Las celebraciones navideñas son propicias
para que afloren un sinfín de emociones. Son fiestas que invitan a la alegría,
pero también en las que las añoranzas, los sentimientos de soledad y la
tristeza tienden a hacerse más presentes. Muchas personas experimentan una gran
disonancia entre lo que nos trasmiten los estímulos que, de alguna manera,
parecen “obligarnos” a estar alegres, y las emociones internas, teñidas de
melancolía y de nostalgias.
Dado el número de fallecimientos durante la pandemia y la forma traumática en que éstos se han producido es previsible que una parte importante de la población tenga que afrontar en estas fiestas un doloroso proceso de duelo por la muerte de un ser querido del que, en no pocos casos, no hubo ni siquiera el sanador consuelo de haberse podido despedir. El duelo, en sí mismo, no es una patología, sino un proceso de adaptación a la nueva situación. Sin embargo, no siempre cursa de manera sana. Según un estudio de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, una de cada seis personas que pierde a un ser querido desarrolla una depresión al año siguiente.
Escucha activa las 24 horas
En cualquier caso, queremos recordar que, durante todas las fiestas navideñas, la línea del Teléfono de la Esperanza se mantendrá a disposición de quienes se sientan solos o no tengan con quien compartir sus emociones. Sus voluntarios y voluntarias, especializados en la escucha activa y formados para activar las capacidades de las personas en crisis, atenderán las llamadas de este servicio, que funciona las 24 horas día, todos los días, incluidos Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes. Si te encuentras sólo, si te encuentras sola, no dudes en llamarlos. (952-261500 y 717 003 717)
Transformación de la sociedad
El presidente del Teléfono de la Esperanza
de Málaga, Juan Sánchez, destaca que “todos los voluntarios que nos
dedicamos al área de la salud emocional y mental conocemos sobradamente hasta
qué punto la biografía personal queda marcada por las vivencias que ha
provocado y provoca la situación que estamos viviendo. Desde esa
experiencia, el Teléfono de la Esperanza de Málaga ha sido muy
consciente, de la importancia de poder ayudar, a decir no al
aturdimiento, luchar contra los miedos, la incertidumbre, la soledad, acompañar
en el dolor por la pérdida de seres queridos”.
Juan Sánchez recuerda la relevancia social
que tiene el apoyo a la población para mantener el equilibrio emocional y la
buena salud mental. “Estamos seguros que en esta tarea de acompañamiento, de
escucha, aprenderemos a ser resilientes, creceremos como personas y
transformaremos humanamente nuestra sociedad. Nuestro objetivo es activar las
potencialidades de las personas para que ellas mismas diseñen y pongan en
marcha actuaciones que les permitan crecer y convertir la crisis en una
oportunidad”.