jueves, 22 de agosto de 2024

La meditación como camino espiritual

 

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Mabel de Carranza

Orientadora del Teléfono de la Esperanza

Cuando vine a Málaga con 7 años, me llevaron a un colegio de monjas con mis primas. Mis padres no eran practicantes de la Religión Católica y no iban a misa. Y en mi cole, lo primero que hacíamos al llegar por la mañana era ir a la capilla a rezar… no recuerdo cuánto tiempo, ¿10, quizás 15 minutos?

¿Pero cómo se reza? ¿Qué es rezar?

Le pregunté a la monja que me llevaba a la capilla. Y ella me contestó: “reza el Padre Nuestro o el Ave María”. “No me los sé, no conozco esas oraciones”, le dije. “Pues entonces habla con Él o con la Virgen María”, me contestó. “Y cierra los ojos, te resultará más fácil”, me susurró al oído.



Me resultó muy extraño quedarme en silencio, sentada en el banco de la capilla con las demás niñas, hablando interiormente con alguien que no veía. 

Yo no conocía a mis abuelos y hablar con un señor de barba blanca muy serio, Creador del Universo, me daba miedo. En cambio, hablar con la mamá del Niño Jesús me hizo sentir muy acogida.

¿Cómo se habla sin palabras?

Después de varios días le pregunté de nuevo a la monja que me llevaba por la mañana temprano a la capilla “¿por qué nadie me contesta? Yo hablo, pero no hay nadie…”. Entonces, sonriendo, me miró fijamente a los ojos, con una mirada tierna y profunda, y me dijo “no hay que hablar con las palabras de la mente, si no con el silencio del corazón; tú solo escucha y entonces sentirás su Presencia, que te acompañará allá donde estés y te indicará las respuestas”. Entonces me senté, cerré los ojos, me quedé en silencio y escuché con atención. Me imaginé sentada en el regazo de la Virgen María, abrazada por ella, en silencio, sin palabras. Me sentí como un bebé en el vientre materno, que no puede ver a su madre, ni puede hablar con ella, pero sabe que está ahí, la siente, dándole calor, seguridad, alimento, amor... Cuando terminamos, yo no tenía respuestas, pero me sentía inmensamente amada y en paz…

¿Y cuándo se originó la espiritualidad?

El ser humano se define como un ser espiritual, es algo más que los puros instintos animales.

En 1957 los arqueólogos encontraron en la cueva de Shanidar en el Kurdistán iraquí, los primeros restos de un neandertal (antecesor del hombre actual de hace más de 40.000 años) cojo, sordo y manco, que llegó a viejo gracias a los cuidados de los congéneres de su tribu. La compasión y el servicio a los necesitados son signos de espiritualidad.

El hombre prehistórico ya hacía enterramientos funerarios. ¿Creían en la vida después de la muerte del cuerpo físico? ¿amaban a esas personas que enterraban y señalaban el lugar para mantener su recuerdo? ¿las cuevas eran como nuestras catedrales, lugares de culto a la divinidad?

Espiritualidad y Religión

Según fue evolucionando el ser humano, empezaron a surgir los lenguajes para comunicarse unos con otros y las distintas religiones para poner nombre a lo inexplicable.

En todos los rincones del mundo y a lo largo de la historia han ido apareciendo distintas maneras de interpretar la espiritualidad del ser humano. Creencias y rituales diferentes, en distintos idiomas, pero todas intentan dar respuesta a los mismos cuestionamientos: ¿cuál es el sentido de la vida? ¿qué hay más allá de la muerte del cuerpo físico? ¿podremos volver a encontrarnos con nuestros seres queridos fallecidos? ¿es posible ser feliz? ¿puede el ser humano vivir en paz y armonía con los demás humanos y seres del Planeta?


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Beneficios de la Meditación

Todas las religiones tienen la meditación como un camino espiritual hacia el encuentro con la Divinidad, sea cual sea su nombre, el Dios de tu corazón. Da igual la época y el lugar del mundo en que has nacido.

La meditación puede ser en movimiento, caminando, bailando, pintando, cantando, tocando un instrumento, haciendo la comida… o en quietud, de pie, sentado en una silla, tumbado en la cama, sentado en el suelo con las piernas cruzadas… cada uno elige el modo que prefiere.

Los estudios actuales en neurobiología indican que la meditación ayuda a calmar la mente. Nuestro cerebro genera mucha actividad mental, mucho diálogo interior, recordando el pasado e imaginando el futuro, pensamientos que generan sentimientos infelices, que nos alejan del estado de bienestar y no nos dejan disfrutar del momento presente. Nazareth Castellanos, neurocientífica de prestigio, nos dice que, dedicando tan solo 10 minutos al día a meditar, a los cinco días ya se notan cambios neuronales en el cerebro y a los dos meses ya hay cambios anatómicos y funcionales. Mejora la memoria, disminuye el estrés, mejora el estado de salud física y mental y, por tanto, mejora la calidad de vida.


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¿Cómo calmar la mente?

Los beneficios de la meditación ya se obtienen cuando consigues “calmar tu mente” 10 minutos al día. Preferiblemente hazlo en el mismo sitio y a la misma hora. Yo recomiendo por la mañana, al levantarse, poner el despertador 15 minutos antes de lo habitual.

Te voy a contar cómo lo hago yo. Prueba para ver si a ti también te funciona: Busca un lugar tranquilo, donde puedas evitar el “ruido exterior”, como la televisión o personas hablándote. Pon el móvil en silencio para no recibir llamadas y activa el cronómetro en 10 minutos para que te salte una alarma. Colócate en una postura cómoda. Concéntrate en la respiración. Siente cómo coges aire por la nariz y se hinchan la barriga y el pecho. Mantén un poco el aire para que entre bien el oxígeno en tu cuerpo. Y luego suelta lentamente el aire sintiendo como sale por la nariz. Empezará el “ruido interior”, pensamientos del pasado y del futuro. Obsérvalos, pero no te detengas en ellos, no los alimentes, vuelve a la respiración, vuelve al presente, fíjate en tu cuerpo: en tus pies y tus piernas, tus manos y brazos, espalda y cabeza. Vuelve a la respiración. Puede ayudar contar las respiraciones. Puedes buscar meditaciones guiadas o poner un poco de música tranquila de fondo. Es un entrenamiento que al cabo de unos días comienza a dar sus frutos. Te sentirás con más relajación y bienestar.

Y cuando consigas calmar tu mente, puedes permanecer en esa calma y encontrar la espiritualidad que hay en ti, la que da sentido a tu vida y te lleva a ser la mejor versión de ti mismo, de ti misma.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias me ha venido muy bien todo lo que habéis puesto,es verdad para mi la oracion,es.lo.que.me da más fuerza alegría para vivir el.dia con.serenidad o empezar de nuevo si me turbo