La conferencia y actuación flamenca de Caty Casasola y su grupo de amigos la semana pasada todavía resuena entre las paredes de 'Villa Esperanza' y, sobre todo, en los corazones de las más de 70 personas que pudieron conocer las historias de los viejos cantaores históricos que nos contó nuestra compañera y disfrutaron con su voz y el sonido de las guitarras.
Caty es una persona entrañable y querida en el Teléfono de la Esperanza de Málaga y pertenece al pequeño grupo de entusiastas voluntarios que allá por 1976 pusieron en marcha la asociación. Durante varias décadas ha compaginado su labor a la escucha de las personas en crisis con su apasionada afición por el flamenco.
¿Cómo surgió tu afición al flamenco?
Pues por un lado porque de niña escuchaba un programa de radio dedicado al flamenco y por el otro porque varias personas de mi familia cantaban. Me emociono solo de recordar a mi tía abuela cantándome cuando era pequeña. Ya de mayor, recordé que una de sus canciones era la 'Malagueña de la Trini'.
¿Cómo tomaste contacto con ese mundo?
Me vine a Málaga y empecé a ir a la Peña 'Juan Breva'. Allí puse cada cosa en su sitio. Al principio me costaba ir, estar allí, porque solo iban hombres, pero al final la afición pudo por encima de esa barrera. En esa peña, comencé a canturrear acompañada de una guitarra.
¿Quienes te acompañaron en la actuación en nuestra sede y en que consistió la charla?
Manolo Jiménez, José A. Ortigo y Joaquín Millán. Ellos y yo formamos un grupo de amigos, aficionados a los cantes de Málaga. Normalmente nos reunimos nosotros solos y cantamos, pero no están acostumbrados a actuar en público y conseguí convencerlos para que vinieran aquí. Quiero agradecer a Carlos López el apoyo que me dio con todo lo relacionado con el sonido y la tecnología. La charla estuvo acompañada por unos cuadros sinópticos en los que yo explico cuales son los cantes de Málaga, por tipos de cantes y por pueblos. Aparecen grupos de malagueñas y verdiales tocando, biografías de cantaores y fotografías antiguas de los pueblos y Málaga.
¿Qué cantes interpretasteis?
Manolo Jiménez hizo un fandango de Lucena y una jabera y yo un jabegote y una malagueña de 'El canario', entre otros. También cantes de 'El Piyayo' y Juan Breva, ese gran cantaor del que García Lorca decía 'Juan Breva tiene cuerpo de gigante y voz de niña, evoca los limoneros de Málaga la dormida'.
¿Qué ha sido el cante flamenco en tu vida?
Me aficioné y me he hartado de leer y sacar conclusiones. Ha sido mi filosofía, mi hobby, todo. Y es una cosa que me ha unido mucho a otros aficionados porque el flamenco une mucho y, a veces, con gente a distancia, de otras ciudades con los que te pones a hablar, tienes lugares comunes y coincidencias que hacen que parezca que los conoces de toda la vida. Mi otra afición es la lectura que compaginaba incluso con los turnos del teléfono mientras estaba esperando las llamadas. El flamenco es algo muy grande que ha estado proscrito muchos años, solo tienes que darte cuenta de que la primera antología se hizo en Francia y la primera cátedra también allí, en la Universidad de la Soborna.
¿Cómo tomaste contacto con ese mundo?
Me vine a Málaga y empecé a ir a la Peña 'Juan Breva'. Allí puse cada cosa en su sitio. Al principio me costaba ir, estar allí, porque solo iban hombres, pero al final la afición pudo por encima de esa barrera. En esa peña, comencé a canturrear acompañada de una guitarra.
¿Quienes te acompañaron en la actuación en nuestra sede y en que consistió la charla?
Manolo Jiménez, José A. Ortigo y Joaquín Millán. Ellos y yo formamos un grupo de amigos, aficionados a los cantes de Málaga. Normalmente nos reunimos nosotros solos y cantamos, pero no están acostumbrados a actuar en público y conseguí convencerlos para que vinieran aquí. Quiero agradecer a Carlos López el apoyo que me dio con todo lo relacionado con el sonido y la tecnología. La charla estuvo acompañada por unos cuadros sinópticos en los que yo explico cuales son los cantes de Málaga, por tipos de cantes y por pueblos. Aparecen grupos de malagueñas y verdiales tocando, biografías de cantaores y fotografías antiguas de los pueblos y Málaga.
¿Qué cantes interpretasteis?
Manolo Jiménez hizo un fandango de Lucena y una jabera y yo un jabegote y una malagueña de 'El canario', entre otros. También cantes de 'El Piyayo' y Juan Breva, ese gran cantaor del que García Lorca decía 'Juan Breva tiene cuerpo de gigante y voz de niña, evoca los limoneros de Málaga la dormida'.
¿Qué ha sido el cante flamenco en tu vida?
Me aficioné y me he hartado de leer y sacar conclusiones. Ha sido mi filosofía, mi hobby, todo. Y es una cosa que me ha unido mucho a otros aficionados porque el flamenco une mucho y, a veces, con gente a distancia, de otras ciudades con los que te pones a hablar, tienes lugares comunes y coincidencias que hacen que parezca que los conoces de toda la vida. Mi otra afición es la lectura que compaginaba incluso con los turnos del teléfono mientras estaba esperando las llamadas. El flamenco es algo muy grande que ha estado proscrito muchos años, solo tienes que darte cuenta de que la primera antología se hizo en Francia y la primera cátedra también allí, en la Universidad de la Soborna.
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