Coordinador del Taller 'Sexualidad masculina'
Hoy
en día los hombres somos libres con respecto al sexo, eso es por
todos sabido. Sin ir más lejos podemos hablar del tema perfectamente
en casi cualquier situación, pero… sólo para bien, para alardear
y jactarnos. ¿Acaso alguien ha escuchado alguna vez a un hombre
hablar de sus problemas sexuales? ¿Será que no tenemos
dificultades, miedos, frustraciones o dudas en ese campo?
Lo
que en realidad es algo tan complejo como la sexualidad masculina, la
sociedad y nosotros mismos lo reducimos a la mínima expresión. En
la introducción de su completísimo libro 'El cerebro masculino' la
psicóloga Louann Brizendine contaba que al anunciar la temática de
su futura publicación, sus compañeras y compañeros de profesión
bromeaban diciendo «¡Pues será un libro muy corto! Más bien un
folleto». Esa obra tiene más de 350 páginas.
Y
así estamos los hombres en pleno siglo XXI, afrontando la sexualidad
desde la idea absurda de que somos seres que siempre debemos tener
ganas de sexo y no hace falta erotizarnos de ninguna manera. ¿Y
aquel que tiene problemas? Ese se lo calla porque, ¿cómo en la
sociedad actual un hombre va a buscar ayuda si eso mismo le hace
sentirse menos hombre?
Y
no es una idea banal. Si repasamos el vocabulario “de la calle”
de las disfunciones sexuales, al que no tiene erecciones se le llama
“impotente”. Si no alcanza las expectativas eróticas porque pudo
sufrir eyaculación precoz o porque está inapetente por lo que
fuera, se le dice “que no cumplió como hombre” o que no funciona
en la cama. De todo esto, lo peor es que no hace falta que nos lo
diga nadie, nosotros mismos somos nuestro propio enemigo. ¿No es
dramático? ¿No es demasiada presión? ¿No hay solución?
Sí,
es demasiada presión y el estrés producido por una insatisfacción
sexual por rendimiento y ejecución conduce a los hombres a evitar el
sexo y a sus parejas sin dar explicaciones, a caer en profundas
depresiones, a conductas asociales autodestructivas, a un aislamiento
y a una espiral de la que es muy difícil salir que puede desembocar
en dramáticas actuaciones. El sexólogo Albino Contreras lo
sentencia en su libro “Hombre Y Sexo: La respuesta sexual
masculina y sus disfunciones” «Más de la mitad de los
pacientes presentan depresión, que puede llegar a ser profunda en el
doce por ciento de ellos»
Por
eso, el Teléfono de la Esperanza de Málaga ha preparado un taller
sólo para hombres en el que nos podremos juntar para hablar
libremente y sin complejos ni miedos sobre sexo, para ampliar nuestra
perspectiva y alcanzar una sexualidad masculina sana, natural y real.
Lejos de roles o imposiciones, desde nosotros, para nosotros y para
la sociedad. Asumimos como propias las palabras que Fernando
Villadangos López, cita en su obra: “Sexualidad masculina:
¿Hombres o titanes?” «Algo que puede parecer tan
sencillo, y que podría sernos de mucha ayuda a los hombres es el
hecho de atrevernos a hablar acerca de nuestra sexualidad»
En
el taller nos replantearemos el papel que juega el sexo en nuestra
vida, haciéndonos reflexionar y decidir por nosotros mismos.
Qué es y en qué consiste el sexo para ti
¿Qué
es para mí el sexo? ¿Qué busco cuando “busco” a mi pareja
sexual? ¿Qué deseo encontrar y conseguir? Nunca nos hemos
planteados qué papel juega el sexo en nuestra vida y en nuestra
relación sentimental. Nosotros nos adaptamos al sexo que creemos que
debe ser el bueno, en vez de encajar a nuestra entidad como pareja el
sexo que nos engrandezca a los dos. Saber qué es para ti el sexo
independientemente de lo que diga la sociedad, es un paso hacia
delante imprescindible que cambiará a mucho mejor la percepción de
ti mismo, de tu cuerpo y de tu pareja.
Calidad vs cantidad
A
la hora de pensar en sexo con nuestra pareja siempre se nos escapa
plantearnos en si seremos mejores que su anterior partenaire o
si los vecinos se habrán enterado ya quiénes son los mejores
amantes del bloque, concepto que Eduard Garcia Cruz en su manual
“20000 tíos: Lo que no te han contado acerca del sexo y la
mentalidad masculina” denomina “Cuantitofrenia” Es
demasiado habitual. El hombre cuantifica sus hitos sexuales para
compararse consigo mismo y con los demás. Todo sexólogo está harto
de la pregunta “¿cuánto […] es lo normal?”
Deberíamos
aprender a hacer que el momento sexual que estamos viviendo sea único
por sí mismo, propio de la pareja, sin exigencias y sin
demostraciones ni numeraciones. No debemos practicar sexo para
después poder hablar de ello. Debemos hacerlo por y para nosotros y
por aquella persona que comparte nuestros encuentros íntimos.
Mantener a ralla a nuestros enemigos del sexo
Cuando
un hombre cree que ha fallado en el sexo le puede sorprender la
Ansiedad sexual o de ejecución, que sufrirá a modo de estrés
en el próximo acercamiento. Sentirá que debe dar lo mejor de sí
para compensar su anterior “fracaso” lo que, sin duda, aumentará
su nerviosismo. Un bucle temible al que José Bustamante Bellmunt
dedica mucha atención en su libro “¿En qué piensan los
hombres?” Debemos conocer qué formas se nos presenta ante
nosotros la ansiedad sexual, cómo podemos afrontarla y qué otros
enemigos sexuales se hacen pasar por amigos en nuestro día a día.
Sexualidad sana in córpore sano
El
sexo es, entre otras muchas cosas, un ejercicio físico intenso que
nos rejuvenece, mantiene nuestros corazones sanos y nuestros cuerpos
ágiles, pero no lo puede todo. El deporte practicado con frecuencia
nos ayudará a sentirnos mejor con nuestros cuerpos y será un muy
buen momento para estar con nosotros mismos o en entornos amigables y
positivos donde alejarnos del estrés del trabajo y de la ansiedad
sexual y nos elevará las endorfinas.
Agraciarnos
con una alimentación equilibrada y alejar de nuestros cuerpos el
alcohol y el tabaco nos ayudarán a que nuestros organismos se
tonifiquen y fortalezca a todos los niveles. Incluido el emocional y
el sexual.
Mike
Lousada y Louise Mazanti lo afirman en su obra “Sexo real”
«No hay que practicar sexo para estar más sano, hay que
estar más sano para practicar mejor sexo».
Falsos amigos: pornografía y expectativas
Cuando
pasamos una fase en la que nuestro rendimiento sexual no es el que
querríamos, es muy fácil caer en la tentación de probarnos a
nosotros mismos que somos seguimos “siendo capaces”, por lo que
entramos imprudentemente en la pornografía sin ser conscientes del
gravísimo daño que está haciendo a nuestra sexualidad, porque,
entre otros muchísimos males, nos hace generar dañinas expectativas
irreales e incluso llega a afectar a nuestro subconsciente generando
estímulos supranormales: escenas y entornos que nos estimulan
más que el sexo real, haciendo que estar con nuestras parejas nos
llegue a parecer aburrido y poco apetecible multiplicando, así, los
efectos de nuestro problema. Un vistazo rápido al libro “Your
Brain on Porn: Internet Pornography and the Emerging Science of
Addiction” . de Gary Wilson es suficiente para no querer volver a
entrar en una página erótica nunca más.
Recuerda: más que el sexo
A
nuestros problemas de índole sexual les damos una importancia
desmedida y le quitamos atención a otras facetas de nuestra
personalidad que nos hacen sentir plenos, que aportan mucho en
nuestro entorno social y que deberíamos valorar más. En otras
palabras, cuando estamos sometidos a un problema sexual, nos
olvidamos de todas nuestras virtudes.
El
hombre debe recordarse a sí mismo que él no es sólo su respuesta
sexual, es una persona completa que supera retos, que afronta una
vida y que lucha por los suyos.
Trátate como tratas a tu mejor amigo de verdad
Esta
frase no la he sacado de ningún libro. Esta es mía y es el mantra
que yo me repito mucho y que quisiera llegara a trascender el
taller. Trátate bien. Busca ser ese hombre que querrías tener como
mejor amigo o hermano, al que le puedas contar tus problemas y te
ayude a solucionarlos sin juicios, expectativas ni obligaciones. Que
te perdona y te anima a seguir luchando para disfrutar de la vida y
para seguir haciéndote feliz a ti y a los tuyos.
Taller 'Sexualidad masculina'
Inicio: 26 de septiembre de 2019. 19.30 horas
Coordinan: Eduardo Costa y Juan Sánchez
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