jueves, 15 de agosto de 2019

Hablar de sexualidad masculina con naturalidad





Eduardo Costa
Coordinador del Taller 'Sexualidad masculina'
Hoy en día los hombres somos libres con respecto al sexo, eso es por todos sabido. Sin ir más lejos podemos hablar del tema perfectamente en casi cualquier situación, pero… sólo para bien, para alardear y jactarnos. ¿Acaso alguien ha escuchado alguna vez a un hombre hablar de sus problemas sexuales? ¿Será que no tenemos dificultades, miedos, frustraciones o dudas en ese campo?
Lo que en realidad es algo tan complejo como la sexualidad masculina, la sociedad y nosotros mismos lo reducimos a la mínima expresión. En la introducción de su completísimo libro 'El cerebro masculino' la psicóloga Louann Brizendine contaba que al anunciar la temática de su futura publicación, sus compañeras y compañeros de profesión bromeaban diciendo «¡Pues será un libro muy corto! Más bien un folleto». Esa obra tiene más de 350 páginas.
Y así estamos los hombres en pleno siglo XXI, afrontando la sexualidad desde la idea absurda de que somos seres que siempre debemos tener ganas de sexo y no hace falta erotizarnos de ninguna manera. ¿Y aquel que tiene problemas? Ese se lo calla porque, ¿cómo en la sociedad actual un hombre va a buscar ayuda si eso mismo le hace sentirse menos hombre?
Y no es una idea banal. Si repasamos el vocabulario “de la calle” de las disfunciones sexuales, al que no tiene erecciones se le llama “impotente”. Si no alcanza las expectativas eróticas porque pudo sufrir eyaculación precoz o porque está inapetente por lo que fuera, se le dice “que no cumplió como hombre” o que no funciona en la cama. De todo esto, lo peor es que no hace falta que nos lo diga nadie, nosotros mismos somos nuestro propio enemigo. ¿No es dramático? ¿No es demasiada presión? ¿No hay solución?
Sí, es demasiada presión y el estrés producido por una insatisfacción sexual por rendimiento y ejecución conduce a los hombres a evitar el sexo y a sus parejas sin dar explicaciones, a caer en profundas depresiones, a conductas asociales autodestructivas, a un aislamiento y a una espiral de la que es muy difícil salir que puede desembocar en dramáticas actuaciones. El sexólogo Albino Contreras lo sentencia en su libro “Hombre Y Sexo: La respuesta sexual masculina y sus disfunciones” «Más de la mitad de los pacientes presentan depresión, que puede llegar a ser profunda en el doce por ciento de ellos»
Por eso, el Teléfono de la Esperanza de Málaga ha preparado un taller sólo para hombres en el que nos podremos juntar para hablar libremente y sin complejos ni miedos sobre sexo, para ampliar nuestra perspectiva y alcanzar una sexualidad masculina sana, natural y real. Lejos de roles o imposiciones, desde nosotros, para nosotros y para la sociedad. Asumimos como propias las palabras que Fernando Villadangos López, cita en su obra: “Sexualidad masculina: ¿Hombres o titanes?” «Algo que puede parecer tan sencillo, y que podría sernos de mucha ayuda a los hombres es el hecho de atrevernos a hablar acerca de nuestra sexualidad»
En el taller nos replantearemos el papel que juega el sexo en nuestra vida, haciéndonos reflexionar y decidir por nosotros mismos.

Qué es y en qué consiste el sexo para ti
¿Qué es para mí el sexo? ¿Qué busco cuando “busco” a mi pareja sexual? ¿Qué deseo encontrar y conseguir? Nunca nos hemos planteados qué papel juega el sexo en nuestra vida y en nuestra relación sentimental. Nosotros nos adaptamos al sexo que creemos que debe ser el bueno, en vez de encajar a nuestra entidad como pareja el sexo que nos engrandezca a los dos. Saber qué es para ti el sexo independientemente de lo que diga la sociedad, es un paso hacia delante imprescindible que cambiará a mucho mejor la percepción de ti mismo, de tu cuerpo y de tu pareja.

Calidad vs cantidad
A la hora de pensar en sexo con nuestra pareja siempre se nos escapa plantearnos en si seremos mejores que su anterior partenaire o si los vecinos se habrán enterado ya quiénes son los mejores amantes del bloque, concepto que Eduard Garcia Cruz en su manual “20000 tíos: Lo que no te han contado acerca del sexo y la mentalidad masculina” denomina “Cuantitofrenia” Es demasiado habitual. El hombre cuantifica sus hitos sexuales para compararse consigo mismo y con los demás. Todo sexólogo está harto de la pregunta “¿cuánto […] es lo normal?”
Deberíamos aprender a hacer que el momento sexual que estamos viviendo sea único por sí mismo, propio de la pareja, sin exigencias y sin demostraciones ni numeraciones. No debemos practicar sexo para después poder hablar de ello. Debemos hacerlo por y para nosotros y por aquella persona que comparte nuestros encuentros íntimos.

Mantener a ralla a nuestros enemigos del sexo
Cuando un hombre cree que ha fallado en el sexo le puede sorprender la Ansiedad sexual o de ejecución, que sufrirá a modo de estrés en el próximo acercamiento. Sentirá que debe dar lo mejor de sí para compensar su anterior “fracaso” lo que, sin duda, aumentará su nerviosismo. Un bucle temible al que José Bustamante Bellmunt dedica mucha atención en su libro “¿En qué piensan los hombres?” Debemos conocer qué formas se nos presenta ante nosotros la ansiedad sexual, cómo podemos afrontarla y qué otros enemigos sexuales se hacen pasar por amigos en nuestro día a día.

Sexualidad sana in córpore sano
El sexo es, entre otras muchas cosas, un ejercicio físico intenso que nos rejuvenece, mantiene nuestros corazones sanos y nuestros cuerpos ágiles, pero no lo puede todo. El deporte practicado con frecuencia nos ayudará a sentirnos mejor con nuestros cuerpos y será un muy buen momento para estar con nosotros mismos o en entornos amigables y positivos donde alejarnos del estrés del trabajo y de la ansiedad sexual y nos elevará las endorfinas.
Agraciarnos con una alimentación equilibrada y alejar de nuestros cuerpos el alcohol y el tabaco nos ayudarán a que nuestros organismos se tonifiquen y fortalezca a todos los niveles. Incluido el emocional y el sexual.
Mike Lousada y Louise Mazanti lo afirman en su obra “Sexo real” «No hay que practicar sexo para estar más sano, hay que estar más sano para practicar mejor sexo».

Falsos amigos: pornografía y expectativas
Cuando pasamos una fase en la que nuestro rendimiento sexual no es el que querríamos, es muy fácil caer en la tentación de probarnos a nosotros mismos que somos seguimos “siendo capaces”, por lo que entramos imprudentemente en la pornografía sin ser conscientes del gravísimo daño que está haciendo a nuestra sexualidad, porque, entre otros muchísimos males, nos hace generar dañinas expectativas irreales e incluso llega a afectar a nuestro subconsciente generando estímulos supranormales: escenas y entornos que nos estimulan más que el sexo real, haciendo que estar con nuestras parejas nos llegue a parecer aburrido y poco apetecible multiplicando, así, los efectos de nuestro problema. Un vistazo rápido al libro “Your Brain on Porn: Internet Pornography and the Emerging Science of Addiction” . de Gary Wilson es suficiente para no querer volver a entrar en una página erótica nunca más.

Recuerda: más que el sexo
A nuestros problemas de índole sexual les damos una importancia desmedida y le quitamos atención a otras facetas de nuestra personalidad que nos hacen sentir plenos, que aportan mucho en nuestro entorno social y que deberíamos valorar más. En otras palabras, cuando estamos sometidos a un problema sexual, nos olvidamos de todas nuestras virtudes.
El hombre debe recordarse a sí mismo que él no es sólo su respuesta sexual, es una persona completa que supera retos, que afronta una vida y que lucha por los suyos.

Trátate como tratas a tu mejor amigo de verdad
Esta frase no la he sacado de ningún libro. Esta es mía y es el mantra que yo me repito mucho y que quisiera llegara a trascender el taller. Trátate bien. Busca ser ese hombre que querrías tener como mejor amigo o hermano, al que le puedas contar tus problemas y te ayude a solucionarlos sin juicios, expectativas ni obligaciones. Que te perdona y te anima a seguir luchando para disfrutar de la vida y para seguir haciéndote feliz a ti y a los tuyos.

Taller 'Sexualidad masculina'

Inicio: 26 de septiembre de 2019. 19.30 horas

Coordinan: Eduardo Costa y Juan Sánchez


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