sábado, 13 de febrero de 2021

Cuando los celos se convierten en un problema


                                                 Foto: https://radiomitre.cienradios.com/

José Portillo

Orientador y coordinador de talleres del Teléfono de la Esperanza

Los celos pueden convertirse en un problema muy serio que envenenan las relaciones humanas porque toda persona celosa tiene miedo a perder sus relaciones y eso comienza creando tensiones y  no se sabe cómo puede acabar.

Existen tres clases de celosos, reactivos, territoriales y posesivos.

 

Celos reactivos

Los celos menos perjudiciales son los reactivos, que están basados en que el que los siente teme perder sus relaciones. Un caso típico de celos reactivos es el de la persona que tiene miedo de que su pareja pase mucho tiempo con alguien con quien habla mucho o ríe. Este tipo de celos, si son solamente esporádicos, pueden fortalecer las relaciones. Pueden desaparecer sin la ayuda de un terapeuta. Los padecen más las mujeres que los hombres, pero también cuentan con el aspecto de que valoran mucho más sus relaciones.

 

Celos territoriales

Los celos territoriales los sufren quienes tienen miedo a perder sus relaciones y desconfían, no de la otra persona, sino de quienes rodean a esta.
Un ejemplo de celoso territorial es el de
quien le dice a su pareja: sé que me amas, pero temo que tu compañero o compañera de
trabajo nos separe. Entre la pareja del celoso y su compañero de trabajo no ha sucedido nada, pero el celoso territorial distorsiona la realidad y no se percata de lo que le está pasando.

Mientras que los celosos reactivos basan sus
percepciones en lo que consideran que son evidencias que podrían acabar con sus relaciones, los celosos territoriales fundamentan sus evidencias en un estado mental patológico que los induce a sufrir delirios que los arrastran a adoptar creencias sistematizadas y erróneas que no están relacionadas con la realidad y se resisten a cambiar

por otras más acordes. Los estados paranoicos más conocidos son los de persecución y los de grandeza. Sigmund Freud definió la paranoia como un trastorno  mental cuyo síntoma primordial es la desconfianza hacia los demás.

Los celos territoriales son muy frecuentes, necesitan tratamiento terapéutico, y caracterizan más a las mujeres que a los  hombres.

 

Celos posesivos

Los celos posesivos son los más insoportables porque quienes los viven en su día a día temen perder al otro como si fuera su propiedad personal. Los celosos posesivos desconfían de quienes pueden acabar con sus relaciones. Sus vidas se convierten en insufribles, hasta el punto de que si estas personas no se dejan tratar por un terapeuta, sus víctimas deben pensar en dejar de relacionarse con ese hombre o mujer celosos.

Veamos un ejemplo de celos posesivos.
Apenas Luis ve a su mujer elegantemente vestida, le pregunta:

¿Con quién vas a acostarte?

Y si ve que ella llama por teléfono a otra persona a las diez de la noche, le pregunta:

¿Con cuál de tus amantes pretendes quedar esta noche?
Los celos posesivos caracterizan más a los hombres que a las mujeres.


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