciones amplias, confortables y modernas. La ayuda de entidades como
el Ayuntamiento de Málaga, Cajamadrid, Ikea, la
constructora Hexa y Cajamar han sido fundamentales para sacar adelante
el proyecto. La caja madrileña ya mantenía una línea de colaboración estrecha
con el Teléfono de la Esperanza apostando por respaldar un
proyecto de cooperación en Honduras.
A
un mes escaso de la inauguración de la sede rehabilitada, he querido acercarme
a los pioneros del teléfono en Málaga. Una persona clave en los
inicios fue Salvador Rodríguez de Tembleque. La organización
fue fundada por Serafín Madrid, hermano de San Juan de Dios, en
Sevilla en 1971. En esas fechas, en Málaga, Salvador, que trabajaba
en una asesoría jurídica, recibía peticiones de ayuda a través de María
Salud, su mujer, profesora en la humilde barriada de La Palmilla.
"Uno de los casos era el de un hombre que dejó embarazada a su hija.
Nosotros empezamos a ayudar porque nos salía del corazón. Ví que en Londres y
Nueva York funcionaba la organización 'El Buen Samaritano' y en Sevilla ya
estaba el teléfono. Contacté con Pedro Madrid, hermano del
fundador, y me dijo que buscara un local y un equipo de gente".
Rodríguez
de Tembleque, una persona de hondas convicciones cristianas, le pidió al
entonces obispo, Ramón Buxarrais, el nombre de un cura para sumarse
al proyecto y éste le dio el de Sergio Ferrero, "que se volcó
en seguida" abriendo una vía que seguirían con entusiasmo profesionales
como el abogado Carlos Linares, el psiquiatra Fernando
García y dos psicólogos de la Universidad Laboral. En el
grupo inicial también estuvieron los voluntarios Manolo Montes y Ángel
Medina.
Cuenta Salvador que el respaldo del
gobernador civil, José María Aparicio, sirvió para que
instituciones como el Ayuntamiento de Málaga y la Diputación también
apoyaran el proyecto.
Tras varios años de trabajo informal de los
voluntarios, el Teléfono de la Esperanza se abrió oficialmente
en Málaga en 1976, con Sergio Ferrero como primer director,
"porque un sacerdote está disponible día y noche". En aquellos años
de cambios sociales y políticos e ilusión colectiva, decir ayuda era abrir
puertas. El equipo fundador compró la parte de arriba de Villa
Esperanza por 2,5 millones de pesetas y, pasado un tiempo, el Banco de
Bilbao condonó la deuda pendiente. Había entusiasmo en los pioneros y su
entorno. Los autores de las letras de forja Villa Esperanza regalaron
su trabajo y más adelante Caja de Ronda entregaría un piso
para acoger a jóvenes solteras embarazadas.
En
los años setenta y primeros ochenta, profesionales del día a día en la calle
como taxistas y policías tenían en cuenta al teléfono y colaboraban derivándole
casos de personas que buscaban ayuda. Los propios voluntarios salían a la calle
a resolver situaciones de emergencia. "Llamó un hombre desde un bar diciendo
que tenía un cuchillo e iba a matar a su mujer. Cuando llegué allí, Sergio estaba
hablando con él y el cuchillo encima de una mesa", rememora Rodríguez
de Tembleque. Otra noche de tensión se vivió cuando una chica francesa
fue encontrada en un banco en la calle. Su novio la había abandonado y estaba
enferma. El equipo de voluntarios contactó con el cónsul de Francia y consiguió
que una enfermera la acompañara en el viaje en avión a París para encontrarse
con su familia.
En
los inicios también hubo momentos duros, de impotencia como el caso de una
estudiante que anunció su suicidio. La chica no pudo ser localizada a pesar de
los contactos con el rector de la Universidad y los vecinos de la zona donde se
le situaba "que se sumaron a la búsqueda espontáneamente". Además
recuerda con desparpajo que un suicida frustrado llamó "traidores" a
él y sus compañeros cuando los vio llegar a donde estaba con la policía.
Todo eso ocurría en los tiempos de los
'equipos volante' del Teléfono de la Esperanza, una suerte de
'unidad de calle' que luego sería suprimida.
Manolo Montes, pionero en el servicio de orientación, recuerda la espontaneidad en los
comienzos de lo que hoy es un servicio integral, multidisciplinar, aconfesional
y apolítico. El teléfono estaba y está abierto a todo tipo de gente angustiada.
"Éramos gente de buena voluntad que teníamos aprendido lo que es la
escucha del trato con la gente". Todos atendían las llamadas y luego los
sábados "nos reuníamos los voluntarios con un psiquiatra, un psicólogo, un
médico y el cura y poníamos sobre la mesa nuestros casos para ver los fallos y
cómo actuar".
Rodríguez de Tembleque coincide en "el sentido y la eficacia de aquellas
reuniones" y valora el cambio que ha experimentado hoy la asociación con
un enfoque profesionalizado. Asegura sentir el teléfono "como un hijo
mío" y revela que "después de casi 40 años, lo que no sabes te lo
enseñan". Tras los primeros años de romanticismo, éste manchego enraizado
en Málaga, como el resto del equipo, se formó y llegó a ser orientador
familiar. Hoy a sus 80 saludables años, acude cada miércoles a practicar la
escucha activa y sigue en formación permanente. Ha estudiado varios cursos de
Teología y enseña su carnet del Aula de Mayores de la Universidad donde aprende
Informática.
martes, 22 de septiembre de 2009
La epidemia del siglo XXI
sábado, 19 de septiembre de 2009
Salud emocional en Cochabamba
El lunes pasado acabó la Semana de
Una de las cuatro líneas de actuación del Teléfono de
Un total de 346 personas se beneficiaron del proyecto al formarse en recursos para la salud mental y emocional, de forma que la auditoría final destaca que un 85% de los participantes son capaces de evitar una crisis emocional propia o en su entorno. Hasta 171 personas recibieron ayuda en el Servicio de Intervención en Crisis (89 en llamadas telefónicas, 50 en talleres de crisis específicas y 32 en entrevistas). Otras 125 participaron en las actividades de Promoción de Salud Emocional, de las que 55 asistieron a conferencias,
La mejora de los recursos sociales en salud mental y emocional supuso también un importante trabajo de Fomento del Voluntariado en el que se formó a 50 vecinos de Cochabamba, 40 de ellos en el programa de Orientación Familiar y 10 en el Programa de Agentes de Ayuda.
El programa tuvo un presupuesto de 14.711 euros, de los cuales el Ayuntamiento de Málaga aportó 5.164 euros dentro de las ayudas a programas de desarrollo de 2008. Un dinero bien invertido. En promover salud emocional en un país con pocos recursos comunitarios.
El Teléfono de
Hay mucho que hacer en todos los campos de la cooperación internacional. Como botón de muestra, podéis ver el reportaje que 'Informe Semanal', de TVE, emitió el pasado sábado 12 de septiembre sobre la cooperación oficial española en Senegal. A partir del minuto 38 del vídeo. Ahí se muestra como 'enseñar a pescar' a los jóvenes senegaleses para que no tengan que soñar con un futuro lejos de sus pueblos.
sábado, 12 de septiembre de 2009
"El ser humano debe promover una cultura del ser, no del tener"
lunes, 7 de septiembre de 2009
La crisis eleva un 22% las llamadas al teléfono
La crisis también ha llegado al teléfono con sus incertidumbres y sus angustias. Casi el 28% de la población activa de la provincia de Málaga estaba en paro al final del segundo trimestre de 2009 y eso se ha notado en el crecimiento del número de llamadas. Hasta el 12 de agosto pasado, el Teléfono de
Juan Sánchez Porras, su presidente, detecta que “cuando la economía falla, no se paga la hipoteca o no se hacen frente a otros gastos, la convivencia familiar se resiente y surgen los conflictos”.
Unos usuarios llaman y preguntan “¿y ahora que hago yo”? al verse sin trabajo y con pagos inminentes que afrontar. Otros buscan apoyo para aguantar situaciones de crisis prolongadas en las empresas. “¿Y si me toca a mí?” es la cuestión que se plantea el que ve cerca un posible despido.
Los conflictos son más agudos cuando la pareja o la unidad familiar no están consolidadas. Así comienzan los estados de ansiedad. Pero, ¿qué respuesta ofrecen los orientadores a las personas en crisis por los problemas económicos?.
Los voluntarios que están a la escucha las 24 horas del día comienzan por ‘desangustiar’ a las personas que llaman en situación de angustia. Luego les ofertan una serie de recursos y cómo dirigirse a ellos. Éstos pueden ser de tipo psicológico, psiquiátrico o jurídico en el caso de que se vean amenazados por embargos, desahucios y otras acciones legales. También los derivan a servicios asistenciales como los comedores sociales o repartos de alimentos que se vienen haciendo en los últimos meses. Bancosol y Unicaja pusieron en marcha en mayo una iniciativa por la que se están repartiendo 72.000 cheques-menú de comida gratuita en la ocho provincias andaluzas durante seis meses. Además, en julio se activó otra operación de reparto de comidas, denominada ‘Respiro Solidario’.
A fecha de hoy, 7 de septiembre, el número de llamadas el número de llamadas recibidas éste año es 3902 y se han atendido 79 consultas en la sede de la calle Lagunillas. Las consultas femeninas fueron 2.627 frente a las 1.348 masculinas y las problemáticas emocionales y familiares coparon la mayoría de las peticiones de ayuda. Así, hubo 1.712 solicitudes de orientación psicológica y psiquiátrica, 681 por conflictos familiares, seguidos de lejos por 105 asistenciales, 64 jurídicos y 18 religiosos. Un amplio apartado titulado ‘otros’ agrupa 647 y 964 fueron llamadas periféricas.
Tras las cifras, los conflictos personales y familiares, un termómetro de una sociedad en crisis. A éste lado del teléfono, un puñado de mujeres y hombres dispuestos a escuchar. Orientar. Y dar salidas. Como dijo Martín Luther King, “si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”.
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Conocerse para ser felices
Los cursos que enseñan a disfrutar de una buena salud emocional son una de las áreas clave en el Teléfono de la Esperanza. El crecimiento personal, la comunicación positiva y el ejercicio de las funciones de padres y educadores son varias de las materias que se enseñan. Para todo ello es bueno conocerse a si mismo, saber quién soy y porque me comporto como lo hago. El teléfono promueve esa actividad de explorarse personalmente en los cursos de Conocimiento de si Mismo. Muchos de los propios voluntarios de la asociación han realizado este ciclo formativo como paso previo a sus tareas de orientación a las personas que demandan ayuda. Antonio Morilla es uno de ellos y tiene claro que después de haberlo hecho "vivo el período más feliz de mi vida, vivo más consciente". Enriquecimiento, aprendizaje sobre si mismo, conducta sana y felicidad son los beneficios que obtuvo en unas sesiones de orientación personal que se organizan en cuatro días. El curso se inicia un jueves y finaliza el domingo siguiente por la tarde. Comienza con una charla general impartida por un psicólogo experimentado y después continua con trabajo en grupos sobre aspectos de lo escuchado. Cada participante completa un test de conocimiento de si mismo "para ver que posibles conductas debe cambiar para desarrollar una personalidad más sana", explica Antonio.