jueves, 15 de agosto de 2024

Aprender a distanciarse de los pensamientos y emociones


                       https://centro-desarrollohumano.blogspot.com/


Magin López

Psicólogo del Teléfono de la Esperanza

En un artículo anterior en este blog, he abordado conceptos y técnicas usados en psicología como el de ACEPTACIÓN.

En esta ocasión me gustaría hacer una pequeña reflexión acerca de otro de esos conceptos que considero del máximo interés. Me estoy refiriendo a lo que en algunas terapias contextuales se conoce como DEFUSIÓN.

DEFUSIÓN, y me permito repetir el término para incidir en su importancia, se refiere a la acción de NO FUSIONARNOS con nuestros pensamientos, emociones o sensaciones, de crear una distancia entre dichos eventos internos y nosotros.

Santa Teresa decía que la mente es la loca de la casa. El describir la mente como una "jaula de grillos" es también muy recurrente en la literatura. Este tipo de expresiones ilustran la idea de que nuestra cabeza a veces, muchas, se comporta como una activa generadora de ideas, emociones o sensaciones sin demasiado orden. Es su forma de trabajar. Y, además, y en otra ocasión profundizaremos en esto, con un cierto sesgo, una cierta tendencia a centrarse en lo negativo. No hay nada de anormal en ello. Ha evolucionado para hacerlo así.

Otra cosa es como reaccionamos nosotros ante este océano revuelto y peligrosamente encrespado en el que nuestro cerebro se convierte muchas veces.

El pensamiento nos arrastra

Y es que la mayoría de las veces nos identificamos y nos fundimos con todas esas ideas, emociones y sensaciones y nos ponemos a su merced. Dejamos que nos arrastren sin rumbo ni criterio y pretendemos estar pendientes de esos millones de saltamontes que brincan de forma desordenada y caótica. Dicho de otra forma, nos situamos como una gaviota sobre la superficie del océano embravecido formado por pensamientos, emociones y sensaciones que no podemos controlar, encontrándonos a merced de cada ola y de cada ráfaga de viento y siendo volteados una y otra vez por un mar revuelto y, repito, incontrolable.

El concepto DEFUSIÓN propugna que, de alguna forma, nos distanciemos de todo ese maremágnum de actividad cerebral para poder ponernos al servicio de lo que realmente nos interese. Supone concienciarnos de que es realmente posible mirar con perspectiva nuestros pensamientos, emociones y sensaciones y, a pesar de aceptar como normal su existencia, poner nuestra atención nada más que en los que realmente respondan a nuestro interés. Se trata, efectivamente, de crear ese espacio entre yo y mis eventos internos. En la medida de lo posible, independizarnos de ellos.

Este proceso requiere, en primer lugar, de entendimiento y luego, como casi todo en la vida, de mucho entrenamiento. Un pequeño porcentaje de inspiración y, el resto, de transpiración.

La meditación ayuda a distanciarse

Herramientas como la meditación, mindfulness y otras pueden ser muy útiles para, además de en otros aspectos, ayudarnos a profundizar en el proceso de esa DEFUSIÓN. Nos ayudan a aceptar nuestros pensamientos, emociones y sensaciones. A verlos fluir sin que nos arrastren con ellos, manteniendo nuestra atención en un foco voluntario como puede ser la respiración. Este proceso de focalización de la atención nos permitirá entrenarnos para que esta no divague tratando de seguir los saltos de los grillos o el oleaje de un mar incontrolable. Los pensamientos y las emociones continúan ahí, pero los observo a cierta distancia. El incesante parloteo de nuestro cerebro se aleja y nuestra la mente se tranquiliza. La gaviota levanta el vuelo y observa el oleaje y los vientos de superficie, pero ya no está tan a su merced. Es capaz de poner su atención en las señales que le guían a su destino.

La Terapia de Aceptación y Compromiso, profundamente enraizada en el conductismo radical, utiliza, entre otras, la metáfora de una radio para ilustrar este proceso de DEFUSIÓN.

La metáfora de la radio

Esta metáfora compara nuestro continuo fluir de emociones, pensamientos y sensaciones con los sonidos que emite una radio que se encuentra en la misma habitación que nosotros. No podemos cambiar el canal, ni apagarla, ni controlar lo que emite, pero podemos no prestar atención. Tenemos la posibilidad de centrar esta atención en una conversación o en cualquier otra actividad que nos interese. Los sonidos de la radio están ahí y los aceptamos, pero no logran desviarme de lo que me interesa. No me FUSIONO con ellos. No me dejo arrastrar.

En definitiva, con la DEFUSIÓN valido mis eventos internos cualesquiera que estos sean y no intento que desaparezcan ni cambiarlos, pero los observo desde la distancia, lo que posibilita, y no es algo baladí, que asigne a cada uno el papel que yo crea conveniente.


 

No hay comentarios: