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viernes, 15 de noviembre de 2013

Katy Casasola nos enseña historia de Málaga



Caty Casasola, profesora jubilada, historiadora y voluntaria en el Teléfono de la Esperanza, nos hizo disfrutar ayer jueves con su documentada conferencia sobre la historia del edificio del Ayuntamiento de Málaga, conocido como 'La Casona del Parque'. Katy nos hizo viajar en el tiempo hasta la ciudad recién tomada por los Reyes Católicos, recorrió siglos de vicisitudes económicas y de todo tipo, presentó a los autores del inmueble actual y describió con precisión y pasión la rica decoración de un edificio de estilo muy ecléctico, como la propia ciudad abierta a las culturas que se han asentado en ella.

Un viaje interminable. El primer consistorio malagueño se estableció en lo que había sido la vieja madrasa o escuela islámica en la fachada sur de la actual Catedral. En 1528, pasó a la entonces Plaza de las Cuatro Calles, hoy Plaza de la Constitución, y allí estuvo durante siglos en edificios diferentes. Los siglos XVI y XVII fueron de restauraciones y reformas y finalmente se erigió un nuevo inmueble en la fachada situada frente por frente al Pasaje de Chinitas. En el siglo XIX, órdenes religiosas como los jesuitas y agustinos acogieron a la casa de todos los malagueños en sendos edificios de las calles Compañía y San Agustín y también se ubicó en el Palacio Zea Salvatierra.
Caty Casasola nos hizo descubrir un proyecto faraónico para la época, como fue la idea de embovedar el río Guadalmedina, que parte la ciudad en dos, crear una avenida y dos grandes plazas sobre él para levantar en una de ellas, en Puerta Nueva, el Ayuntamiento. Llegó a aprobrarlo el Congreso de los Diputados, gracias a la influencia del presidente del Gobierno, el malagueño Cánovas del Castillo, pero nunca se hizo por falta de dinero.
En el cruce de los siglos XIX y XX se deshechó un proyecto en la Plaza de la Marina y se hizo una demolición masiva de la zona sur de la muralla de la Alcazaba, restos musulmanes y fenicios para construir el Ayuntamiento que finalmente se ejecutaría en la zona del actual Paseo del Parque.





Arquitectos de lujo. La selección de los profesionales para levantar el Consistorio se hizo de entre dos catalanes y dos malagueños, siendo elegidos estos últimos, Guerrero Strachán y Rivera Vera. El primero tenía ya en su haber los edificios Miramar, Caleta Palace, Villa Onieva, Casas de Féliz Sáenz e iglesia del Sagrado Corazón y el segundo diseñó la Casita del Jardinero del parque, almacenes Félix Sáenz y el cine Echegaray, entre otros. Todos estos edficios siguen hoy en pie y en buen estado. La obra se prolongó entre 1911 y 1919 y se inauguró con el alcalde, Manuel Romero Raggio. La obra trplicó su coste inicial pasando de los 500.000 a 1,5 millones de pesetas y su constructor, Antonio Baena Gómez, conocido en la ciudad porque fundó la Agrupación de Cofradías de Semana Santa, sufrió retrasos en la tramitación de los permisos y licencias "por rencillas de técnicos que querían darle la obra a otro constructor", contó Caty Casasola.
Nuestra compañera detalló que 'La Casona' es un edificio ecléctico que combina el neobarroco y el modernismo y se recreó en un recorrido por la rica ornamentación exterior formada por cabezas de atlantes, cariátides y relieves representando los oficios habituales en la ciudad, entre otros elementos.


Vidrieras y salones. Sobre el coste del edificio, Caty destacó que los obreros cobraron salarios muy bajos, mientras se dedicó gran parte del presupuesto a la ornamentación. 


El reloj de la fachada, la decoración y el ascensor, uno de los primeros de la ciudad, fueron costosos. Luego describió una a una las grandes vidrieras existentes detrás de la escalera central. Estas representan la llegada de los fenicios a Málaga, a constitución del primer Ayuntamiento, la entrada de los Reyes Católicos, la rebelión contra el almirantazgo y la visita de Felipe IV, el 'rey pasmado', personaje que trató con gracia preguntándose "¿cómo fue capaz de subir a Gibralfaro?".
Al final de su intervención, la conferenciante desglosó la ejecución de los lunetos, unos elementos ornamentales que incluyen la pintura de una persona destacada de la ciudad cada uno de ellos y están en el techo del elegante Salón de los Espejos, que actualmente se dedica a la celebración de actos.

Juan Sánchez, presidente del Teléfono de la Esperanza, destacó en este segundo de los actos del Día de la Escucha que "Katy es maestra en ejercicio y en muchas cosas, en el arte de la solidaridad, relacionarse con los demás y los cantes de Málaga".

Hoy, con la conferencia del profesor Zaccagnini y mañana sábado dando abrazos en la calle Larios, seguimos con los actos del Día de la Escucha, dedicados este año a las víctimas de la crisis bajo el lema 'Si nos ayudamos, podemos'.

viernes, 30 de marzo de 2012

Caty Casasola y sus amigos hicieron vibrar con sus saetas el salón de 'Villa Esperanza'



Caty Casasola, una de las personas que formó parte del grupo de fundadores del Teléfono de la Esperanza de Málaga en 1976, hizo vibrar el pasado miércoles al salón de actos de 'Villa Esperanza', que se llenó de gente para escuchar su documentada conferencia 'La saeta' y tuvo ocasión de oírla cantar a ella y otros cantaores. Caty fue presentada por el no menos vibrante Sergio Ferrero, otro de los fundadores del teléfono y autor de los dos grandes mosaicos que hay en el salón. Ferrero evocó los treinta años de amistad que une a los dos y agradeció a su amiga que, recién llegado de su Valencia natal, la introdujo en lo más profundo de la cultura andaluza, el flamenco, haciéndole participar en "largas noches escuchando las pandas de verdiales de Santo Pitar". "Caty huele a biznaga", dijo Sergio, en referencia a una de las flores típicas de Málaga. 


La experta en los cantes flamencos recordó que la palabra saeta viene del latín sagitta y en el cante es "una flecha, dardo o arma arrojadiza que se dispara al costado abierto de un Cristo agonizante o Virgen traspasada de dolor". Caty nos proyectó viajes estampas en blanco y negro de míticos cantaores andaluces como Silverio Franconetti o Enrique 'El Mellizo' y explicó que los investigadores sitúan el origen de este canto desgarrado en otros anteriores que se remontan a la Edad Media andaluza, pero no hay acuerdo sobre sus raíces que podrían ser árabes, judías o cristianas vía cantos gregorianos. Ya en el siglo XVIII, la orden de los franciscanos utilizó la saeta penetrante como coplillas en las procesiones para llamar al arrepentimiento de los pecados de la gente a los que se advertía de la posible llegada de la muerte habiendo hecho el mal. En los siglos XVII y XVIII se extendió el laicismo y, a nivel religioso, surgieron cantos como los de Los Campanilleros, todavía presentes en muchos pueblos andaluces, y Los Auroros, un grupo de hombres que cada domingo del año salen a las calles de Arriate (Málaga) a entonar cantos religiosos. A la saeta penetrante sucedió la saeta del pecado mortal, dirigida a "meter miedo a la gente". En el siglo XIX, se cantaba en Puente Genil (Córdoba), Arcos de la Frontera (Cádiz) y San Roque (Cádiz) la llamada 'pasión romanceada' durante las procesiones.


Uno de los momentos más emotivos de la charla fue cuando tres amigos de Caty Casasola, naturales de Minas de Riotinto (Huelva), salieron de entre el público presente y cantaron los ritmos esquileros de su pueblo. Se trata de un canto repetitivo basado en un ritmo musical primitivo, salmódico que se acompaña de un toque de campana único. Luego la conferenciante se adentró en la explosión de la saeta flamenca como se conoce hoy día, que arrancó en la primera parte del siglo XIX, y se paró en detallar los diferentes estilos basados en tonás, martinetes, seguiriyas, carceleras y malagueñas y, por zonas geográficas, se detuvo especialmente en Puente Genil (Córdoba) y Málaga. Por último, citó a grandes del género como Tomás y Pastora Pavón, Manolo Caracol, Antonio Chacón, Manuel Soto y 'El cojo de Málaga'. De los actuales, se detuvo en María 'La faraona', Antonio de Canillas y Pepe de Campillos, que estaba presente en la sala y deleitó a la concurrencia con una sentida saeta dedicada a una imagen de su pueblo. 


La propia Caty se puso en pie y, mirando a la imagen que se proyectaba de la Virgen de la Esperanza, la más popular en Málaga, entonó su saeta y fue muy aplaudida al igual que su compañero unos minutos antes.

Entrevista a Caty Casasola en diciembre de 2011:


viernes, 23 de marzo de 2012

Caty Casasola imparte el 28 de marzo la conferencia 'La saeta' en el Teléfono de la Esperanza


La Semana Santa está a la vuelta de la esquina. O como decimos en Andalucía "ya huele a Semana Santa". En unos días, el Viernes de Dolores ya, las calles de nuestros pueblos y ciudades se vaciaran de coches y ruidos y dejaran paso a las imágenes sobre sus tronos, las bandas de música y una sinfonía de colores, los de las túnicas de nazareno. El Teléfono de la Esperanza también quiere celebrar de alguna manera este acontecimiento de religiosidad popular y cultural que cada primavera despierta las emociones de millones de personas. La profesora Cati Casasola pronunciará el miércoles 28 de marzo en nuestra sede la conferencia 'La saeta' en la que hará un recorrido por ese cante hecho oración que cada noche de Semana Santa sale de gargantas emocionadas al paso de un cristo o una virgen. Casasola es una gran conocedora e investigadora de diferentes palos del flamenco y el pasado mes de diciembre nos deleitó con su saber y la forma amena de contar las cosas en una conferencia sobre los cantes antiguos de Málaga. Además, fue una de las personas que en 1976 puso en marcha el Teléfono de la Esperanza en Málaga.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Caty Casasola: "El flamenco es mi filosofía y mi vida"


La conferencia y actuación flamenca de Caty Casasola y su grupo de amigos la semana pasada todavía resuena entre las paredes de 'Villa Esperanza' y, sobre todo, en los corazones de las más de 70 personas que pudieron conocer las historias de los viejos cantaores históricos que nos contó nuestra compañera y disfrutaron con su voz y el sonido de las guitarras.
Caty es una persona entrañable y querida en el Teléfono de la Esperanza de Málaga y pertenece al pequeño grupo de entusiastas voluntarios que allá por 1976 pusieron en marcha la asociación. Durante varias décadas ha compaginado su labor a la escucha de las personas en crisis con su apasionada afición por el flamenco.

¿Cómo surgió tu afición al flamenco?
Pues por un lado porque de niña escuchaba un programa de radio dedicado al flamenco y por el otro porque varias personas de mi familia cantaban. Me emociono solo de recordar a mi tía abuela cantándome cuando era pequeña. Ya de mayor, recordé que una de sus canciones era la 'Malagueña de la Trini'.


¿Cómo tomaste contacto con ese mundo?
Me vine a Málaga y empecé a ir a la Peña 'Juan Breva'. Allí puse cada cosa en su sitio. Al principio me costaba ir, estar allí, porque solo iban hombres, pero al final la afición pudo por encima de esa barrera. En esa peña, comencé a canturrear acompañada de una guitarra.

¿Quienes te acompañaron en la actuación en nuestra sede y en que consistió la charla?
Manolo Jiménez, José A. Ortigo y Joaquín Millán. Ellos y yo formamos un grupo de amigos, aficionados a los cantes de Málaga. Normalmente nos reunimos nosotros solos y cantamos, pero no están acostumbrados a actuar en público y conseguí convencerlos para que vinieran aquí. Quiero agradecer a Carlos López el apoyo que me dio con todo lo relacionado con el sonido y la tecnología. La charla estuvo acompañada por unos cuadros sinópticos en los que yo explico cuales son los cantes de Málaga, por tipos de cantes y por pueblos. Aparecen grupos de malagueñas y verdiales tocando, biografías de cantaores y fotografías antiguas de los pueblos y Málaga.


¿Qué cantes interpretasteis?
Manolo Jiménez hizo un fandango de Lucena y una jabera y yo un jabegote y una malagueña de 'El canario', entre otros. También cantes de 'El Piyayo' y Juan Breva, ese gran cantaor del que García Lorca decía  'Juan Breva tiene cuerpo de gigante y voz de niña, evoca los limoneros de Málaga la dormida'.


¿Qué ha sido el cante flamenco en tu vida?
Me aficioné y me he hartado de leer y sacar conclusiones. Ha sido mi filosofía, mi hobby, todo. Y es una cosa que me ha unido mucho a otros aficionados porque el flamenco une mucho y, a veces, con gente a distancia, de otras ciudades con los que te pones a hablar, tienes lugares comunes y coincidencias que hacen que parezca que los conoces de toda la vida. Mi otra afición es la lectura que compaginaba incluso con los turnos del teléfono mientras estaba esperando las llamadas. El flamenco es algo muy grande que ha estado proscrito muchos años, solo tienes que darte cuenta de que la primera antología se hizo en Francia y la primera cátedra también allí, en la Universidad de la Soborna.