jueves, 19 de julio de 2018

5 claves para reconocer y superar la dependencia emocional




Juan Manuel Martín
Psicólogo voluntario del Teléfono de la Esperanza

¿Qué es la dependencia emocional?
Las consultas psicológicas reciben cada día un montón de personas que tienen un problema en común: la dependencia emocional. La persona que lo sufre permanece en un estado de identificación extrema hacia su pareja sentimental y tiene una gran necesidad de mantener el vínculo emocional y el afecto.
Aunque se da por igual en mujeres y en hombres, estos suelen ocultar este problema pues se sienten menos capaces de reconocer que están “atados emocionalmente” a otra persona.
Se observa a lo largo de toda la vida y con las diferentes parejas que se tengan.  Las personas que la sufren manifiestan un gran miedo a estar solas y no pueden concebir su vida si no es al lado de una pareja sentimental.
Muchas de las personas que son dependientes emocionales buscan parejas con un carácter dominante, egoístas, posesivas, autoritarias y déspotas. En algunos casos,  refieren haber sufrido algún tipo de maltrato físico o psicológico por parte de su pareja. La persona dependiente tiende a idealizar a su pareja, viviendo en una  plena sumisión hacia ella. Pese a ser capaz de reconocer el maltrato y menosprecio diario, no tiene la capacidad de abandonar a su pareja, con la que se muestran muy sumisa, buscando siempre su aprobación, intentando satisfacerla en todo momento con atenciones y gestos de sumisión.

¿Quieres autoevaluarte?.
En el siguiente enlace, puedes realizar un test para comprobar la dependencia emocional a la pareja: 

¿Cuál es el origen de la dependencia emocional?
Conocer el origen de este problema nos ayudará a evitarlo. El fondo del problema de la dependencia se encuentra en una pobre autoestima, que conduce al dependiente emocional a desvalorizarse sistemáticamente. Se muestran críticos consigo mismos y con su forma de ser, hasta el punto de sentirse inferiores y culpables, incluso del menosprecio que puedan recibir por parte de sus parejas sentimentales. . También es común observar que este tipo de relaciones acaban rompiéndose en poco tiempo, pero eso no soluciona el problema. El dependiente intentará volver una y mil veces con su pareja o buscará aceleradamente otra para seguir siendo sumiso.
Aunque los familiares ven de cerca que el sufrimiento causado por esa relación patológica, no cesa, el dependiente suele enfrentarse a ellos y defenderá la situación, llegando a reclamar a su allegados un trato especial hacia la otra persona.
La dependencia emocional se asocia con cuadros ansiosos o depresivos, aparte de la falta de autoestima que ya hemos comentado, que se ve aumentada al tomar conciencia de que se está arrastrando para recuperar el amor de alguien que no solamente no le quiere sino que le desprecia y maltrata.

¿Conoces a alguien que sea dependiente emocional?
Los mejores consejos que se pueden dar a alguien cuyo familiar o amigo sea un dependiente emocional son los siguientes:

1. No ceder nunca si te exige mantener un trato exquisito hacia su pareja dominante.
2. Estar de parte de la persona dependiente pero sin mostrarte cómplice de su relación enfermiza.
3. Dialogar con el afectado y hacerle entender que puede contar   Si finalmente decide pedir ayuda para romper con la situación, es necesario que le acojas e impidas cualquier contacto con la pareja.
4. También es buena idea acompañarlo a terapia. El psicólogo no solo ayudará a encontrar el mejor camino para el afectado, sino que también proporcionará algunas pautas a los familiares y amigos para revertir la situación, así como algunos consejos para dudas concretas. 


Cinco claves para superar la dependencia emocional:

1. Reconocerla es el primer paso. Nunca podemos solucionar aquello que negamos, ni aquello que no comprendemos. Tenemos que examinar nuestras relaciones de pareja, familiares o de amistad.

2. Invierte en tu desarrollo personal. Tu propio crecimiento personal es el factor fundamental para aumentar tu confianza, creer más en ti y mejorar tu autoestima, que es lo que marcará la diferencia.

3. Céntrate más en ti. Debes darte cuenta de que lo realmente importante es lo que tú pienses sobre ti, y no las opiniones de los demás. Deja de estar pendiente de qué dirán o pensarán los demás. Es necesario reforzar la identidad personal y desarrollar una imagen valiosa que sea digna de ser respetada y amada.

4. Comprueba la rigidez de tus reglas. Hay personas que han adquirido unas rígidas reglas o creencias sobre cómo tiene que ser una relación y sobre cómo tienen que comportarse los demás. Esas creencias personales -en ocasiones erróneas- son una enorme carga en cualquier relación y se convierten en una gran fuente de constantes decepciones.

5. Asume la responsabilidad de tus emociones. A veces llegamos a pensar que todo lo que sentimos viene del exterior, pero en realidad nace de la interpretación y el significado que damos a las cosas que suceden en nuestra vida. Por eso, nadie más que nosotros mismos somos dueños y responsables de nuestras interpretaciones y, por tanto, de nuestras emociones.

 

La opinión de un experto:
Arun Mansukhani, psicólogo clínico y sexólogo, en una entrevista concedida al diario Sur de Málaga, el 2 de Mayo de 2018, expone de forma muy didáctica su visión sobre la dependencia emocional:
...Hay dos elementos clave: la autonomía y la intimidad. Autonomía es mi capacidad para estar bien solo e intimidad es mi capacidad para estar bien con otros. Si tengo autonomía e intimidad, voy a tener relaciones sanas con los demás. Si me falla una de las dos, las relaciones que establezca pueden ser patológicas...

...La primera señal  que alerta de la dependencia es que yo no acabo de estar bien del todo. Puede ser porque tenga la sensación de que yo me implico mucho y el otro no, lo cual me alerta de que posiblemente tengo un tipo de dependencia sumisa. O puedo encontrarme mal por lo contrario, por ser un contradependiente: siento que me piden demasiado y tengo la necesidad de alejarme todo el rato. Luego está el tercer tipo de dependientes patológicos, que son los dominantes; los que más dañados están. Estos necesitan tener control y dominio; no se pueden relacionar de igual a igual. Otra señal de alerta: las personas que renuncian a tener relaciones por malas experiencias. Este grupo también está creciendo cada vez más. Tú puedes estar sin pareja y es perfectamente sano, pero no lo es que llegues ahí por una renuncia...

...Las parejas sanas se corregulan: ante  un conflicto, yo empiezo a desregularme, a subirme y tú me ayudas a bajar. Y viceversa. Hay muchas parejas que no se corregulan nada bien, con lo cual los conflictos nunca se resuelven; se aparcan.

En el siguiente enlace podemos ver un vídeo de unos quince minutos, donde este psicólogo desarrolla las ideas anteriores con un poco más de detalle y buen humor.


Si queremos ampliar conocimientos, en la siguientes direcciones lo podemos hacer:

Walter Riso: Guia práctica para vencer la dependencia emocional. Es un manual de 53 páginas que se puede bajar en la dirección adjunta para leerlo tranquilamente:

De lo mucho que podemos encontrar en la red, me ha parecido muy interesante el enlace siguiente. De él he sacado algunas partes del artículo.


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