La cultura occidental ha colocado al perfeccionismo como un ideal deseable y replicable; la comunicación en nuestra sociedad es una comunicación digital que gira preferentemente en torno a
símbolos relacionados con el poder y con el estatus. La dicotomía entre sujeto
y objeto se ha resuelto a favor del objeto, lo que significa que los individuos
valen por lo que tienen y por lo que son capaces de producir a la sociedad
mercantilista, y no por lo que son. La mayoría de personas es bombardeada
continuamente con invitaciones a mejorar su propio rendimiento, desde la
familia, la escuela y posteriormente en el trabajo. Además de las presiones
externas, muchas personas sienten la presión para rendir a cierto nivel desde
dentro de sí mismas. Desear incrementar el rendimiento propio no es lo mismo
que ser perfeccionista, ya que el deseo perseverante de superar metas ayuda a
las personas a conseguir logros constructivos.
¿Qué
es el perfeccionismo? Es la tendencia a mejorar
indefinidamente un trabajo sin decidirse a considerarlo terminado, un temor
extremo a cometer errores por sentir que equivocarse tendría consecuencias
catastróficas, y en general, la disposición a considerar todo aquello noperfecto
como inaceptable.
Existen dos clases de perfeccionistas:
1. Los
perfeccionistas adaptados, que se marcan altas metas y tienen
tendencias perfeccionistas, pero éstas no arruinan sus vidas, porque saben
sobreponerse cuando no alcanzan sus expectativas.
2. Los
perfeccionistas problemáticos, que entran en crisis si no
consiguen alcanzar sus metas, porque creen que perderán el respeto de sus seres
queridos si llegan a fracasar. Las personas que poseen un
perfeccionismo problemático se caracterizan por: Sus expectativas se encuentran mucho más
allá del alcance personal o de la razón. Se fuerzan de forma crónica y compulsiva
a conseguir estas expectativas imposibles. Miden su autoestima personal en función
de sus méritos, su productividad y sus logros. Esta rigidez e inflexibilidad al
perseguir metas imposibles es causa de deterioro en su rendimiento.
¿Cómo
afecta el perfeccionismo a la vida de una persona? Imponerse
metas muy elevadas puede hacer que deje de disfrutar de su trabajo, que sufra
problemas de ansiedad social que afecten a su capacidad de establecer
relaciones, y que viva las actividades de ocio como un trabajo más,
impidiéndole disfrutar; imponerle expectativas muy altas a los demás puede tener
un impacto muy grande en sus relaciones, contribuyendo a que se produzcan
conflictos y discusiones frecuentes, generando actitudes críticas y
empobreciendo la comunicación.
Pensamientos
y conductas. El perfeccionismo constituye una condición
psicológica que se manifiesta en un estilo de pensamiento y conducta
disfuncional. El pensamiento todo o nada, prestar demasiada atención a los
detalles perdiendo la perspectiva global de las situaciones, catastrofismo,
rigidez, inflexibilidad y excesiva necesidad de control son algunas de las distorsiones
cognitivas típicas de las personas perfeccionistas. Emplear excesivamente una conducta
para asegurarse que nada malo va a ocurrir, comprobaciones excesivas,
dificultad a la hora de tomar decisiones, darse por vencido demasiado pronto
ante algún reto, evitar las situaciones donde exista algún riesgo de no poder
hacer la tarea de un modo percibido como perfecto o donde exista alguna
posibilidad de fracasar y dejar para mañana son conductas que llevan a cabo con
frecuencia los perfeccionistas.
Perfeccionismo
y dificultades psicológicas. Investigaciones recientes
demuestran una relación consistente entre el perfeccionismo y trastornos como
depresión, ira desproporcionada, ansiedad social, preocupación excesiva y
ansiedad generalizada, trastorno obsesivo compulsivo y trastornos de la
conducta alimentaria y de la imagen corporal.
Abandonar
el perfeccionismo. Creencias como “yo sólo
quiero hacer las
cosas bien”, “si no soy perfeccionista me convertiré en un irresponsable” “si
soy perfeccionista conseguiré siempre lo que quiera, porque los perfeccionistas
tienen siempre éxito” contribuyen a mantener las actitudes perfeccionistas.
Pudiera parecer que el perfeccionismo ayuda a conseguir mejores metas, pero es
falso, y en realidad el perfeccionista paga un precio muy alto por serlo.
Reconocer que es imposible saber todo y hacer todo bien, que cometer errores es
una característica del ser humano, que la mayoría de esos errores no trajeron
consecuencias tan negativas como se presumía, establecer metas alcanzables sin
compararse con los demás, y sobre todo, recordar que un ser humano no es sólo
aquello que hace, son mensajes útiles para despedirse del perfeccionismo que
esclaviza y limita la libertad personal.