Carlos López
Coordinador de talleres en el Teléfono de la Esperanza
Una de las cosas que me ha llamado mucho la atención este año, es la gran impaciencia y la carrera de querer ser el primero en realizar el encendido de las luces de Navidad en nuestras ciudades.
Justo este año de gran escasez y encarecimiento de la vida, se produce la anticipación quizás con la finalidad de querer tapar esto mismo. Pero para mi, lo que me ha producido ha sido el efecto contrario, ya que al querer deslumbrarnos con tanta opulencia, lo que me ha mostrado ha sido las grandes carencias que sufre esta sociedad actual.
Lowen (2000) decía: “cuando la riqueza material está por encima de la humana, la notoriedad despierta más admiración que la dignidad y el éxito es más importante que el respeto a uno mismo, entonces la propia cultura está sobrevalorando la imagen, y hay que considerarla NARCISISTA”. Desde un punto de vista cultural, se puede entender el narcisismo como una pérdida de valores humanos (ausencia de interés por el entorno, por la calidad de vida, por las demás personas). Una sociedad que sacrifica su medio natural para obtener dinero y poder, no tiene sensibilidad para las necesidades humanas.
Tambien el sociólogo Bauman comentaba que, el mundo actual se caracteriza por su estado fluido y volátil. Es lo que denomina sociedad líquida. Ésta es una sociedad en la que la incertidumbre por la vertiginosa rapidez de los cambios ha debilitado los vínculos humanos. Lo que antes eran nexos potentes ahora se han convertido en lazos provisionales y frágiles.
Quizás que tanta luz nos ha afectado el sentido de la vista, y por lo tanto hemos perdido la capacidad de, mirar, observar y contemplar la realidad de la vida.
Cada momento tiene un sentido
Otra cosa que me ha llamado la atención en este mes de Noviembre es la capacidad de apoderarse de los tiempos.
Creo que ha sido de una gran arrogancia por parte de personas con poder, el querer marcar el Tiempo de Adviento, cuando pulsaron el botón del encendido de las luces y realizaron la proclama “Ya ha llegado la Navidad”.
Me han recordado la imagen de un juez de salida que dispara para que todos comencemos a correr de forma desenfrenada a realizar las compras de Navidad.
Pues bien, quisiera recordarles con mucha amabilidad a estas personas que el Adviento no comienza cuan ellos quieren y que el objetivo principal es de marcar un tiempo privilegiado para empezar a cambiar interiormente. También me gustaría recordarles que la palabra Adviento (del latín: adventus que significa‘venida’ todo lo contrario de salida) es el período que consiste en un tiempo de preparación espiritual para la celebración del nacimiento.
Seria bueno en estas fechas que se acercan replantearnos ¿cómo recuperar lo humano en nuestras vidas? El vacío al que estamos caminando, nos debería conducir a recuperar la pérdida del sentido y de la convivencia común en medio de este caos. El ser humano requiere un entender, un unirse a los demás con sus retos, con la unidad del amor, amor entendido como el respeto, la convivencia, el compartir en comunidad y de esta manera desalojar la soledad que vive la sociedad en su interior.
Quisiera finalizar con parte del mensaje de Adviento del Papa Francisco. “Dios se esconde en las situaciones mas comunes y corrientes de nuestra vida. No viene en acontecimientos extraordinarios, sino en cosas cotidianas.”
Seria bueno que las luces y adornos no nos deslumbren y nos permitan reflexionar sobre el verdadero sentido de la Navidad. No nos quedemos en el "papel de regalo".
Fuente: Personas sabias que han puesto a disposición sus conocimientos siendo la forma de este texto realizada por Carlos López.