martes, 31 de julio de 2018

5 artículos sobre salud mental para leer en agosto


salud mental
Foto: https://ateneapsicologia.com

Hoy termina el mes de julio, primera parte del verano en la que nuestros voluntarios te han dado pistas para reflexionar sobre diferentes aspectos de la salud emocional y la educación. Remedios Gámez nos contó como vivir el verano con adolescentes, José Portillo se adentro en la búsqueda de la felicidad, Juan Manuel Martín nos dio 5 claves para superar la dependencia emocional hacia otra persona y Carlos López buceó en las entrañas de la tristeza para aprender a aceptarla y superarla.

Entramos en agosto y nuestros voluntarios han preparado cinco artículos más que se publicarán aquí cada jueves. Este es el calendario de publicaciones:

2 de agosto. Remedios Gámez nos va a detallar una serie de principios básicos para educar de forma sana a los adolescentes.

9 de agosto. Jesús García Toribio escribe sobre la autoestima y las trampas del mundo actual. La presión publicitaria para "ser feliz" consumiendo productos o siguiendo tendencias es abrumadora, pero la aceptación y la seguridad solo la podemos encontrar en nosotros mismos.

16 de agosto. José Portillo adelanta en este artículo las pautas generales del taller 'Separación afectiva' que impartirá a partir del 18 de septiembre durante doce semanas.

23 de agosto. Dolores Donate se adentra en el concepto de resiliencia. Aprenderemos a saber que es este proceso natural para adaptarse a los cambios y pérdidas en la vida y también a cultivarla.

30 de agosto. Ana Manrique pone el foco en el aumento de suicidios entre jóvenes que ya es un problema destacado de salud pública. Para prevenirlos, es necesario seguir de cerca como maduran en la vida, sus procesos psicológicos y hablar de salud mental en los centros educativos.

sábado, 28 de julio de 2018

CON OTRAS GAFAS / Nuevos voluntarios que dan lo que tienen


Inmigrantes y voluntarios de AndaLimpia en el Monte Victoria. Foto: www.diariosur.es

Un grupo de malgueños, unidos en la asociación AndaLimpia, dedica su tiempo de voluntariado a la encomiable labor de limpiar los entornos naturales del municipio de Málaga, es decir, enclaves que están situados en la misma ciudad y sus alrededores. Cada una de las acciones de este colectivo se lleva a cabo en una playa, un río o un monte malagueño donde retiran papeles, botellas y cualquier tipo de desperdicios y basuras.
La sensibilidad por el medio ambiente y la conservación de los espacios naturales debe ser compartida por niños, adultos y la sociedad en general. Una de las últimas actividades de este grupo ha consistido en limpiar el Monte Victoria, también conocido como 'monte de las tres letras', y situado muy cerca de la sede del Teléfono de la Esperanza de Málaga. El grupo de voluntarios se vio ampliado con la presencia de jóvenes inmigrantes procedentes de África. Son usuarios de Cruz Roja, llegados de Costa de Marfil, Mali, Senegal, Ghana y Guinea Conakry que, de esta forma han querido dar las gracias a la ciudad por haberlos acogido. "Se involucraron desde el principio y han demostrado unas ganas e ilusión admirables", ha explicado la monitora que los coordinó.
Estos inmigrantes ofrecen un gran ejemplo de acción desinteresada a nuestra sociedad. Llegaron a nuestra ciudad arriesgando sus vidas por un futuro digno y ofrecen lo mejor que tienen, sus manos y sus ganas de trabajar, para ayudar a mantener nuestros enclaves naturales.


Leer más:
Limpian el Monte Victoria

jueves, 26 de julio de 2018

Vivir con amor vence a la tristeza




Carlos López
Voluntario del Teléfono de la Esperanza

La tristeza es una emoción muy corriente que padecemos todos los seres humanos, y esta normalmente motivada por los sinsabores que a veces nos presenta la vida, y que nos quitara la alegría por un período corto o largo de tiempo, dependiendo de la persona y del tipo de situación que le afecte, una enfermedad, la muerte de un ser querido, la pérdida del trabajo, etc.., entre otras posibilidades. Podríamos decir que el mensaje que transmite una persona que esta triste es ¡estoy sufriendo! ¡ayúdame!
Sentir tristeza es completamente sano, es una emoción que pretende ayudarnos a adaptarnos al medio en el cuál vivimos.  Es la manera que tiene nuestro cuerpo de protegernos ante las pérdidas. El objetivo principal de la tristeza es procesar el acontecimiento que la ha desencadenado, reestructurando la vida a la nueva situación.
Es aquí donde tropezamos con el problema. Nuestro mundo después del acontecimiento, ya no es el mismo, ha cambiado mucho en referencia a aquel en el que vivíamos antes (el/la casado/a pasa a viudo/a o trabajador/a pasa a sin empleo, vida familiar a Nido vacío).
Sufrir la pérdida de un ser querido y crecer con ausencias no es fácil. Muchas veces se intenta mantener vivos a quienes ya no lo están, convirtiendo la propia vida en un calvario. Quisiera resaltar en este punto que la perdida, para mí, tiene dos caras, una física (la pérdida del familiar fallecido, o la pérdida del amigo, o del trabajo) y otra emocional/sentimental que es el vínculo que me unía.  Como dice Tiiu Bolzmann "Una persona es la conjunción de todas las otras personas con quienes logró hacer vínculos a lo largo de la vida".  En estas circunstancias al encontrarnos solos, el gran trabajo es reelaborar el vínculo, sabiendo que todo depende de nosotros, que ya no hay nadie ni nada al otro extremo. Es posible terminar una relación, pero no el vínculo que esta relación conlleva.
Superar la tristeza es un proceso de aceptación, de soltar y de creación. Aceptación de lo que me ha pasado, dejar ir a la persona y de reconstruir el vínculo de una nueva forma. Como dice la autora anteriormente citada "Hay que aprender a mirarlos como muertos, a entender que están muertos para así dejarlos ir y darle tranquilidad al alma de los que viven". Si no enfocamos bien este trabajo podemos encontrarnos que, lo que en principio era una emoción sana y adaptativa, comience a influir negativamente en nuestra vida hasta convertirse en un problema serio. Cuando estamos tristes nos ponemos más reflexivos, introspectivos e inactivos, como así nos advierte el libro espiritual.

“No te abandones a la tristeza, ni te atormentes con tus pensamientos………... Distrae tu alma y consuela tu corazón, aparta de ti la tristeza; pues la tristeza ha perdido a muchos, de ella no se saca ningún provecho. Envidia y malhumor acortan los días.”
Eclesiástico 30, 21-24

La tristeza es una emoción muy distinta a las demás emociones, ya que se asocia a la disminución de la energía y el entusiasmo, se nos apaga nuestro sistema vital. Caer en el círculo vicioso de la inactividad genera aún más tristeza. A su vez, nuestros seres queridos, en un primer momento, cuando nos ven tristes tienden a acercarse, pero si permanecemos así demasiado tiempo, la tendencia suele ser la contraria.
Otra característica de la tristeza la obtengo en el libro “Es Emocionante saber Emocionarse” del psicólogo Roberto Aguado. En el habla de que las vías neuronales por las que se desplazan los avisos del dolor (tristeza) corren junto a los que llevan las informaciones del placer (alegría). Generalmente en nuestro vocabulario las palabras que usamos nos hacen creer que estos son dominios opuestos, cuando en realidad son vecinos.

Esto me hizo recordar la letra de la canción “Cerca de las vías” de Fito & Fitipaldis en la que nos habla de cómo hay que estar preparados para todo lo bueno y lo malo que en esta vida nos va a suceder, porque la vida es un tren que va a pasar por las estaciones de la alegría y la tristeza y sólo si así lo entiendes podrás hacer realidad tus sueños.


Hay días que parece que nunca se va a apagar el Sol, y otros son más tristes que una despedida en la estación.
Es igual que nuestra vida, que cuando todo va bien…un día tuerces una esquina y te tuerces tú
Yo he crecido cerca de las vías y por eso sé,
que la tristeza y la alegría viajan en el mismo tren
¿quieres ver el mundo? Mira, está debajo de tus pies
“Cerca de las vías” (Fito y Fitipaldis)

Resumiendo, cuando estamos alegres el circuito está activo para la vida y cuando estamos tristes el circuito esta desactivado
Quiero llamar la atención también sobre la vinculación que está existiendo entre el egoísmo y la tristeza. En esta sociedad posmoderna en la que reina la indiferencia masificada, en que las personas quieren vivir el momento actual, «aquí y ahora», luchando para conservarse jóvenes y no pensando ni por un segundo en cómo forjar un hombre nuevo.
El escritor Miguel de Unamuno confiesa, en su Diario Íntimo, que está enfermo de egoísmo, y agrega: “Ya no volveré a gozar de alegría, lo preveo. Me queda la tristeza por lote mientras viva
En esta nueva sociedad tal como está planteada, el hombre vive para trabajar, trabaja para no morir y muere trabajando. Teme a la muerte, teme a lo desconocido, desea la inmortalidad física y no se adapta a las fases naturales del planeta y de sí mismo. Se sitúa como el centro del universo y se comporta como si esto fuera cierto. Esta nueva sociedad está fundamentada en un orden nuevo de organización en la cual las instituciones y las personas se guían por los deseos. En vez de un individuo relacionado con los demás, nos encontramos con personas con estímulo desenfrenado del llamado «derecho a ser él mismo» en detrimento de las relaciones con el otro y con la sociedad.
A nivel cultural, esta sociedad conduce al apogeo de la tristeza, en una especie de narcisismo colectivo, en donde se crean nichos específicos sociales en los cuales cada individuo encuentra su par de acuerdo con sus propios intereses, los cuales acaban por fortalecer esta visión personal en detrimento de lo social, todo ello obviamente soportado por una sociedad vuelta hacia el consumo, con una diversificación creciente en las opciones a escoger, generándose una pérdida de visión crítica sobre los  valores que están a nuestro alrededor.


https://www.areahumana.es


¿Qué hacer para gestionar la tristeza?

Si colocas el título del capítulo en Google visualizaras la cantidad de recetas que nos muestran de cómo salir del tormento de la tristeza. Os muestro un pequeño ejemplo.

Apunta los pensamientos negativos asociados a tu tristeza. Léelos e intenta buscar una “versión” más positiva (pero realista) de los mismos.
Pinta tu tristeza. Elige un color y pinta en un papel lo que sientes. Sigue pintando hasta que tu estado de ánimo haya cambiado. Después contemplando el dibujo escribe sobre lo que sentías y sientes ahora. Es sorprendente el cambio.
Mueve tu cuerpo. Cuando movemos el cuerpo algo en nuestra mente también se mueve (somos uno cuerpo y mente) y nuestro estado de ánimo cambia. A veces un simple paseo de 20 minutos al sol cambia nuestra percepción de un problema.
Busca lo malo de lo bueno. Siempre encontrarás un motivo por el que alegrarte.

Yo en esto no creo. Como procesos de distracción y de evitación pasan, pero no creo que sean eficaces.
Como antes ya comenté, la perdida física de la persona, no la puedo recuperar, pero lo que sí puedo, es no perder el vínculo, creándolo, dándole otra forma.  Las relaciones pueden disolverse; el vínculo, no.
Cada ser humano tiene la necesidad de estar vinculado. La persona siente la vinculación como amor y felicidad, no importa de qué manera crece, ni en qué circunstancias. La persona sabe que pertenece, ese saber y ese vínculo es amor. Uno tiene que ver el poder de esa vinculación, porque por ese amor, la persona es capaz de sacrificar su vida.
Por lo tanto, creo que el mejor antídoto a la tristeza es el amor, que es la energía de la vida. Es lo que motiva a las personas a levantarse cada día.
El amar y ser amado (vínculos) hacen que vivir sí valga la pena. Muchas veces, hay quienes tienen momentos en la vida donde se sienten que no son amados o que no tienen a quien amar. Las personas desarrollan esta mentalidad porque buscan saciarse de manera que parecen buenas al principio, pero, en muchas ocasiones, quedan sintiéndose frustrados, desilusionados y vacíos. Si constantemente hacen hincapié en sus pensamientos negativos, se tornan extremadamente infelices y deprimidos.
Sólo al obrar en amor poner el amor en acción, buscando la oportunidad de ayudar a otros es la manera de salir de la tristeza. El amor es la energía de la vida. Es lo que motiva a las personas a levantarse y continuar cada día. Le da propósito y sentido a la vida.
Se trata de vivir, y hay que trabajar en ello, porque la vida merece la pena



martes, 24 de julio de 2018

Ana Muñiz, psicóloga del Teléfono de la Esperanza: "Ser voluntario es una actividad que engancha"


Foto: Plataforma del Voluntariado de España


Ana es psicóloga y trabajadora del Servicio Andaluz de Empleo en Sevilla. Desde hace años acude semanalmente a realizar su labor como voluntaria en el Teléfono de la Esperanza. Allí presta oídos -y el resto de los sentidos- a quienes se encuentran al otro lado. Ana ha sido confidente de situaciones límite, historias de superación; testimonios que escucha con la sincera intención de acompañar a quienes han perdido la esperanza. 
La siguiente entrevista a Ana Muñiz, psicóloga, formadora y voluntaria del Teléfono de la Esperanza de Sevilla, ha sido realizada por la web de la Plataforma del Voluntariado de España.
¿Cómo llegaste al Teléfono de la esperanza?
De una manera fortuita. Yo trabajo en el Servicio Andaluz empleo y uno de mis jefes era el presidente del Teléfono de la Esperanza. Fue él quien me habló de esta organización, de las actividades que hacían y también, debido a mi formación como psicóloga, me gustaba mucho esto de la intervención a través del teléfono. Frente a lo que yo mejor conozco, la terapia psicológica a largo plazo, en la que tienes que hacer un seguimiento a una persona, el Teléfono aborda situaciones puntuales donde puedes escuchar muchas historias diferentes. Finalmente, un día me acerqué a las oficinas, y me quedé. Mi experiencia, además -lo sé por mí y por las otras personas voluntarias que colaboran conmigo- es que el Teléfono engancha.
¿Qué haces en el Teléfono de la Esperanza?
Ahora mismo, hago lo que más me gusta; coger el Teléfono, para la intervención en crisis. Me han ofrecido otros puestos de más responsabilidad, pero a mí lo que me gusta es la base de todo esto, el teléfono en cuestión. Aparte imparto formación a otras personas voluntarias. O sea, llevo las dos líneas, intervención en crisis y formación de nuevos voluntarios. 
¿Tú también has recibido alguna preparación? 
Sí, todos hemos recibido una formación específica. El teléfono es muy delicado. Cuando hacemos entrevistas a personas que se acercan, que desean hacer tareas voluntarias, algunos dicen: “Bueno, quiero ayudar ahora que he dejado de estudiar en verano o me he quedado parado, hasta que encuentre algo.” Y claro, escuchar a personas que tienen un problema grave, algo muy serio que les bloquea, no se puede afrontar de cualquier manera. Tienes que estar preparado de una forma profunda y específica para ello y en el Teléfono de la Esperanza a eso se le da mucha importancia.
¿Que preparación se da a los voluntarios?
Se necesita una preparación de un año y mucha gente cuando se entera de este requisito, se desanima. El aprendizaje consta de tres cursos, cada uno con equipos diferentes, con sus prácticas y obedecen a una formación integral. Se supone que cuando acabas ya estás capacitado para coger el Teléfono y ofrecer la ayuda que se pretende. Finalmente, en mi caso, tras muchos años atendiendo el teléfono, he acabado dando esa formación, algo me resulta apasionante y me gusta. Entonces para estar en el Teléfono es evidente que hacen falta otras cualidades, aparte de saber escuchar... Claro. Todo el mundo que se acerca con el deseo de ser voluntario, lo primero que te dice es “Sí, yo sé escuchar muy bien”. Y yo siempre les respondo qué les volveré a hacer la misma pregunta cuando acabemos la formación. Porque una cosa es lo que identificamos en la calle como una buena escucha, y otra cosa es trabajar en base a una escucha de calidad, con los cinco sentidos, aquí y ahora. Es evidente que se necesitan otras cualidades, otras habilidades y sobre todo las ganas de estar ahí, y abrir tu mente a la persona que llama.
¿Qué otras actividades de voluntariado se hacen, aparte de la atención telefónica?
La base de nuestra organización es la escucha y la intervención en crisis en el momento puntual en que la persona tiene un problema y llama. Esta es la base. Toda persona voluntaria que llega, debe pasar por el teléfono y captar la esencia de la intervención en crisis. Contamos con un servicio de intervención psicológica, compuesta por voluntarios psicólogos, encargados de llevar aquellos casos que necesitan una terapia que va más allá de la llamada que, a todas luces, resulta insuficiente. También se hacen cursos de educación y prevención para la salud. Están enfocados a toda la ciudadanía, a la resolución de problemas, la gestión de situaciones de estrés y de ansiedad, así como a situaciones de duelo o pérdida...
¿Crees que hay actividades que deberían ser abordadas desde las instituciones y no por personas voluntarias?
Es una pregunta que crea mucha controversia. Yo sé, por el trabajo que hacen las personas voluntarias, que a veces están supliendo necesidades que deberían estar cubiertas por profesionales, funcionarios del estado, o empresas privadas... Todo el engranaje quizás se aproveche de la existencia del voluntariado. Es muy difícil saber dónde está la línea en la que debe participar o no la persona voluntaria. El caso es que debería existir más ayuda por parte del Estado y de las instituciones en general.
Os sentís desbordados algunas veces...
En el Teléfono de la Esperanza conforme te vas introduciendo en un tema, en una situación, van surgiendo otros. Es entonces cuando te dices: “No soy yo quien debería dar solución a esto”. Hace un año por ejemplo empezamos a prestar ayuda a los familiares y a las víctimas de accidentes de tráfico. Esto era así porque desde el estado no se les daba suficiente apoyo o atención. La problemática era tal que cuando nos derivaron a todas las víctimas, a todos los familiares, para que los escucháramos, nos sentimos muy desbordados. La demanda nos superaba y claro, no podíamos dedicar toda nuestra atención a un solo colectivo. El Teléfono es para todas las personas que lo necesitan. En casos como éste y en muchos otros, creo que se tira mucho del voluntariado, más de lo que se debiera.
¿Qué se necesita para hacer voluntariado aquí?
Ganas. Principalmente, muchas ganas. Hay personas que llegan con una gran formación, porque son psicólogos o abogados, saben escuchar muy bien y creen que ellos van a solucionarle la vida a la gente... pero no. No se trata de eso. En el Teléfono no le solucionamos la vida a nadie. Aquí escuchamos, no damos consejos, ni le decimos a la gente lo que tiene que hacer. Escuchamos con los cinco sentidos y acompañamos en el proceso de crisis.


sábado, 21 de julio de 2018

CON OTRAS GAFAS / Pequeños que son muy grandes



Croacia, un país de poco más de cuatro millones de habitantes y una extensión territorial inferior a la de Andalucía, ha conquistado las simpatías de mucha gente durante el Mundial 2018. Sin grandes clubes de fútbol, estadios espectaculares, ni presupuestos millonarios, ha logrado ir superando fases de la competición hasta llegar a la final. Ante Francia, los croatas cayeron dignamente haciendo gala de buen juego y deportividad. Jugadores y entrenador, un hombre que interrumpió su carrera futbolística al ser reclutado en la Guerra de los Balcanes y ha tenido una gran trayectoria humana, han demostrado al mundo que lo pequeños también pueden ser grandes. Como lo es la presidenta del país, Kolinda Grabar-Kitarovic. La mandataria croata se pagó el viaje a Rusia de su bolsillo y decidió ver los partidos de su selección, entre ellos el que disputó contra España, en la grada, junto a los aficionados de su país.
Kolinda Grabar-Kitarovic logró la autorización de la FIFA para permanecer vestida con los colores de su selección en el palco de autoridades dutante la final Francia-Croacia. Al final del partido, los jugadores fueron pasado uno a uno para saludar a las autoridades y Kolinda demostró un gran fair-play felicitando al presidente francés Macron con gestos deportivos y cariñosos. Cuando le tocó el turno a los Rakitic, Modric y compañía, llamó la atención la imagen de esa mujer rubia, vestida de rojo y blanco rodeada de trajes oscuros, abrazando y teniendo unas palabras de apoyo a sus jugadores. Caía con fuerza la lluvia sobre Moscú, la presidenta no se inmutaba y seguía repartiendo consuelo a los suyos como una madre. También tuvo tiempo para felicitar al presidente Macron con gestos de compañerismo más que de frío protocolo, y a los jugadores franceses.


Sonrisas, abrazos, consuelo y felicitaciones bajo el agua en contraste con el hieratismo de Vladimir Putin, un mandatario hierático que no se salió del protocolo. El líder ruso dio apretones de mano y un paraguas cubrió su cabeza nada más caer las primeras gotas de agua. A solo unos metros, la presidenta de Croacia sonreía y alzaba la mano de Macron en un gesto de cercanía, espontaneidad y deportividad.

jueves, 19 de julio de 2018

5 claves para reconocer y superar la dependencia emocional




Juan Manuel Martín
Psicólogo voluntario del Teléfono de la Esperanza

¿Qué es la dependencia emocional?
Las consultas psicológicas reciben cada día un montón de personas que tienen un problema en común: la dependencia emocional. La persona que lo sufre permanece en un estado de identificación extrema hacia su pareja sentimental y tiene una gran necesidad de mantener el vínculo emocional y el afecto.
Aunque se da por igual en mujeres y en hombres, estos suelen ocultar este problema pues se sienten menos capaces de reconocer que están “atados emocionalmente” a otra persona.
Se observa a lo largo de toda la vida y con las diferentes parejas que se tengan.  Las personas que la sufren manifiestan un gran miedo a estar solas y no pueden concebir su vida si no es al lado de una pareja sentimental.
Muchas de las personas que son dependientes emocionales buscan parejas con un carácter dominante, egoístas, posesivas, autoritarias y déspotas. En algunos casos,  refieren haber sufrido algún tipo de maltrato físico o psicológico por parte de su pareja. La persona dependiente tiende a idealizar a su pareja, viviendo en una  plena sumisión hacia ella. Pese a ser capaz de reconocer el maltrato y menosprecio diario, no tiene la capacidad de abandonar a su pareja, con la que se muestran muy sumisa, buscando siempre su aprobación, intentando satisfacerla en todo momento con atenciones y gestos de sumisión.

¿Quieres autoevaluarte?.
En el siguiente enlace, puedes realizar un test para comprobar la dependencia emocional a la pareja: 

¿Cuál es el origen de la dependencia emocional?
Conocer el origen de este problema nos ayudará a evitarlo. El fondo del problema de la dependencia se encuentra en una pobre autoestima, que conduce al dependiente emocional a desvalorizarse sistemáticamente. Se muestran críticos consigo mismos y con su forma de ser, hasta el punto de sentirse inferiores y culpables, incluso del menosprecio que puedan recibir por parte de sus parejas sentimentales. . También es común observar que este tipo de relaciones acaban rompiéndose en poco tiempo, pero eso no soluciona el problema. El dependiente intentará volver una y mil veces con su pareja o buscará aceleradamente otra para seguir siendo sumiso.
Aunque los familiares ven de cerca que el sufrimiento causado por esa relación patológica, no cesa, el dependiente suele enfrentarse a ellos y defenderá la situación, llegando a reclamar a su allegados un trato especial hacia la otra persona.
La dependencia emocional se asocia con cuadros ansiosos o depresivos, aparte de la falta de autoestima que ya hemos comentado, que se ve aumentada al tomar conciencia de que se está arrastrando para recuperar el amor de alguien que no solamente no le quiere sino que le desprecia y maltrata.

¿Conoces a alguien que sea dependiente emocional?
Los mejores consejos que se pueden dar a alguien cuyo familiar o amigo sea un dependiente emocional son los siguientes:

1. No ceder nunca si te exige mantener un trato exquisito hacia su pareja dominante.
2. Estar de parte de la persona dependiente pero sin mostrarte cómplice de su relación enfermiza.
3. Dialogar con el afectado y hacerle entender que puede contar   Si finalmente decide pedir ayuda para romper con la situación, es necesario que le acojas e impidas cualquier contacto con la pareja.
4. También es buena idea acompañarlo a terapia. El psicólogo no solo ayudará a encontrar el mejor camino para el afectado, sino que también proporcionará algunas pautas a los familiares y amigos para revertir la situación, así como algunos consejos para dudas concretas. 


Cinco claves para superar la dependencia emocional:

1. Reconocerla es el primer paso. Nunca podemos solucionar aquello que negamos, ni aquello que no comprendemos. Tenemos que examinar nuestras relaciones de pareja, familiares o de amistad.

2. Invierte en tu desarrollo personal. Tu propio crecimiento personal es el factor fundamental para aumentar tu confianza, creer más en ti y mejorar tu autoestima, que es lo que marcará la diferencia.

3. Céntrate más en ti. Debes darte cuenta de que lo realmente importante es lo que tú pienses sobre ti, y no las opiniones de los demás. Deja de estar pendiente de qué dirán o pensarán los demás. Es necesario reforzar la identidad personal y desarrollar una imagen valiosa que sea digna de ser respetada y amada.

4. Comprueba la rigidez de tus reglas. Hay personas que han adquirido unas rígidas reglas o creencias sobre cómo tiene que ser una relación y sobre cómo tienen que comportarse los demás. Esas creencias personales -en ocasiones erróneas- son una enorme carga en cualquier relación y se convierten en una gran fuente de constantes decepciones.

5. Asume la responsabilidad de tus emociones. A veces llegamos a pensar que todo lo que sentimos viene del exterior, pero en realidad nace de la interpretación y el significado que damos a las cosas que suceden en nuestra vida. Por eso, nadie más que nosotros mismos somos dueños y responsables de nuestras interpretaciones y, por tanto, de nuestras emociones.

 

La opinión de un experto:
Arun Mansukhani, psicólogo clínico y sexólogo, en una entrevista concedida al diario Sur de Málaga, el 2 de Mayo de 2018, expone de forma muy didáctica su visión sobre la dependencia emocional:
...Hay dos elementos clave: la autonomía y la intimidad. Autonomía es mi capacidad para estar bien solo e intimidad es mi capacidad para estar bien con otros. Si tengo autonomía e intimidad, voy a tener relaciones sanas con los demás. Si me falla una de las dos, las relaciones que establezca pueden ser patológicas...

...La primera señal  que alerta de la dependencia es que yo no acabo de estar bien del todo. Puede ser porque tenga la sensación de que yo me implico mucho y el otro no, lo cual me alerta de que posiblemente tengo un tipo de dependencia sumisa. O puedo encontrarme mal por lo contrario, por ser un contradependiente: siento que me piden demasiado y tengo la necesidad de alejarme todo el rato. Luego está el tercer tipo de dependientes patológicos, que son los dominantes; los que más dañados están. Estos necesitan tener control y dominio; no se pueden relacionar de igual a igual. Otra señal de alerta: las personas que renuncian a tener relaciones por malas experiencias. Este grupo también está creciendo cada vez más. Tú puedes estar sin pareja y es perfectamente sano, pero no lo es que llegues ahí por una renuncia...

...Las parejas sanas se corregulan: ante  un conflicto, yo empiezo a desregularme, a subirme y tú me ayudas a bajar. Y viceversa. Hay muchas parejas que no se corregulan nada bien, con lo cual los conflictos nunca se resuelven; se aparcan.

En el siguiente enlace podemos ver un vídeo de unos quince minutos, donde este psicólogo desarrolla las ideas anteriores con un poco más de detalle y buen humor.


Si queremos ampliar conocimientos, en la siguientes direcciones lo podemos hacer:

Walter Riso: Guia práctica para vencer la dependencia emocional. Es un manual de 53 páginas que se puede bajar en la dirección adjunta para leerlo tranquilamente:

De lo mucho que podemos encontrar en la red, me ha parecido muy interesante el enlace siguiente. De él he sacado algunas partes del artículo.


martes, 17 de julio de 2018

Remedios González: "El encanto de la orientación está en ayudar a las personas a encontrar su camino"






Remedios González Figueroa es voluntaria en el departamento de Orientación del Teléfono de la Esperanza desde hace unos veinte años. En esta entrevista nos cuenta su experiencia, reflexiona sobre la soledad de muchos llamantes y agradece todo lo que su labor le ha aportado como persona.

¿En qué año y cómo fue tu primer contacto con el Teléfono de la Esperanza?

Mi primer contacto con el Teléfono de la Esperanza fue a través de unos amigos. Me reunía con ellos para cosas lúdicas  senderismo, el Camino de Santiago etc. Entonces trabajaba y no tenía tiempo para colaborar. Además, me causaba tanto respeto la actividad del teléfono que yo no me veía capacitada para ayudar.
Fue después de unos años cuando conociendo a las personas y el trabajo que realizaban, decidí hacer los cursos para participar en el voluntariado. En honor a la verdad, tenía miedo porque casi todas las personas tenían un nivel de estudios (titulitis)  superior al mío y eso me frenaba. 
Era director el gran Jesús García Toribio. Recuerdo que me preguntó “¿Por qué has tardado tanto en hacer los cursos?”  Y le dije: “En este tiempo he conocido  el cometido del teléfono  y pienso que no importa escribir árbol con B o con V, lo importante es que el árbol crezca. Son casi 20 años ya y aquí estoy”.

¿Te habías planteado antes ayudar en una asociación? ¿Qué te aportaron los cursos de formación para la orientación? 

En 1990 colaboré en la Asociación Amatista de mi pueblo. Los cursos me ayudaron a conocerme, a pensar y aprendí a escuchar y a darme cuenta que todos tenemos razón en parte.  Para la orientación, me aportaron saber escuchar a las personas, transmitirles seguridad, minimizar los problemas, lo importante que es el sentido del humor en la vida y ponerse en el lugar del otro.

De tus primeros tiempos de atención a los llamantes, ¿recuerdas alguna llamada que te impactara especialmente?

Recuerdo un niño de 12 años, que llamó porque en la clase de su hermano de 14 fumaban porros. Temía porque su hermano fumara también y no sabía a quién decírselo. Me impacto su voz, su miedo y lo impotente que se sentía ante aquella situación.

¿Se nota alguna variación en el tipo de problemas que exponían las personas hace veinte años con los de ahora?

Desde mi punto de vista son los mismos. Ahora con la crisis y el paro, los suicidios han aumentado algo. La soledad y las crisis de parejas son los  temas más habituales.

El conflicto y la soledad parecen estar siempre presentes en el ser humano, en cualquier hombre o mujer. ¿También los caminos para solucionar los problemas?

Desde mi modesto entender hay tantos caminos como personas. Cada cual tiene su propio mundo y por tanto su propio camino. Ahí está el orientador para ayudarle a encontrar su camino, en su mundo. Tarea un tanto complicada, pero ahí está el encanto y la importancia de la orientación. Muchas veces las personas encuentran su camino.

¿Qué le dices (o que le dirías si no has tenido esa experiencia) a una persona que está pensando en suicidarse?

En primer lugar decirle que cada persona es una filigrana de Dios. Que solo tiene una vida, que se lo piense muy bien porque si se tira desde un sexto y por el tercero se arrepiente, la cosa ya no tiene solución, que piense en el dolor que va a causar a sus seres queridos y haciéndole ver que su vida es suya y por eso precisamente tiene que cuidarla. Además tiene la gran suerte de tener a muchas personas que le queremos ayudar. Ofrecerle todos los talleres que tenemos en el Teléfono de la Esperanza.

¿Las personas creyentes en Dios o que maduran cualquier tipo de espiritualidad tienen más fortalezas en los momentos de crisis?

Desde mi experiencia no. Porque cuando les falla su Dios, según ellos, dejan de encontrar sentido a su vida. En cambio los no tan creyentes intentan recomponerse como pueden.

La soledad es el eterno problema y según todos los indicadores va a más en la sociedad actual. Nos impactó el estudio que publicó el INE sobre la soledad no deseada.  https://bit.ly/2NJzRUa A pesar de que cada vez tenemos más canales para estar conectados unos a otros, se incrementa la soledad. ¿Qué está pasando?

Cada cual vive la soledad como puede. Yo la veo así. La soledad es uno de los mayores problemas del primer mundo. Hemos eliminado muchas enfermedades como el cólera o el tifus y las padecen los que viven en el llamado Tercer Mundo. Tenemos exceso de bienestar. Hace cincuenta años no había ni depresión ni soledad y a los psicólogos apenas los conocíamos.
Se trabajan menos horas (gracias a Dios) y, por tanto, se gasta más. No nos han enseñado a gestionar nuestro tiempo libre. Estamos construyendo un mundo donde no hay lugar ni para niños, ni para viejos. Las personas no leen y las familias no dialogan. Los niños chicos se mandan a las guarderías y los mayores a las residencias.
Tenemos que ser conscientes de que la risa, el llanto, las alegrías, las penas, el éxito y el fracaso van de la mano. Mientras que no maduremos y aprendamos a vivir con ellos no encontraremos eso que llamamos felicidad. Porque la felicidad sólo se vive a ratos,  de lo contrario, sería aburrimiento. Los problemas no nos van a faltar, tenemos que aprender a vivir con ellos. La persona tiene que aprender a ser feliz sola para luego vivir en compañía. Lo demás es dependencia. La vida es una escuela donde nunca te dan el graduado. No lo olvidemos.

¿Notas que en los últimos tiempos han aumentado las llamadas de los jóvenes? ¿Qué les agobia o deprime?

Más o menos igual, llaman más parejas por problemas de separación y custodia de los hijos.

¿Qué ha aportado a tu vida el Teléfono de la Esperanza?

Crecer como persona, conocer gente  estupenda, amigos. Muchas cosas y muy buenas. Además me siento útil y eso es muy importante.

sábado, 14 de julio de 2018

CON OTRAS GAFAS / Una lección de vida surgida en la oscuridad




El mundo contuvo la respiración a finales de junio con la desaparición de un grupo de niños y su entrenador de fútbol en una cueva al norte de Tailandia. Los chavales aguantaron nueve días sin luz, ni comida hasta que el 2 de julio un grupo de búsqueda formado por buceadores británicos regreso a la superficie con la gran noticia de que estaban todos vivos.
En la semana siguiente se desarrolló una ejemplar operación de rescate en la que participaron profesionales tailndeses y otros voluntarios llegados de diferentes países. Se analizó la distancia de 4 kilómetros hasta el punto donde estaban los niños teniendo en cuenta los laberínticos pasadizos, las rocas afiladas y las zonas en las que los chicos debían bucear para continuar adelante. Se calculó en cinco horas el tiempo de marcha necesario para cada rescatado. Un buzo tailandés perdió la vida después de lograr contactar con los niños.
Los detalles técnicos de la compleja operación de salvamento y el apoyo exterior se conocían en paralelo a una no menos importante operación que tuvo lugar en el interior; la tarea de mantener unidos y con ánimo al grupo de niños y adolescentes.
Los 'Jabalíes Salvajes' eran un equipo de fútbol infantil muy compenetrado. Llevaban tres años jugando juntos en competiciones regionales. No sé sabe si entraron a la cueva por resguardarse de la lluvia o para celebrar el cumpleaños de uno de los niños. Estaban con 'Aek', su entrenador adjunto, un joven de 26 años que ha sido clave para la superviviencia en los días que han pasado atrapados. Huérfano desde niño y ordenado como monje budista, había dejado el monasterio para cuidar de su abuela. 
En una carta a los padres de los niños, a través de los buzos internacionales, 'Aek' pidió perdón, y prometió cuidar de los niños “con todas mis fuerzas”. Los padres le contestaron con una misiva en la que le aseguraban que no le culpaban de lo sucedido. “Has cuidado muy bien de nuestros hijos. Solo queremos que sepas que esto no es culpa tuya. Nadie aquí te responsabiliza, y queremos que tampoco te culpes a ti mismo. Entendemos lo que ha pasado y te apoyamos”, se leía en la carta.

'Aek' empleó los días en la oscuridad en tratar de tener cohesionado al grupo y enseñar a todos a ayudar y ofrecer esperanza a los que iban sintiéndose decaídos o el miedo los atenazaba. La meditación fue una herramienta importante en ese proceso. Desde el exterior llegaban alimentos, pero también apoyo, comprensión y empatía con respecto a la complicada posición del entrenador, como le transmitieron los padres. La unidad en torno a un objetivo común de salvar vidas y la ausencia de sospechas, reproches y críticas han servido para mantener la calma, centrarse en lo auténticamente importante y alimentar la esperanza. Una esperanza que dio sus frutos.
La forma de actuar de estos tailandeses contrasta con las expectativas de sacar provecho personal o hacer negocio, enraízados de una forma profunda en las sociedades occidentales y que también se han asomado a este caso. Fernando Raigal, el buceador español que ha participado en el rescate, ha narrado el  momento de felicidad que vivió al conocer que salía el último niño. También ha contado que "amigos que tienen negocios" le apuntaron la posibilidad de vivir dos años de dar conferencias contando su experiencia "si te lo montas bien". La respuesta de Fernando fue clara: "No estoy interesado. Voy a seguir mi vida igual que antes".


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El buzo español que participó en el rescate de Tailandia: "Era un alivio escuchar su respiración"

jueves, 12 de julio de 2018

La felicidad como camino de vida




José Portillo
Orientador del Teléfono de la Esperanza

Puedo elegir ser feliz en cualquier momento y en cualquier lugar. El hecho de sentirme feliz depende de lo que pienso de mí, de mis circunstancias vitales y de la gente que me rodea. Mi felicidad no depende de lo que me sucede, sino de cómo percibo lo que me sucede. Soy feliz si decido ser feliz.

No esperaré que mis familiares, mis amigos y mis compañeros de trabajo cumplan mis deseos para sentir que soy feliz. No puedo ni quiero cambiar el mundo para sentirme feliz, pues ya he tomado la decisión de ser feliz. Soy feliz porque, aunque no he cambiado el mundo, he transformado mi visión del mundo.

¿Dejaré de ser feliz si no obtengo de la vida todo lo que deseo? No esperaré nada de la vida porque es la vida la que espera de mí todo lo que yo quiera hacer en beneficio mío y para ayudar a quienes encuentre en mi camino.

Procuraré el tiempo que necesito para cuidarme. Caminaré sonriendo y no dejaré de creer que la vida es maravillosa.

Soy feliz en este preciso instante. ¿He sufrido durante los años que he vivido? El pasado no existe. ¿Cómo será el futuro que me aguarda? El futuro aún no ha llegado. He decidido permitirle a la vida que me sorprenda cada vez que quiera. Esta decisión que he tomado me ha hecho reflexionar sobre el hecho de que las espinas no hacen que las rosas pierdan su belleza.
  
¿Es la felicidad una meta? Ya que siempre que alcanzo una meta quiero subir a una  cima más alta, he aprendido que ser feliz consiste en caminar.

Según me supero a mí mismo logro crecer, y he renunciado a las sobrexigencias características del perfeccionismo. Me acepto y me amo tal cual soy por lo que no sufro por causa de mis defectos, y voy a seguir creciendo.

He aprendido que una meta es un sueño con una fecha concreta para poder ser realizado. Mi vida es un sueño que ha despertado para hacerse realidad.

Mantendré el buen humor para sembrar una semilla de esperanza en cada ocasión que sonría.

He aprendido que ayudar a quienes encuentro en mi camino sin pedirles nada a cambio me hace feliz, y que mi capacidad de perdonarme tanto a mí como a quienes me hicieron daño en el pasado me libera de sufrir inútilmente.

El amor y el apoyo mutuo caracterizan las relaciones sinceras. Aunque no todos tenemos la misma manera de pensar, cuanto más nos apoyemos, más se hará realidad la construcción de un mundo de iguales que se aceptan y se ayudan porque eso les satisface.

Aunque la felicidad se me puede oscurecer, jamás llegaré a perderla, porque es mi estado natural.


Distinguiré entre mis necesidades y deseos, pues mientras que las primeras deben ser cubiertas, si no se cumplen los segundos, no dejaré de ser feliz. El apego insano tanto a personas como a cosas, en la medida que produce miedo a perderlas, es causa de sufrimiento. Es por eso que mantendré las relaciones viables y no haré que mi dicha dependa del amor y la aprobación que recibo de otros, ni de las posesiones que he conseguido.