Juan Manuel Martín
Coordinador del departamento de Psicología del Teléfono de la Esperanza
Tener un buen bagaje de resiliencia personal es muy importante para afrontar las adversidades que la vida nos depara. También para acompañar nuestros procesos de superación personal de cara a ganar autoestima y confianza. Los orientadores del Teléfono de la Esperanza trabajan su propia resiliencia y guían a las personas que atienden por teléfono para que identifiquen y hagan crecer lo que les hace fuertes en sus trayectorias vitales.
Pero, ¿qué es la resiliencia?
Crecimiento ante la adversidad
Para la ingeniería, la física y la metalurgia, la resiliencia “es la capacidad de ciertos materiales de recobrar su forma original después de haber sido sometidos a algún proceso de presión deformadora”.
Si aplicamos el término al comportamiento humano, diríamos que es "Una capacidad universal que permite a una persona, grupo o comunidad prevenir, minimizar o superar los efectos perjudiciales de la adversidad” (The International Resilience Project, Canadá 1996).
Entenderemos mejor el concepto de resiliencia con la ayuda de una conocida alegoría que transcribimos a continuación.
La historia del cocinero
La historia del cocinero
“Una hija estaba muy molesta porque parecía que cuando un problema se le solucionaba, aparecía otro nuevo, aún más complicado. Habló de ello con su padre, que era jefe de cocina. Estela miró sonriente y sin decirle nada, cogió tres ollas. En una puso algunos huevos, en otra algunas zanahorias y en una tercera, granos de café. La joven se quedó confusa pensando que su padre no la escuchaba, como ya era habitual, porque en lugar de proporcionarle una respuesta se ponía a cocinar. Después de veinte minutos de
cocción, el padre le preguntó a su hija ¿Qué ves? La chica se quedó atónita y le dijo: ¿qué quieres que vea? ¡Cómo no me haces ningún caso, mientras cueces unos huevos y unas zanahorias y haces café!, respondió medio enfadada.
El padre imperturbable la invitó a coger y tocar los tres ingredientes. La joven azorada le preguntó qué significaba. Él le respondió: “los huevos eran frágiles antes de la cocción, y ante la adversidad (el calentamiento con el fuego) se han vuelto duros; las zanahorias, en cambio, eran duras y con el fuego se han vuelto blandas. En cambio el café, cuando ha sido calentado, ha sido incluso capaz de poder transformar su contexto: el café ha transformado el agua"
"¿Qué deseas ser tú, hija mía, ante las adversidades? Ojalá que seas como el café y que cuando aparezcan los problemas o las adversidades, seas capaz de ser fuerte, sin dejarte vencer ni aislarte, salir airosa e incluso mejorar tu misma consiguiendo cambiar tu entorno”.
“Una persona con características resilientes es aquella que es capaz de establecer relaciones sociales constructivas, tiene un sentido de sí mismo positivo, dimensiona los problemas, tiene sentido de esperanza frente a las dificultades, extrae significado de las situaciones de estrés,
desarrolla iniciativa y se fija metas posibles de alcanzar” (Saavedra, E. 2004).
Podemos decir que la resiliencia es mucho más que la superación de adversidades, es una forma de entender la vida y todo lo que nos rodea y, en el contexto del Teléfono de la Esperanza es una impronta más que necesaria para realizar una adecuada labor de agentes de ayuda.
10 vías para construir resiliencia
La A.P.A (Asociación Americana de Psicología) establece el siguiene décalogo:
1. Establecer relaciones. Las relaciones sociales positivas cumplen una función de apoyo social que amortigua el efecto de las emociones negativas y fortalecen tu resiliencia.
2. Evitar ver las crisis como obstáculos insuperables. No magnifiques los problemas y elimina de tu cabeza los pensamientos catastróficos.
3. Aceptar que el cambio es parte de la vida. La aceptación de las circunstancias que no podemos cambiar nos puede ayudar a centrarnos en las que si podemos.
4. Movernos hacia nuestras metas. En vez de centrarnos en tareas imposibles de conseguir pregúntate acerca de las cosas que hoy puedo lograr y que me ayudan a caminar en la dirección hacia la cual quiero ir.
5. Actúa. En situaciones adversas, actúa de la mejor manera que puedas. Hacer algo es mejor que mirar para otro lado, empeñarnos en no ver lo que está ocurriendo o gastar nuestras energías en pensar que deberían de desaparecer.
6. Busca oportunidades para descubrirte a ti mismo. Muchas personas que han experimentado tragedias y situaciones difíciles, han manifestado que después se relacionan mejor, sienten una mayor fuerza como personas, tienen la sensación de que su autoestima ha mejorado y que valoran más las pequeñas cosas de la vida.
7. Cultiva una visión positiva de ti mismo. Desarrollar la confianza en tu capacidad para resolver problemas, ayuda a construir la resiliencia. No te avergüences de sentir emociones negativas como el miedo, la ansiedad, la tristeza o la rabia. Sufrir ante situaciones adversas es sinónimo de salud mental.
8. Mantener las cosas en perspectiva. Aun cuando te enfrentes a situaciones muy dolorosas, trata de ver la situación problemática en un contexto más amplio, y mantén una perspectiva a largo plazo. Evita agrandar más la situación.
9. Nunca pierdas la esperanza. Una visión optimista te permite esperar que ocurran cosas buenas en tu vida. Trata de visualizar lo que quieres en vez de preocuparte por lo que temes.
10. Cuida de ti mismo. Presta atención a tus necesidades y deseos. Interésate en actividades que disfrutes y encuentres relajantes. Cuando las cosas han ido mal no te tortures con los ‘por qué’ y céntrate en el ‘cómo superarlo o resolverlo’ en los casos en los que así se puede.
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