sábado, 29 de agosto de 2009

"Hoy hay mucho ruido y poca escucha"


Hoy visita ‘El tiempo de la esperanza’ Maria del Carmen Orellana, voluntaria nada menos que desde 1979. Toda una vida dedicada a la escucha de los ‘males del alma’. Nos cuenta como se vinculó al teléfono y de que forma su tarea la enriquece personalmente. Hablar con Maricarmen es comprobar como han evolucionado las solicitudes de ayuda, desde los problemas de soledad a las nuevas violencias en el seno familiar
¿Cómo comenzaste en el voluntariado?
Vine al teléfono por un problema que tuve, lo conocí profundamente y me enamoró al saber como funcionaba. Para mí es importantísimo el anonimato, la aconfesionalidad y el apoliticismo. No hay ideología, ni adoctrinamiento y no hay razas, ni colores.
¿Han cambiado los conflictos por los que llamaban las personas en éstas tres décadas?
Han cambiado mucho, pero el de la soledad sigue. La necesidad de sentirse escuchado y acompañado. Falta calidez y trato humano en la sociedad. Yo me siento escuchado cuando estás tratando de conocer mis sentimientos. Hoy en día hay mucha comunicación y poca habla, mucho ruido y poca escucha.
¿Qué conflictos concretos aparecen en estos tiempos?
Las adicciones a las nuevas tecnologías y muchas problemáticas familiares. Es muy duro que una madre te diga que su hijo de 12 o 14 años rompe cosas o agrede.
¿Cuál es la raíz de esos problemas?
La falta de comunicación de lo que sentimos y como lo sentimos. Esto afecta a la familia, la pareja o los amigos.
¿Qué satisfacciones te da el voluntariado en el teléfono?
La mayor es el equilibrio personal mío. He aprendido a quererme, a aceptarme como soy. Adquieres la capacidad de parar y escucharte a ti mismo con tus problemas. Hay que decir que la persona que se integra en este voluntariado tiene que ser muy responsable. Hay que estar siempre.
En todos éstos años, ¿hay alguna llamada que se te ha quedado grabada?
Sí. Tuve el caso de una mujer que hablaba cada vez menos hasta que se cortó la comunicación y me quedé con el sentimiento de impotencia de no saber lo que había ocurrido. Otro caso fue el de una madre angustiada porque su hijo de 14 años no estudiaba, ni quería hacer nada. Me marcó por la trascendencia del problema y por el sufrimiento de la madre. También tenemos llamadas de agradecimiento de personas que salen de la crisis.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Ayuda en la red



Luis Santiago
Periodista

El Tiempo de la Esperanza nace hoy como blog del Teléfono de la Esperanza de Málaga. He elegido el verde para la cabecera por su valor simbólico universal, unido a ese sentimiento que la popular Wikipedia define como "optimismo fundado en la fe o creencia firme de que un suceso puede ocurrir".
He trabajado varias décadas en las redacciones de diversos periódicos. Tuve la gran suerte de vivir en primera línea las ediciones de prueba y la salida a los kioscos de varios de esos diarios. Fueron tiempos de expectativas e ilusiones. En las últimas semanas he rememorado esa emoción anticipada que es tener en las manos el primer número de un periódico y que hemos vivido tantos periodistas. Esta vez no me he manchado de tinta con el ejemplar, pero he comparado diseños, elegido contenidos y titulado textos, definidos aquí en la red como post o entradas. La emoción persiste. La esperanza de salir vence a los contratiempos.
De la mano de Juan Sánchez Porras, el entusiasta presidente del Teléfono de la Esperanza de Málaga, abro esta ventana digital para contar a qué se dedica esta ONG, en que campos trabaja y con qué medios. Me cuenta Juan que la organización social fue pionera en usar el teléfono como canal de comunicación allá por 1971 cuando el sacerdote Serafín Madrid la fundó en Sevilla. A partir de las llamadas de los ciudadanos se levantó una potente red asistencial para dar respuesta a los problemas emocionales de una población que tenía el estómago lleno en una sociedad cada vez más urbana.
El Teléfono de la Esperanza se extiende hoy por 15 países y cuenta con unos 4.000 voluntarios, unos 80 de ellos en la provincia de Málaga. Su labor, en gran parte desconocida para el gran público, se extiende por campos como la atención psicológica, el tratamiento psiquiátrico, la orientación jurídica y siempre la salud emocional. También desarrolla proyectos de cooperación al desarrollo.
Los hombres y mujeres del teléfono reciben a las personas angustiadas por mil conflictos y trabajan para enseñarles a sacar lo mejor de cada uno de ellos. Se me ocurre que son, por un lado, serios profesionales que tratan las crisis con los recursos especializados, y, por otro, samaritanos con un corazón como aquel otro del Evangelio que no dejó pasar de largo al hombre robado y apaleado.
También este espacio quiere crear un tiempo para la esperanza. El de todos los voluntarios, profesionales y cualquier persona que busque orientación y ayuda en estos tiempos de crisis general. Todos los especialistas en las nuevas plataformas de comunicación digitales integran a los blogs en los llamados medios sociales junto a las redes sociales y las webs participativas. Pienso que este es un medio idóneo para una ONG y como tal estará abierto a los comentarios y aportaciones, a la interacción de los internautas. Como decía Serafín Madrid, "cuando hay esperanza, todos los problemas son relativos". Bienvenidos al Tiempo de la Esperanza.