martes, 23 de junio de 2020

Bajar los escalones de uno en uno




Juan Sánchez
Presidente del Teléfono de la Esperanza de Málaga

Hace unos meses sufrí un accidente al caer  por  las escaleras de mi casa, las consecuencias fueron varias contusiones. Por fortuna estoy físicamente  recuperado. 
¿Me han quedado secuelas?. Pues sí,  busco tener la seguridad de la barandilla, para prevenir  cualquier desequilibrio.
Vivimos  con la incertidumbre social y racional que nos ha provocado esta  pandemia del Covid 19. Bajamos los escalones  día a  día con  recelo, y  movilizamos recursos para minimizar el posible contagio.   
En este nuevo periodo de nueva normalidad, persiste  el riesgo de contraer la enfermedad, aunque   intentamos  volver a la  rutina diaria con calma.

¿Qué es lo aconsejable ante esta situación?
Seguir manteniendo aquellos hábitos que nos dan confianza y seguridad,  “seguir bajando escaleras” progresivamente.
Este nuevo proceso implica hacer uso de la responsabilidad individual, son momentos de cambio, aprender más de uno mismo, descubrir nuestras fortalezas, y poner los límites justos a la inquietud que alimenta el miedo.
Se ha introducido en nuestro disco duro la idea de que el mundo de fuera es peligroso, se han podido desarrollar fobias, pánico, ideas  irracionales Mi madre me decía una sabia frase, “no llores antes que te peguen”. No anticipemos circunstancias dolorosas, que probablemente  no se van a producir.   
Debemos reorganizar y abrir puertas  a la esperanza, no dejar de bajar escalones, no hacerlo de dos en dos,  con prisas o anticipar la posible caída. Si hay que parar se para, reorganizar la bajada y tener el control. Aceptar que habrá subidas y bajadas, avances y retrocesos con precaución, sin autoexigencias.

Buenos compañeros de viaje
El miedo es contagioso y limita la creatividad, busquemos compañeros de viaje que nos faciliten la realidad con positivismo, lejos de una sobreinformación en ocasiones apocalíptica. Identificar narrativas de resiliencia sin catastrofismos.
En los niños y niñas mayores debemos introducir cambios en de forma progresiva, quizás por el propio recelo, quieran seguir conectados vía internet con sus amigos, pero es bueno que conozcan y pongan en práctica las prevenciones que hay que tener en las salidas en este nuevo periodo.
No les debemos transmitir ansiedades, y evitar estimular fantasías alarmantes, enfocar las conversaciones en la prevención y negociar las nuevas necesidades.
Los más pequeños no serán conscientes de la nueva  realidad, pero  es conveniente que salgan a espacios abiertos, donde disfruten de una  mayor movilidad.
Con  la  pérdida de un ser querido en este periodo de cuarentena, para algunos habrá sido un duelo sin despedida. No debemos   centrarnos en los últimos días antes del fallecimiento. Ir pensando en esta nueva etapa realizar una ceremonia con todos los seres queridos.
Quizás esta cuarentena haya servido para adquirir hábitos saludables, que antes, por la falta de tiempo, no los ejercitábamos, hagamos un esfuerzo  para mantenerlos.
Es un buen momento para dar vida a esos proyectos con los que hemos podido soñar en estos días, y quién sabe, posiblemente no sean tan disparatados, intentemos  llevarlos a cabo. 
Si tenemos que seguir compartiendo estancias en una convivencia intensa, hagámoslo estilo  empresa, distribuyamos lugares y tiempos que posibiliten realizar las tareas y respeto a la intimidad. Siempre con  las medidas de protección necesarias, todo repercute en todos. Somos vulnerables, eso nos une. El virus sigue ahí fuera.
En la  escalera de la vida, cada escalón es una meta que nos acerca al futuro. La tenemos que bajar solos  y con los otros, aceptemos  sus riesgos, pero  sin entorpecer. En caso de inestabilidad,  usemos las barandillas para vencer el miedo. 
Si  aumentan las dificultades, pidamos  ayuda.





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