José Portillo
Orientador y dinamizador de talleres del Teléfono de la Esperanza.
El verano es un tiempo excelente para descansar de las actividades anuales y buscar la forma de alcanzar las metas propuestas, obteniendo los mejores resultados posibles en el menor tiempo posible. Para elaborar un plan de acción que ayude a lograr lo deseado, se pueden seguir los siguientes pasos:
1. Detectar y cambiar las creencias limitantes relacionadas con el cambio que se desea realizar. Es importante poner a prueba nuestras capacidades y estar abiertos a nuevos desafíos.
2. Aceptar las circunstancias personales, incluyendo aquellas que no podemos cambiar, y aprender a vivir con ellas a largo plazo.
3. Si las acciones realizadas anteriormente no han dado los resultados esperados, es necesario probar enfoques diferentes para obtener resultados diferentes.
4. Valorar si los beneficios de alcanzar nuestras metas justifican los esfuerzos requeridos para el cambio.
5. Establecer fechas límite para cada meta propuesta para evitar posponerlas constantemente.
6. Fragmentar las actividades necesarias para lograr objetivos extensos o a largo plazo en tareas más manejables.
7. Priorizar las actividades según su importancia y tener en cuenta los plazos establecidos.
8. Compartir nuestras metas con amigos y familiares puede ser motivador y nos impulsa a avanzar.
9. Evitar la sobrecarga de trabajo que puede generar ansiedad y limitar nuestras creencias.
10. Controlar los pensamientos negativos y limitantes que puedan afectar nuestra planificación.
11. Formular preguntas impactantes para reflexionar sobre nuestros objetivos y motivaciones.
12. Premiarse por los logros alcanzados en lugar de castigarse por lo que aún falta por conseguir.
13. Diferenciar entre posponer tareas de manera saludable y caer en la procrastinación crónica por miedo o indecisión.
14. Recordar que el perfeccionismo puede ser positivo, pero debe manejarse de forma equilibrada.
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