jueves, 25 de julio de 2024

Autocuidado para la salud integral


                                         https://somoscomunidad.org.ve/2021/07/23/


Esperanza Muñoz

Coordinadora del programa 'Entre Amigos' del Teléfono de la Esperanza

En la forma de vida que tenemos actualmente, nos cuesta pararnos a preguntarnos: ¿Cómo estoy?, ¿qué necesito en este momento de mi vida?, ¿estoy prestando atención a las señales que me envía mi cuerpo, mis emociones o mi pensamiento?

Se ha declarado el 24 de JULIO como el DIA MUNDIAL DEL AUTOCUIDADO.

Una de las cualidades que se le pide a una persona adulta, es que sepa cuidarse a sí mismo, de lo contrario esta responsabilidad recae sobre las personas que le rodean: pareja, familia, padres, hijos, amigos… y algo que pedimos a quienes queremos es precisamente que nos libre de esta responsabilidad, que mientras se pueda debe ser de cada uno de nosotros quien cuide de la salud y buen funcionamiento del organismo que habita y posee.

Solemos achacar la pérdida de salud, a la mala suerte, a la vida que no nos trata bien o en última instancia al médico o sistema sanitario que no supo estar a la altura, y no digo que sea asi en distintas circunstancias, pero principalmente la responsabilidad sobre nuestra salud recae sobre nosotros mismos y el efecto de efercer esta responsabilidad es el AUTOCUIDADO.



¿QUÉ ES EL AUTOCUIDADO?

Según Jeame Pey (director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud: Anefp), podría definirse como el conjunto de actividades destinadas a que podamos tener calidad de vida durante el mayor tiempo posible.

Pero el ser humano es un ser complejo conformado por múltiples facetas que interactúan entre ellas. La salud que las implica a todas la llamamos SALUD INTEGRAL. Es decir la salud integrativa de todos los aspectos que forman el ser humano. Estas facetas son principalmente:

FACETA FÍSICA. En común con el resto de animales habitamos un cuerpo perfectamente planteado y evolucionado que cumple en estado de salud con sus funciones, para que podamos vivir la vida.

El cuerpo mantiene sus funciones mediante la llamada HOMEOSTASIS: conjunto de acciones que se producen para mantener el equilibrio biológico, para que los distintos sistemas puedan sobrevivir y funcionar de forma adecuada. Es el aspecto en que primero pensamos al hablar de autocuidado: de la alimentación, del ejercicio físico, de hábitos sanos libres de tóxicos, del diagnóstico precoz, revisiones médicas…etc.

FACETA MENTAL. La mente es el conjunto de capacidades cognitivas y que engloban procesos como la percepción, el pensamiento, la conciencia y la memoria, entre otros.

La mente es una herramienta que el ser humano posee, que genera los pensamientos, de los que hemos de cuidar especialmente, ya que profundamente implicados con las emociones, se influyen mutuamente y deben ser objeto de un AUTOCUIDADO ESPECIAL.

Los pensamientos pueden llevarnos a un gran desarrollo personal, social y por tanto, de nuestras potencialidades o por el contrario ser la causa de nuestra perdición como seres humanos y hacernos comportar de forma incluso patológica (lo vemos por desgracia con frecuencia, en los casos de violencia doméstica).

Para el autocuidado de la mente, en las funciones que podemos controlar, hemos de cultivar una mente sana, para ello es muy positivo, no identificarnos con los pensamientos, que se rigen por la PERCEPCIÓN mediante los sentidos y la interpretación que según nuestros patrones y esquemas hacen de la realidad. Para darnos cuenta de que no somos los pensamientos que tenemos, hay que desarrollar una capacidad de observación de nuestra mente para distinguir aquello que pueda decirnos, guiada por el Ego, mecanismo de defensa que se ha ido creando desde que llegamos a este mundo.

Lo que cada uno de nosotros percibimos e interpretamos, no es la realidad, sino nuestra versión de la misma.Mens sana in corpore sano”. La expresión en latín clásico, cuya traducción es 'una mente sana en un cuerpo sano' es lo que hemos de procurar favorecer y no dejarnos llevar por lo primero que aparece en nuestra mente.

La mente, y su producto, los pensamientos, son de los aspectos que nos esforzamos en cuidar en nuestra asociación Teléfono de la Esperanza ya que, de forma íntimamente unida a las emociones, determina nuestras reacciones y forma de sentir y actuar. El dolor está presente en la vida, pero el sufrimiento que muchas veces padecemos, depende de nosotros y de la forma en que interpretamos o damos sentido a ese dolor. Y de la forma en que lo vivamos, dependerá el perjuicio que nos hacemos a nosotros mismos y por extensión a otras personas.

Mediante la práctica de la observación y detección de pensamientos insanos, podemos reconducir también nuestras emociones. Ejemplo: se cruza con nosotros una persona conocida y no nos saluda, por lo que podemos interpretar que intencionadamente no quiso saludarnos. Si cultivamos una mente sana, y nos hacemos conscientes de este pensamiento, podemos corregir y pensar: quizás no nos vio o iba inmerso en sus preocupaciones. De cada una de las opciones, derivarán emociones y acciones completamente distintas.

Para mantener una mente sana hay que tomar conciencia de nuestros pensamientos y practicar “el no juicio” de las emociones propias y ajenas. Podemos tener claro que una acción no es buena o adecuada, o nefasta, pero el implicar a la persona denostándola mediante el juicio, ya es otra cosa, que es posible trabajar y evitar.

Muy importante también el diálogo interno. Lo que nos decimos a nosotros mismos es la causa de mucho malestar que proyectamos o hace que culpemos a otros de lo que en realidad pensamos nosotros.

FACETA EMOCIONAL. Intimamente unida a los pensamientos, manejar nuestras propias emociones es un auténtico arte. Desde que lanzara su libro Daniel Goleman 'Inteligencia emocional', mucho se ha hablado sobre el tema y es fundamental para mantener una salud integral.

Tanto quien se deja llevar por sus emociones de forma impulsiva, como quien no las escucha y vive ficticiamente, está cometiendo una grave falta contra su salud en todos los aspectos. Ya está suficientemente demostrado que las emociones influyen en lo físico y pueden llegar a producir somatizaciones y enfermedades que pueden llevar a destrucción de órganos y sistemas.

Por tanto, escuchar, comprender y encauzar las emociones es una tarea, como todas las que afectan al ser humano, que llevará toda la vida y serán motivo de continuo aprendizaje.

La excesiva susceptibilidad que vemos en muchas personas, la facilidad para el enfado y la cólera, el sentirse ofendidos, ocasiona un sufrimiento casi totalmente evitable, pues es síntoma de la falta de equilibrio emocional de quien lo padece y aunque se culpe al otro, es un problema de uno mismo, que se hace esclavo de sus propias emociones. Aconsejamos busque ayuda y orientación (en el Teléfono la ofrecemos) para darse cuenta que ocurre y tener herramientas para encauzarlo.

FACETA SOCIAL. Somos seres sociables y también requiere nuestra atención este aspecto que a veces descuidamos, aislándonos. Generalmente es el miedo al rechazo o la inseguridad lo que nos impide acercarnos a los otros. Intimamente unidas a las anteriores es muy importante que mantengamos relaciones saludables. Este aspecto requiere un gran trabajo de desprendimiento del EGO, mecanismo que necesitamos para sobrevivir en este mundo, pero que la mayoría de las veces nos confunde y aleja incluso de los seres más próximos y queridos.

En la convivencia ponemos en práctica lo que de amor, compasión, empatía, libertad y conciencia o ética hemos aprendido y es un reto diario, que dará mayor o menor calidad a nuestra vida.

Cuidemos nuestras relaciones, porque son las que básicamente nos van a hacer sentir felices o desdichados, comenzando con la relación con nosotros mismos, que se traducirá en la relación con los otros.

FACETA ESPIRITUAL. El ser humano es el único que tiene consciencia de su propia existencia, que puede crear y que busca sentido a su vida. Es por tanto un ser trascendente.

El autoconocimiento, el reto de querer situarse en el mundo, de conocer el porqué de su existencia y sentido final de ésta, es una constante a lo largo de su historia y evolución.

El aspecto espiritual culmina al ser humano, que no está satisfecho solo con vivir como otro animal, sino que busca el sentido de lo que le ocurre y con el instrumento del lenguaje se comunica y transmite su cultura y experiencia.

No debemos olvidar pues esta faceta que nos hace comprender que dentro tenemos un universo que investigar y conocer, tan inmenso como el que percibimos si miramos las estrellas. Somos muy pequeños, pero a la vez, algo inmenso nos invade en ocasiones y nos hace sentir parte de algo mucho más amplio, de algo que nos supera y no podemos explicar.

La capacidad de amar, de comprender, de empatizar y conectar con las emociones y necesidades de otros, son facultades muy propias del ser humano. El nivel de conciencia, de distinto grado según las personas y no por su cultura académica o formación, sino por su experiencia y sabiduría, da a la persona una forma de ser y estar en el mundo que ilumina y enriquece a ella y quienes rodea, sería la llamada inteligencia espiritual.


                                  https://www.psicoactiva.com/blog/frases-espirituales/


Y volviendo al AUTOCUIDADO

Por tanto y volviendo al tema inicial que nos ocupa, no vamos a fijarnos en el concepto de SALUD como lo define la OMS, casi un estado perfecto, de máximo bienestar en todos los sentidos. Más bien vamos a adoptar otro concepto más real y al que podemos aspirar con nuestra actitud:

“Salud es un proceso permanente de búsqueda del equilibrio dinámico en todos los factores que componen la vida, siendo capaces de acoger la vida tal y como esta se presenta”.

Consiste en “saber afrontar saludablemente la enfermedad y la salud”.

La perdida de salud o desgaste de la energía vital puede estar provocada por múltiples causas: mala alimentación, estrés y preocupaciones, complicaciones en las relaciones, falta de ejercicio, consumo de sustancias tóxicas, frustración en el trabajo, forma insana de interpretar los acontecimientos…y otras que aparecen en la vida, como las de duelo o enfermedad… ha de ponerse en marcha el mecanismo del autocuidado.

AUTOCUIDADO sería el conjunto de acciones que cada persona o comunidad es capaz de llevar a cabo para favorecer la HOMEOSTASIS (equilibrio de las funciones biológicas) referente al cuerpo y en el plano emocional y racional, la RESILIENCIA (adaptación y enriquecimiento ante las dificultades).

¿Cómo?

Desarrollando la capacidad de observarme, conocerme, respetarme, aceptarme y quererme en todos los aspectos que me componen y buscando los medios para el mejor desarrollo y expresión de mis potencialidades, habilidades y objetivos, corrigiendo y enderezando los hábitos y situaciones que llevan a un deterioro de mi propia salud en cualquiera de los aspectos que me componen. 

Si solo nos quedamos en la observación y aunque nos conozcamos y respetemos, si no tomamos medidas para que ocurra algo diferente, probablemente no se produzca ningún cambio o si lo hay, sea para peor. Estaríamos en un círculo vicioso. 

Para salir de ello hay que observar, corregir la actitud 

incorrecta y volver a intentarlo. Así puede ocurrir un 

cambio positivo.

Si solo nos quedamos en la observación y aunque nos conozcamos y respetemos, si no tomamos medidas para que ocurra algo diferente, probablemente no se produzca ningún cambio o si lo hay, sea para peor. Estaríamos en un círculo vicioso.

Para salir de ello: hay que observar, corregir la actitud incorrecta y volver a intentar, así puede ocurrir un cambio en positivo.

La mayor dificultad suele estar en la RESISTENCIA DE NUESTRA MENTE AL CAMBIO.

Al final, todos los aspectos de nuestra vida repercuten en LAS EMOCIONES.

Pauld Gilgert en su libro: 'La mente compasiva', presenta el modelo de los 3 SISTEMAS EMOCIONALES:

Sistema de calma y afiliación. Este sistema activa el autocuidado, el descanso y la amabilidad. Emocionalmente nos sentimos serenos, en calma y con empatía. Generamos endorfinas y OXITOCINA. Para estar en este sistema, tendremos que practicar la atención plena, buscar momentos de intimidad con nosotros mismos y con el universo. Nos sentimos en conexión con otras personas, y podemos ejercer la comprensión y aceptación. 

Sistema de activación. Este sistema nos lleva a la acción, a las metas y los desafíos. El estado emocional que prima es el de motivación. Segregamos dopamina que activa los mecanismos de recompensa en nuestro organismo. Muchas personas, sobre todo en el ámbito profesional, están sumidas en este sistema, por lo que la descarga de dopamina que se genera, a su vez lo alimenta, olvidando o desviándose de los otros dos. Serían las personas que viven para el trabajo o la actividad, que no se puede contar con ellas para disfrutar un rato en familia o que siempre están ocupadas. 

Sistema de ataque defensa. Este sistema nos lleva a la lucha, el control y la búsqueda de la seguridad. Se activa al sentirnos atacados y tenemos una sensación de amenaza, miedo o ansiedad. El cortisol y la adrenalina son la respuesta del organismo a nivel químico. Esta sensación de ataque, no siempre es real. Hay personas que creen que el mundo está en su contra y que todos le persiguen o buscan su mal. Puede ser producto de una forma victimista de interpretar los acontecimientos.

Este es el sistema que se pone en marcha cuando hay una situación de strés permanente y los mecanismos compensatorios que se ponen en marcha, se convierten en un problema en sí mismo. En cualquier caso, las personas, según su estado anímico, circunstancias, educación, esquemas de vida…, se comportan y responden de una forma determinada que en la mayoría de las ocasiones no busca hacer daño, sino que es una forma de reaccionar. Dicho de otra forma: “las personas no te hacen, hacen”. Y lo que las personas hacen repercutirá en ti, en la medida que lo permitas y según la salud emocional y mental que hayas desarrollado. Si no nos empeñamos en que los demás sean como deseamos que sean, sino que los aceptamos como son o están en este momento, será más fácil no sentirse atacado. Las situaciones y las personas son o están de una forma, pero soy yo quien debe saber ejercer según yo soy, basándome en los valores que rigen mi vida y no dejándome trastornar por los trastornos de otros. Podemos preguntarnos en cual de estos sistemas nos encontramos con mayor frecuencia. Todos ellos son necesarios, pero es el equilibrio lo que determina la armonía. Si podemos tener activo el sistema de calma con facilidad, a la vez que somos capaces de llevar a cabo los retos, sueños y desafíos que la vida nos exige, con la actividad y lucha necesaria para conseguirlo y viviendo prudentemente pero sin miedos, encontraremos el equilibrio necesario para mantener nuestra salud. 

Momentos de crisis. Hay un interés por parte de la comunidad médica en evitar que las pessonas en momentos de crisis existenciales, recurran a benzodiazepinas y drogas similares. Hemos de comprender que cuando ocurre algo importante como la pérdida de un familiar o una separación o mala noticia de cualquier tipo, se produce un tiempo de crisis y DUELO que también hay que aceptar y gestionar y que si ocurre de forma sana , se irá aceptando y colocando en la vida de cada uno. Si no ocurre así, es mejor -salvo casos extremos- trabajarlo con ayuda y apoyo psicológico que engancharse a un tratamiento del que ser dependiente, a veces, el resto de la vida. Podemos terminar por el principio, definiendo lo que es la salud el AUTOCUIDADO y teniendo en cuenta todo lo hablado. SALUD es el proceso permanente de búsqueda del equilibrio dinámico en todos los factores que componen la vida, capaz de acoger la vida tal y como esta se presenta. AUTOCUIDADO se la capacidad de observarme, conocerme, respetarme, aceptarme y quererme en todos los aspectos que me componen. Para ello es necesario buscar los medios para el mejor desarrollo y expresión de mis potencialidades, habilidades y objetivos.

También será necesario corregir y enderezar los hábitos y situaciones que llevan a un deterioro de mi propia salud en todas mis facetas y realizando la prevención y curación que mi medio me permite para evitar la enfermedad. Pero es muy difícil vivir la vida si estamos en la amenaza o el miedo a enfermar. Es necesario por tanto que comprendamos, que somos seres vulnerables y que no todo lo podemos controlar, aceptando lo que la vida nos trae de la mejor manera posible y no dando la espalda a nuestras responsabilidades y valores. Procuremos en periodo de vacaciones y cada día, buscar momentos de conexión con nosotros mismos, con la naturaleza donde es más fácil ver la esencia, transcender, agradecer por lo que tenemos y disfrutamos. Y preguntémonos, ¿qué necesita mi SER en todas sus facetas para sentirme y funcionar mejor? Y haciendo los cambios oportunos, pongámonos en camino para mejorar nuestro autocuidado y por tanto nuestra persona de forma integral.


martes, 23 de julio de 2024

Nuevo curso 'Desarrollo Personal Módulo 1' a partir del 19 de septiembre



 


¿Hace tiempo que notas que hay algo de ti que no te gusta?
 
 ¿Haces lo urgente y no lo que de verdad quieres hacer en tu día a día? 

¿Vives en la incomodidad de no expresar tus necesidades?

 ¿Sufres tensiones en las relaciones con las personas de tu entorno? ¿Te gustaría conocerte mejor a ti mismo? 

El Teléfono de la Esperanza te puede ayudar. El próximo mes de septiembre iniciamos una nueva edición del curso 'Desarrollo Personal I' que tendrá lugar en régimen de internado el fin de semana del 19 al 22 de septiembre. Posteriormente se desarrolla en 8 sesiones semanales de hora y media con trabajo en grupo. En el curso damos las claves para la comprensión de la propia personalidad y herramientas para crecer como personas. 

 Información y formulario de inscripciones:
952 65 26 51
y en la web

https://telefonodelaesperanza.org/malaga/cursos-y-talleres/curso-desarrollo-personal-modulo-1-6456

jueves, 18 de julio de 2024

La aceptación, un cambio de paradigma ante el sufrimiento

 


                                   https://www.locasabiduria.com/guia-autoaceptacion/


Magin López

Psicólogo del Teléfono de la Esperanza

El uso del concepto ACEPTACION no es nuevo en psicología. Muy al contrario, aparece bajo distintas denominaciones en diversas corrientes psicológicas de todos los tiempos. Carl G. Jung, a modo de ejemplo, decía que lo que niegas te somete y lo que aceptas te trasforma.

A pesar de no ser, entonces, concepto novedoso, el papel que las corrientes terapéuticas más modernas conceden al término ACEPTACIÓN, ha pasado a ser preponderante en sus intervenciones psicoterapéuticas. Tanto que, como en el caso de la Terapia de Aceptación y Compromiso, por ejemplo, ha pasado a formar parte de su propia denominación.

Con frecuencia, y ante sensaciones o experiencias dolorosas e incómodas, iniciamos una lucha o huida de estas para intentar que desaparezca ese sufrimiento que provocan. Y, a veces, en eso se convierte nuestra vida. En luchar o huir contra o de esos eventos dolorosos. Partimos del convencimiento de que hasta que este sufrimiento no desaparezca, seremos incapaces de caminar hacia nuestros ideales.

Si, por ejemplo, sufrimos ansiedad, tomaremos pastillas que nos adormezcan, haremos deporte compulsivamente, comeremos con más frecuencia o cantidad de la deseada, evitaremos las relaciones sociales que nos alteran e iniciaremos un sinfín de conductas destinadas a no sentir ansiedad. Y el resultado es que nuestra vida se convierte en eso, en una sucesión de conductas de lucha o huida contra la ansiedad.

Mientras tanto, las acciones dirigidas a conseguir nuestros verdaderos valores, hacia los que queremos realmente dirigir nuestra vida, quedarán relegados a un muy segundo plano. Con el agravante de que este tipo de conductas evasivas nos librarán de la ansiedad solo un corto periodo de tiempo, pero, a medio y largo plazo solo servirán para aumentarla. Por tanto, nuestros esfuerzos por reducir la ansiedad solo conseguirán aumentarla. Y mientras tanto, nuestra vida va pasando sin que vayamos tras su sentido, cualquiera que este sea para nosotros.

La ACEPTACIÓN supone cambiar nuestra relación con esos eventos dolorosos asumiendo que van a estar ahí, como una mochila, como una carga, pero, y muy a su pesar, no van a conseguir evitar que yo no tome COMPROMISOS y ACCIONES en aras de mantener mi vida en el camino de acercarme a mis valores. A lo que yo quiero hacer. A lo que quiero llegar.

ACEPTACIÓN significa, entonces, cambiar de paradigma frente al sufrimiento. Asumir dicho sufrimiento como parte inherente a la existencia humana. Asumir que dicho sufrimiento estará ahí cuando corresponda, pero que, de alguna forma, lograré convivir con él y no limitará mi voluntad de encaminar mis pasos en la dirección en la que yo deseo para mi vida. Por ello, el gran valor de la ACEPTACIÓN, aunque pudiera ser valiosa en sí misma, se desprende de que posibilita tomar dichas acciones comprometidas y dirigidas a mi propia realización, hacia la consecución de mis valores.


                                     https://psicologiaonthego.com/

Queda claro, entonces, la repetida idea de que la finalidad última de estas terapias es que tú puedas seguir adelante con tu vida a pesar de las dificultades. Esto no es, ni mucho menos, fácil a la hora de llevarlo a la práctica. Por supuesto, explicaciones folclóricas de la conducta llevan a simplificaciones terapéuticas tan sencillas como disparatadas.

Aclarar, finalmente, que las terapias de tercera generación y especialmente ACEPTACIÓN Y COMPROMISO cuentan con otras herramientas además de la ACEPTACIÓN para conseguir sus objetivos. Pero sería demasiado largo para este artículo entrar en dichas herramientas. En sucesivas publicaciones analizaremos otras. Baste aquí con presentar el concepto de ACEPTACIÓN como una de las básicas. No tratamos de cambiar nuestros eventos dolorosos. No tratamos de luchar o huir de dichos eventos más allá de lo razonable. Se trata de relacionarnos con ellos, incidimos sobre esta idea, de una forma diferente. 

jueves, 11 de julio de 2024

Los 3 pilares del envejecimiento activo y saludable




Cristina Casanova

Voluntaria de 'La Brújula de la Esperanza'

Trabajo como fisioterapeuta en una residencia de ancianos desde hace 26 años. Soy voluntaria del Teléfono de la Esperanza desde hace varios años, y participo en dos grandes proyectos que lleva a cabo:  el 'Chat de la Esperanza', y 'La brújula de la Esperanza', donde he podido impartir varios talleres sobre el envejecimiento activo.

El 27 de junio, tuve el honor de impartir una charla sobre salud mental y envejecimiento activo. La convocatoria reunió a 25 mayores de diferentes edades.

Cuando nos presentamos, lancé la pregunta de por qué se habían animado a venir, y dijeron que el tema les parecía interesante y les podría ayudar en su vida.  Acudieron convencidos de que el envejecimiento activo es muy importate para sus vidas.

La salud mental, según la OMS

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (1948), la salud se define como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades.

Dentro de aspectos que conforman la salud se encuentra la salud mental, considerada un componente esencial para el bienestar las personas. La Organización Mundial de la Salud la define como un estado de bienestar en el que la persona realiza sus actividades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad. En este sentido positivo, la salud mental es el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad. (OMS, 2018)

La salud mental de las personas mayores

Ante tal escenario, durante la pandemia por COVID-19 hubo un aumento considerable en los niveles de estrés, depresión y ansiedad de la población, particularmente de personas mayores, en quienes se intensificaron las medidas de distanciamiento social por tratarse de un grupo de mayor riesgo de contagio.

Esta situación ha puesto de relieve la importancia del cuidado y atención de la salud mental para el bienestar integral de las personas mayores. No obstante, en muchas ocasiones, el personal sanitario y las propias personas mayores no dimensionan los problemas de salud mental. Además, la estigmatización de las enfermedades mentales propicia que las personas sean aún más renuentes a buscar ayuda.

De esta manera, es importante realizar acciones que procuren el cuidado de la salud mental de forma continua y así reducir el riesgo de desarrollar algún trastorno mental y para para logar un envejecimiento saludable.

Recomendaciones para el cuidado de la salud mental

Durante los últimos años han surgido nuevas investigaciones que demuestran que hay muchas acciones que se pueden realizar para mantener las mentes sanas.

Cuidar la salud

· Realizar exámenes de salud recomendados para detección de alteraciones en la glucosa o en los lípidos.

· Si existen problemas de salud crónicos como la diabetes, la hipertensión arterial, el colesterol alto y la depresión, es necesario vigilarlos y controlarlos.

· Consultar al profesional de medicina sobre los medicamentos y los posibles efectos secundarios en la memoria, el sueño y la función cerebral.

· Reducir el riesgo de lesiones cerebrales por caídas y otros accidentes.

· Limite el consumo de alcohol.

· Evitar el consumo de tabaco.

· Dormir lo suficiente, de 7 a 8 horas cada noche.

Mantener la mente activa

· Aprender nuevas habilidades también puede mejorar la capacidad de pensamiento. Realizar actividades cognitivamente exigentes como leer, practicar ajedrez, armar rompecabezas, tomar o enseñar clases de baile, aprender un nuevo idioma o instrumento musical.


                      Personas mayores en una imagen de la Dipuación de Málaga


Mantener conexiones sociales

· Conectarse con otras personas a través de actividades sociales y programas comunitarios mantienen el cerebro activo y más comprometido con el mundo que nos rodea.

· Visitar a familiares y amigos. Unirse a los programas sociales en los que pueda interactuar y convivir con otras personas de distintas edades.

Mantener una alimentación equilibrada y saludable

· Llevar una dieta saludable rica en frutas y verduras; granos integrales; carnes magras, pescado, aves de corral; productos lácteos bajos en grasa o sin grasa. Es importante cuidar el tamaño de las porciones.

· Limitar el consumo de alimentos altos en grasas sólidas, el azúcar y la sal.

· Beber suficiente agua.

Realizar actividad física

· Mantiene la fuerza y el equilibrio y favorece una sensación de mayor energía.

· Ayuda a prevenir o retrasar enfermedades del corazón, diabetes, entre otras.

· Mejora el estado de ánimo y reduce la depresión.

· Se cree que el ejercicio aeróbico, como la caminata enérgica, es más beneficioso para la salud cognitiva que el ejercicio de tonificación y estiramiento no aeróbico.

· Se recomienda que todas las personas mayores realicen al menos 150 minutos de actividad física cada semana. Unos 30 minutos la mayoría de los días. 

Envejecimiento saludablea-activo

Las estrategias de prevención y de promoción de la salud mental de los adultos mayores se centran en favorecer un envejecimiento saludable, lo que implica crear entornos físicos y sociales que faciliten el bienestar y permitan a las personas llevar a cabo las actividades que son importantes para ellas, a pesar de la pérdida de facultades.

El concepto de envejecimiento activo y cuestiones relacionadas En el año 2002 la propia OMS define el término envejecimiento activo como “el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen” (O.M.S, 2002:79)

. El término «activo» Hace referencia a una participación continua en las cuestiones sociales, económicas, culturales, espirituales y cívicas, no sólo a la capacidad para estar físicamente activo o participar en la mano de obra

Los tres pilares del envejecimiento activo

De esta definición, se extraen los tres pilares fundamentales del envejecimiento activo: participación, salud y seguridad. Aquí no sólo se contempla el envejecimiento desde la atención sanitaria, sino que se incorporan factores de áreas sociales, económicas y culturales que afectan al envejecimiento de las personas.


          Testimonios de participantes en 'La Brújula de la esperanza'

Una brújula contra la soledad de los mayores




jueves, 4 de julio de 2024

Cambiar de hábitos para cambiar mi vida

 


Carlos López

Coordinador
de talleres del Teléfono de la Esperanza

Siempre he querido realizar cambios en mi vida: comer más sano, hacer más ejercicio, reducir el estrés, dormir mejor, ser feliz etc. y generalmente nunca he llegado a alcanzarlos. Al final he llegado a la conclusión de que cambiar es difícil y que no está a mi alcance porque me faltaba motivación.

¿Pero qué es eso de la motivación?

Es el deseo de adoptar un comportamiento específico para hacer algo concreto (cenar hoy espinacas) o algo en general (me voy a cuidar más). El conflicto me surge cuando mis motivaciones se manifiestan como un tira y afloja psicológico, convirtiéndolas al final como fuente de sufrimiento psíquico: «Quiero suprimir de mi dieta el azúcar refinado, pero oye, quiero ese pastel de chocolate». 

Mi Dificultad

Yo siempre había pensado que el cambio conductual y la adquisición de nuevas formas de funcionar consistían en ponerse el listón muy alto, tirar de motivación y fuerza de voluntad, mostrar determinación e ir a por todas. Al final me di cuenta de que depender de la motivación para avanzar no me funcionaba nada bien, porque la motivación y la fuerza de voluntad no son aliados muy fiables; es genial cuando hacen acto de presencia, pero tienden a esfumarse bastante a menudo.

Mensajes como “si quieres puedes” o “tu puedes con todo”, que podemos escuchar con frecuencia hoy día, son contraproducentes porque trasladan la sensación engañosa de que solo con la fuerza de voluntad se puede conseguir cualquier cosa.

Encerrado en el ciclo Pensar – Sentir - Sentir – Pensar

De pronto me encontré en un ciclo interminable entre pensamiento y sentimiento. Realizar un cambio desde aquí es como quedar atrapado en un laberinto de inseguridad donde cada pensamiento de duda y temor alimentaba el fuego de la incertidumbre, es un ciclo del que es difícil escapar, un bucle que define no solo cómo me siento sino también quien soy, es la prisión de mi propia creación, pero también era la llave maestra para liberarme hacia una nueva realidad.

Si Soy Tan Listo, ¿Por Qué Cometo Tantos Errores?

Me di cuenta que la información por sí sola no cambia el comportamiento. Se trata de un error corriente que cometemos las personas, incluso los profesionales bien intencionados. Se basa en la siguiente suposición: si informamos bien a las personas, sus actitudes cambiarán y las actitudes cambiarán los comportamientos.  Manejar buena información sobre el cambio de hábito que queremos hacer será muy positivo para mi, pero no lo es todo. De hecho, acceder a esa información será el principio, una pista para comenzar con los pequeños cambios. Por ejemplo, puedo ver todos los vídeos de un canal de Youtube acreditado en el mundo del crecimiento personal, pero después tendré que aplicar a mi vida aquello que favorezca mi bienestar personal. La inteligencia puede ayudarnos a aprender, evocar datos y a procesar información compleja rápidamente, pero para realizar cambios necesitaba un sistema de control y equilibrio para usar correctamente la fuerza del cerebro. Al final me comprobé, que el problema no está en la voluntad ni en la inteligencia, sino en el enfoque que adopto a la hora de realizar el cambio. Se trata de un defecto de diseño de cómo realizar el cambio, no de un defecto de mi persona.

"Uno cambia su vida cambiando sus hábitos"Aristóteles

Los hábitos son todas aquellas acciones o conductas que hemos repetido regularmente hasta poder hacerlas sin tener que pensarlo y casi sin fuerza de voluntadMuchos de estos hábitos se realizan de forma inconsciente. Cuando nuestro cerebro se acostumbra a algo, es muy difícil sacarlo de esa rutina ¿por qué?, porque de entre todas las opciones que tiene siempre va a acoger aquella en la que está más habituado a realizar. Entre todo el abanico de posibilidades que tiene el cerebro decide aquella opción que sea más fuerte en el cerebro, es decir, que más veces haya sido utilizada.

Mi cerebro está habituado a funcionar de esta forma, y aunque yo sé que es perjudicial para mí, si me centro en decir “esto no lo tengo que hacer” al final lo que estoy haciendo es reforzar el comportamiento.

¿Estoy mal Construido?

Los hábitos, según los científicos, surgen porque el cerebro siempre está buscando una forma de ahorrar energía. Si dejamos que utilice sus mecanismos, el cerebro intentará convertir casi toda rutina en un hábito, porque los hábitos le permiten descansar más a menudo. Este instinto de ahorrar energía es una gran ventaja. Un cerebro eficiente nos permite dejar de pensar constantemente en las conductas básicas, como caminar, comer, manejar, cepillarnos los dientes, así podemos dedicar nuestra energía mental a inventar y desarrollar.

El secreto del cambio es enfocar toda tu energía, no en la lucha contra lo viejo, sino en la construcción de lo nuevo (Sócrates)

Por lo tanto, lo mejor es no luchar contra los hábitos que tenemos establecidos ya que lo único que hacemos es reforzamos. ¿Qué es lo que tengo que hacer? La solución es la introducción de nuevos hábitosEl éxito del cambio es la realización de pequeños hábitos cotidianos, no de transformaciones drásticas que se realizan una vez en la vida.

Fui consciente de que, en las etapas tempranas, suele haber lo que se denomina en psicología el abismo de desilusión. Uno siempre espera realizar progresos de manera lineal y ascendente, por ello fue frustrante cuando por períodos de días o semanas los cambios parecían no funcionar teniendo la sensación de permanecer en el mismo sitio. Es el sello de cualquier proceso acumulativo: los resultados más poderosos toman su tiempo y se retrasan. Al principio requiere de cierta constancia sobre todo durante el periodo de consolidación. Durante este periodo, el hábito es débil y hay que prestarle mucha atención para que vaya cogiendo fuerza.

Un requisito que hay que tener es la simplicidad, hacer que las cosas resulten muy fáciles de hacer, es con diferencia la mejor forma de cambiar nuestro comportamiento

Otra característica es lo pequeño es rápido. Los cambios pequeños no dependen de la motivación ni de la fuerza de voluntadMantener los cambios en tono menor y las expectativas a la baja es una forma de tratar con amigos inconstantes como la motivación y la fuerza de voluntad. Cuando algo es pequeño, resulta fácil hacerlo. Los circuitos cerebrales no tardarán en incorporar nuevos hábitos que se desarrollarán de manera natural. Empezar por lo pequeño significa que puedes comenzar a crear un cambio importante sin preocuparte por lo que vas a tardar.


Conclusión. El cambio es cuestión de consciencia

Actualmente estoy asistiendo a un taller y uno de las cosas que me hablo mi profesor fue sobre el error de quien realiza el cambio. El me pregunto ¿en todo ese proceso Y tú dónde estás? Efectivamente nos falta tener consciencia de que para realizar cambios tengo que ser consciente de que vida llevo. Volviendo otra vez a Sócrates "Ten cuidado con el vacío de una vida muy ocupada", la cual me invito a reflexionar sobre cómo uso mi tiempo y cómo mis actividades diarias pueden afectar a la hora de querer realizar cambios. Fui consciente de la falta de tiempo para la reflexión personal, el crecimiento espiritual, las relaciones significativas, el disfrute de los placeres simples de la vida, y otras actividades que podrían proporcionar un verdadero sentido de propósito o satisfacción. Frase que me invita a que si deseo realizar cambios tengo que SOLTAR cosas de mi vida diaria, pasar del Hacer al Ser y ESTO SÍ QUE ME CUESTA TRABAJO.