jueves, 29 de julio de 2021

Tipos de duelo y proceso de superación del dolor

 

Superar un duelo
                                                          www.superaelduelo.com


José Portillo

Orientador del Teléfono de la Esperanza

He escrito este trabajo con el deseo de ayudar a quienes viven un proceso de duelo a no perder la esperanza de poder superarlo. La descripción de los procesos de duelo la he obtenido de mis vivencias personales, y estando en contacto con cientos de personas que han tenido alguna pérdida dolorosa, y me han transmitido sus sentimientos al narrarme sus miedos y sus dudas.

Llamamos duelo a un dolor, a una reacción natural ante una pérdida. La única manera de superar nuestros duelos consiste en expresarlos cuantas veces nos sea necesario hacerlo, teniendo interlocutores que estén dispuestos a escucharnos, aunque repitamos muchas veces las mismas vivencias. Es ilógico en el caso de que fallezca uno de nuestros familiares desear que lo sepulten pronto para leer nuestro libro preferido, irnos a un centro comercial o ver un partido de nuestro deporte favorito. Expresar nuestros sentimientos relacionados con los duelos que hemos vivido es una experiencia sanadora, pero el hecho de retenerlos puede enfermarnos psíquica y físicamente.

Dado que algunos duelos nos producen dolores muy intensos, podemos llegar a creer que jamás nos será posible superar los mismos. La sociedad que nos enseña a ocultar los sentimientos que erróneamente nos hace creer que son negativos, que durante décadas nos ha inculcado que las mujeres sienten y que los hombres piensan, en ciertas circunstancias nos enseña que supuestamente el tiempo lo cura todo. Ello puede instarnos a ocultar nuestros sentimientos, al creer erróneamente que el tiempo aliviará el padecimiento que nos caracteriza. Las emociones constituyen una fuente energética que podemos gestionar, y que jamás podremos controlar tal como lo hacemos con las actividades que realizamos. Si expresamos nuestros sentimientos la citada energía actuará fuera de nosotros, y, si no los expresamos, actuará en nuestro interior, probablemente, somatizándonos.

Diferentes tipos de duelo

Mucha gente cree que un duelo es solo el dolor producido por un fallecimiento, pero existen otros duelos, de los que cito algunos ejemplos a continuación:

-La pérdida de una posesión considerada muy valiosa. Perder una posesión que nos ha costado un gran esfuerzo conseguir y que tiene un gran valor sentimental para nosotros, constituye un duelo.

-La pérdida de una gran ilusión. Comprendemos a quienes tienen la experiencia del fallecimiento de sus familiares y a quienes pierden sus viviendas, pero no se nos hace tan evidente el dolor de quienes desean tener un hijo que nunca nace, o se ven forzados a abandonar un proyecto al que le han dedicado tiempo, ilusión, trabajo, esfuerzo y dinero.

-El divorcio. La ruptura de una relación conyugal es un duelo muy difícil de superar para muchas personas que son dejadas, hasta que no matan la esperanza de recuperar a sus cónyuges. Aun estando las dos partes de acuerdo a la hora de divorciarse, la ruptura puede constituir un duelo doloroso y complicado.

-La pérdida de una amistad. Aunque a mucha gente le gusta vivir una misma rutina durante bastantes años, la vida es cambiante. La pérdida de un gran amigo es un duelo, aun cuando la misma se produce como consecuencia de un cambio de creencias y actitudes de quienes toman la decisión de romper sus relaciones de amistad.

-El síndrome del nido vacío. Bastantes mujeres consagran todas las horas de los días que viven al cuidado de sus familiares. Cuando sus hijos se independizan, se encuentran con el hecho de que no tienen en qué ocupar el tiempo que les consagraron a los tales, y necesitan aprender a amarse y a valorarse para ser felices, vivir en las mejores condiciones y estar mentalmente sanas, para aportarles lo mejor de sí mismas a aquellos con quienes se relacionan.

-La pérdida del trabajo. Las mujeres que pierden el trabajo, al tener la costumbre de llevar a cabo sus actividades domésticas cotidianas, pueden superar su duelo fácilmente, pero no les sucede lo mismo a los hombres que viven exclusivamente consagrados a sus actividades laborales.

-Un accidente grave inesperado o una cirugía mutiladora. La pérdida de un miembro del cuerpo constituye un duelo muy doloroso.

El duelo por fallecimiento es el más doloroso de todos. Yo me vi obligado hace muchos años a vender una vivienda que me gustaba mucho, pero tengo un techo bajo el que vivo. Cuando tenía once años falleció mi hermana Lucía con siete años de edad y padeciendo varias enfermedades, y no podré recuperarla. A pesar de ello, cuando fallecen familiares nuestros con quienes no hemos establecido vínculos muy fuertes, puede sernos más dolorosa la pérdida de bienes materiales que la muerte de los tales.


                                                        www.lamenteesmaravillosa.com

Intensidad del dolor y procesos de duelo

Todas las pérdidas son dolorosas, y la intensidad del dolor depende de nuestros sentimientos con respecto a quienes fallecen o a los bienes que perdemos. Creemos lógico el hecho de pensar que es más doloroso el fallecimiento de un familiar que la pérdida de un bien material, pero ello no sucede en todos los casos.

¿Cuáles son los fallecimientos más dolorosos? 

Los fallecimientos más traumáticos son los suicidios de hijos de quienes sus padres no se percatan que sufren por ningún motivo y destacan sobresalientemente en todo lo que emprenden, pero, a pesar de lo expuesto, para cada cuál, el fallecimiento más doloroso, es el que ha vivido. Un día después de que sepultaran a mi hermana Lucía, se me acercó uno de mis amigos de siete años llorando. Cuando le pregunté qué le sucedía, me dijo que lo suyo, comparado con lo mío, no tenía importancia. Estreché a mi amigo entre mis brazos y lo traté afectuosamente hasta que me dijo que se le había muerto su perrita. Yo le dije que él estaba triste por su perrita porque la amaba, y que yo echaba de menos a mi hermana porque también la amé mucho, y, ya que no podíamos hacer nada para que volvieran su perrita ni mi hermana, decidimos pasar la tarde jugando. Aquella fue una tarde de juego de las más entrañables que recuerdo haber vivido.

Quienes han estudiado el duelo han dividido el mismo en distintos procesos por los que solemos pasar sin seguir el orden establecido por los expertos en la materia. Esto significa que un día cualquiera podemos despertarnos y experimentar una sensación de alivio al pensar que por fin logramos levantarnos sin tener la necesidad de llorar al recordar a nuestro familiar fallecido, pero, horas después, podemos volver a llorar amargamente, o podemos sentir rabia contra alguien de quien pensamos que no trató debidamente al citado familiar que se nos murió.

Veamos los diferentes procesos de duelo

-La negación. Este proceso de duelo se inicia apenas nos percatamos de que ha sucedido lo que no podemos evitar. Quisiéramos despertar de esa pesadilla, pero, por intenso que sea nuestro deseo, no podemos modificar la realidad.

-La ira. En el caso de los fallecimientos, podemos sentir rabia contra los doctores que atendieron a nuestros familiares, contra nuestros familiares y amigos de quienes pensamos que no trataron adecuadamente a quienes fallecieron, contra nosotros porque deberíamos haber sido mejores familiares con ellos, y contra el Dios de quien se nos ha dicho infinidad de veces que es amor, cuyos designios no comprendemos, y, cuanto más queremos entenderlos porque no creemos que es malo, sus ministros más nos dicen que son incomprensibles para nosotros, indicándonos que no nos comprenden, y que nos falta inteligencia.

-La negociación. Si perdemos una posesión valiosa, quizás podremos tener otra similar con el paso del tiempo, y, en el caso de que ello no suceda, podemos aprender que como personas somos más valiosas que los bienes materiales. La negociación puede ser productiva en muchos duelos porque consiste en equiparar nuestras pérdidas a las razones que tenemos para seguir viviendo, pero, en el caso de la muerte de quienes amamos, junto a los procesos de negación que se prolongan más de un mes, puede requerir de la intervención de un terapeuta que ayude a evitar la prolongación innecesaria de dichos procesos, y la aparición de enfermedades mentales.

-La tristeza profunda. Cuando en una balanza ponemos el dolor producido por nuestros duelos y las razones que tenemos para vivir, y la balanza se inclina por la intensidad del dolor, vivimos la tristeza profunda, la cuál es más dolorosa aún que el proceso de negación. La buena noticia que les tengo a quienes viven este proceso de duelo, consiste en que el mismo es la antesala del proceso de aceptación.

-La aceptación. Cuando aceptamos el hecho de que nuestros familiares fallecidos no vendrán a nuestro encuentro y comprendemos que nuestra tristeza no nos impide ser felices, el dolor es soportable, en cuanto deja de ser una carga insufrible. Cuando integramos el dolor a nuestra vida, el mismo se hace presente, pero no nos impide ser felices junto a quienes amamos. Un paso posterior consiste en sentir gratitud hacia el dolor, ya que lo aceptamos porque amamos. No amamos para sufrir, ya que la espiritualidad nos enseña que la muerte es parte de la vida, y nuestros seres queridos que no están físicamente con nosotros, viven en nuestros corazones, porque los recordamos.


martes, 27 de julio de 2021

La campaña 'No cargues con la soledad' busca a los mayores que no piden la ayuda que necesitan

 



El Ayuntamiento de Málaga presentó ayer la campaña de sensibilización 'No cargues con la soledad' dirigida a contactar con los mayores de la ciudad "que no son capaces de pedir ayuda y no abren sus puertas", según explicó el concejal de Derechos Sociales, Francisco Pomares. En la campaña colaboramos Cruz Roja, Fundación Harena y el Teléfono de la Esperanza, las ONGs que desde hace un año hemos hecho un frente común en la movilización local contra la soledad y el aislamiento de los mayores en colaboración con el Ayuntamiento.

La campaña ha puesto en marcha el teléfono 952 217632 perteneciente a Cruz Roja de Málaga, que se encargará de recibir las peticiones de ayuda y, si es necesario, derivarlas a Fundación Harena y el Teléfono de la Esperanza. Las personas que llamen serán valoradas por un equipo técnico y se pondrán a su disposición los recursos existentes para paliar situaciones de soledad o de aislamiento social.

Este es el servicio que nuestra asociación viene prestando a los mayores mediante desde octubre de 2020:

Programa 'La brújula de la esperanza'

Las acciones publicitarias se están difundiendo en redes sociales, espacios públicos como marquesinas o centros de atención socio-sanitarios, a través del reparto de dípticos o mediante merchandaising. 

En el Teléfono de la Esperanza estamos haciendo campaña con bolsos, chalecos, carteles y dípticos.



Desde septiembre de 2020, se ha contactado telefónicamente con 4.547 personas mayores, de las que las que 1.985 han sido valoradas, detectando aquellas que necesitaban apoyo para las actividades básicas de la vida cotidiana o apoyo emocional y acompañamiento. El edil Pomares explicó ayer que se ha comprobado que hay ancianos que sufren carencias en sus necesidades básicas de alimentación y limpieza, pero no han pedido ayuda.

En esta ocasión se cuenta con la colaboración de los centros de mayores de la ciudad que contribuyen a que la información sobre los recursos pueda llegar a todas las personas. La campaña se extenderá también a farmacias, comercios, centros de salud, mercados y otros lugares frecuentados por las personas mayores.

 


domingo, 25 de julio de 2021

CON OTRAS GAFAS / Pequeños que compiten con los grandes



 

Los Juegos Olímpicos son un escaparate de lo mejor de cada deporte. Deportistas procedentes de todo el mundo compiten durante varias semanas buscando mejorar sus marcas y luchando por las medallas. En el atletismo, la presencia de corredores africanos es muy importante. A menudo atletas procedentes de países como Etiopía o Kenya alcanzan los puestos más altos en el pódium, especialmente en las carreras de larga y media distancias. 

A pesar de la gran cantidad de atletas africanos presentes en las competiciones, la ropa y zapatillas que usan son comercializadas por grandes multinacionales de los países ricos. En los últimos meses ha sido noticia el crecimiento de la marca de zapatillas Enda, nacida en Kenya, que está compitiendo en los mercados internacionales con las grandes firmas del sector porque sus zapatillas deportivas se venden en Estados Unidos, un 80% de la producción, y en Europa, un 8%. El resto se están vendiendo en el propio país de origen.

La artífice de este valioso emprendimiento es Novalayo Osembo, una mujer que dejo su trabajo en Naciones Unidas, apostando por crear empleo en su país donde da trabajo a más de 40 personas. Sus zapatillas han sido utilizadas por importantes atletas que han mostrado su satisfacción después de usarlas. El símbolo que las sitúa en el mercado es una lanza que significa "vamos".

"Las usé en Alemania y gané en los 10.000 metros, puedo asegurar que es una gran zapatilla", dice el deportista kenyata Henry Wanyoike.

Son pocas las noticias que llegan de los países africanos y con frecuencia están relacionadas con situciones negativas como la falta de vacunas contra el COVID, atentados terroristas o rutas peligrosas de inmigración. El empuje de esta mujer no solo ofrece trabajo a personas de su país, también señala caminos para los jóvenes del continente africano. Novalayo Osembo está enviando un mensaje que refuerza el derecho a vivir en su país con dignidad y prosperidad.


jueves, 22 de julio de 2021

Mi experiencia como orientador en tiempos de #pandemia. La casualidad no existe

 



Francisco García López

Orientador en el Teléfono de la Esperanza

Acabo de  ver en Movistar tres episodios de 'Otros Mundos', un programa de televisión dirigido por Javier Sierra sobre el Camino de Santiago, el primero de los cuales tiene por título 'La casualidad no existe'. Me dispongo a escribir, a petición de Luis Santiago, la persona que dirige el blog “El tiempo de la esperanza” del Teléfono de la Esperanza de Málaga, sobre mi experiencia en el último año y pico, desde que comenzó la pandemia, como orientador en el Teléfono de la Esperanza. Intentaré ser fiel a la verdad.

Si he de ser veraz, los últimos meses antes de la pandemia fui colaborador apenas nominalmente porque sólo hacía una noche al mes. Tuve otras ocupaciones que me impidieron hacer más turnos. Recuerdo el mes de marzo del año pasado como si fuese ayer, como un mal sueño: mi excedencia de un mes en mi lugar de trabajo, mi ida a Madrid, el confinamiento, el fallecimiento de mi tío (mi segundo padre) por COVID y mi perplejidad ante una situación tan nueva.

En junio de 2021 hemos tenido una paella los compañeros orientadores en la casa de una orientadora en Alhaurín de la Torre y también recordamos el mes de marzo del año pasado. Mencionaba Julia, la subdirectora del Teléfono de la Esperanza, la enorme casualidad de que la centralita del Teléfono de la Esperanza se hubiese cambiado pocos días antes del confinamiento, lo que nos permitió atender llamadas, desde nuestro domicilios, en un momento en el que éramos casi indispensables.

Recuerdo también el primer turno de noche que tuve que hacer a los pocos días del fallecimiento de mi tío y cómo José Antonio, el organizador de los turnos, me decía que no hacía falta que lo hiciese si no me encontraba bien. Pero pensé que mi tío Pepe me quería ahí, fuerte, haciendo algo que sé hacer bien y de lo que él estaba orgulloso. Y todo fue bien.

Recuerdo también las llamadas de esos meses, la de una chica de una localidad que se había quedado completamente sola en casa con su perro, recuerdo la de otra señora que se había quedado también completamente aislada y que sollozaba y vimos en el aprendizaje de idiomas (el italiano en este caso) como una forma de comunicarse y de mantenerse activa.

Recuerdo también haber escrito unas líneas sobre mi experiencia como orientador en esos meses y ahora, pasado un año y pico, me reconozco y no me reconozco en las mismas. Yo, el de entonces, quizás no sea exactamente el mismo. Recuerdo haber escrito sobre la "resiliencia", que es la capacidad que tenemos innata de resistir a la adversidad y que también puede ser aprendida. A este respecto decía que había una lectura que aconsejaba a los llamantes durante este periodo de encierro colectivo cuyo título es “El hombre en busca de sentido”, de Víctor Frankl, un libro que se introduce en el sufrimiento del Holocausto para lanzar un mensaje extraordinariamente positivo sobre la lo capacidad humana para superar la adversidad. Como decía este autor: "Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos".

En esas líneas decía que yo animaba a los llamantes, en una primera fase a que aceptasen su situación y a que se traten a sí mismos con compasión. También a que intenten mejorar el diálogo interior que tienen consigo mismos para no hacerse más daño, como si estuviesen tratando con el niño que en un momento fueron. El propio Epicteto, hace ya miles de años, nos hacía reflexionar sobre ese diálogo interior: "No son las cosas que nos pasan las que nos hacen sufrir, sino lo que nosotros nos decimos sobre esas cosas". Aunque el mismo filósofo griego decía que "en cuanto a todas las cosas que existen en el mundo, unas dependen de nosotros, otras no", como parece ser el caso del COVID 19.

Y recuerdo haber terminado esas líneas citando a diferentes técnicas que utilizaba para reestructurar durante las llamadas y otras dinámicas para elaborar un plan de acción. Y terminaba con el psicólogo canadiense Jordan Peterson, que nos animaba a dar una versión mejor de nosotros mismos.



Versión 2ª. El orientador de junio del 2021.

Me sigo reafirmando en lo de las casualidades y en el destino. En enero mi cuerpo me dijo que necesitaba un descansito y estuve dos meses y una semana de baja. A finales de esta baja me activé más horas como orientador dado que ya no necesitaba tanto tiempo para mí mismo. Recuerdo una mañana una llamada de una madre cuya hija se había quedado en casa y que tenía ideas suicidas. Le habían pasado el número de teléfono nuestro y me decía si su hija podía llamarnos. Y hablé con la adolescente y una compañera psicóloga también la atendió a los pocos minutos.

Y recuerdo también, unos meses después, otra llamada de una joven de una capital andaluza a la que habían dado en Salud Mental nuestro número de teléfono y que estaba subida a una azotea con la intención de acabar con su vida. Y se aferró a la vida. Y se le ofreció un seguimiento desde el Teléfono de la Esperanza de su ciudad.

El que ha vivido ese momento mágico, el de saber que hay alguien que se aferra a tu vida gracias a ti, a tu tranquilidad, a tu sentido del humor, a la serenidad que te da ser miembro de un equipo como el nuestro, sabe que hay pocos momentos en la vida tan gratos como esos. Como decía Borges, si la vida de un hombre se pudiese reducir a un instante, yo elegiría a esos momentos en los que he sentido esa dicha de ayudar a estas personas.

Versión 3ª. El orientador y formador.

Como dicen los jóvenes, "un marrón", o una situación complicada. Las muchachas que estaban haciendo el 'Prácticum' de Psicología en nuestra sede querían comprobar "in situ" cómo se atendía una llamada y me pidieron que fuera a la sede a atender llamadas durante cuatro fines de semana seguidos por las mañanas con diferentes estudiantes de psicología. En un primer momento tuve miedo porque pensaba que ellas, como futuras psicólogas, podían mirar con ojo crítico mi labor como orientador pero no fue así. Fue un aprendizaje mutuo y pude aprender de ellas lo de la "terapia de la aceptación y el compromiso", lo del "locus de control interno o externo", lo del ASMR para dormir, lo de las terapias de última generación y diversas técnicas de reestructuración.

Pero lo fundamental fue verme identificado a mí mismo, a ese casi niño que era yo a mis 22 años cuando empecé a atender el Teléfono de la Esperanza. A esos miedos primerizos, esos sudores, esa incertidumbre, esa ingenuidad y esa esperanza de esos años. 

Conclusión: la casualidad no existe

Pues es un "spoiler" en toda regla. Termina Javier Sierra su mini-serie sobre el Camino de Santiago dirigiéndose al niño que fue pidiéndole que le ayude a tomar decisiones acertadas y recordándonos que las casualidades no existen. A ese niño que tengo en el perfil de mi foto del Whatsapp, a ese post-adolescente que cogía con miedo sus primeras llamadas le pido que me ayude a tomar decisiones adecuadas. Todo y nada es casualidad pero, si fuese todo, voy a permitir que las casualidades pasen.

Gracias a Luisa, Kristina, Míriam y a todas las psicólogas de las que tanto he aprendido en tan pocos días. Y gracias a la gran casualidad que es haberme encontrado al Teléfono de la Esperanza en mi vida. Y voy a cuidar a ese niño, a ese orientador primerizo que fui y que me han recordado estas psicólogas jóvenes que me he encontrado en mi camino, en calle Hurtado de Mendoza, en una bocacalle del Camino Nuevo. 

 


miércoles, 21 de julio de 2021

#Aquí sufriendo, llamemos a #Lascosasporsunombre




Las frases 'aquí sufriendo, llamemos a las cosas por su nombre' encabezan la campaña en redes sociales que lanzó ayer el Teléfono de la Esperanza en las redes sociales Twitter, Instagram y Facebook. La acción publicitaria nace en el marco de los 50 años de nuestra organización y tiene como objetivo promover la salud mental en tiempos del COVID y difundir los servicios del Teléfono de la Esperanza.
Aunque la campaña se dirige a toda la población, el uso de las redes hace que contactemos espefícamente con los jóvenes, que son los que menos recurren a nuestros servicios.
Pretendemos concienciar de la importancia de expresar nuestros estados de ánimo con autenticidad, no esconderlos o maquillarlos y de pedir ayuda cuando nos encontremos mal.
Precisamente el primer paso para sanar es reconocer nuestros estados de ánimo. Problemas como la depresión a la ansiedad son serios y no se pueden banalizar. La manera en la que muchas veces se habla de estos problemas usando términos que le quitan importancia no ayuda a solucionarlos.

Estos son términos habituales que se están utilizando y complican los problemas que ya sufren las personas:

- Ay, me da bajón
- Me da ansiedad
- Estoy pasando por una mala racha

Para rematar, el postureo en las redes sociales presumiendo de amigos, comidas, fiestas o viajes genera más ansiedad al intensificar el problema.

La campaña del Teléfono de la Esperanza invita a decir basta y cambiar la forma de usar el lenguaje. Es saludable llamar a las cosas por su nombre



Contenido que se está publicando en las redes

Estar que si jiji, que si unas cañas, que si jaja no es estar #AquíSufriendo
Si estás bien di que estás bien, y si estás mal puedes llamarnos al 717 003 717#LasCosasPorSuNombre
Caption:
Todos hemos subido la foto veraniega tomando algo con amigos, pero ¿y si cambiamos de hashtag?, ¿por qué decir #AquíSufriendo cuando en realidad estamos #AquíDeRisas?

Queremos cambiar esto para así cambiar la forma en la que hablamos de salud mental

Si estás bien di que estás bien, y si estás mal puedes llamarnos.
📞 717 003 717 💪

domingo, 18 de julio de 2021

CON OTRAS GAFAS / Una vida que sembró generosidad hasta después de morir


                          Samuel, en una imagen cedida a LO por un compañero de su Congregación Cristiana


La muerte del joven Samuel Luiz tras recibir una paliza salvaje en una calle de La Coruña ha conmocionado a la sociedad. La violencia absurda y gratuita acabó con la vida de este chaval de 24 años que trabajaba como auxiliar de enfermería en una residencia de ancianos. En unos minutos una expresión irracional de lo peor del ser humano, agresividad desmedida, violencia, odio al diferente...arrolló una vida joven. Atrás quedó una existencia breve, pero fructífera en amor y solidaridad. En los días posteriores a la muerte de Samuel hemos conocido el cariño y la admiración que le tenían compañeros y usuarios en la residencia donde trabajaba, el respeto de los adolescentes que aprendían de él en su comunidad religiosa, su voluntariado en Cruz Roja y la alegría y el amor que irradiaba a sus padres. Quizás tanta vida buena entregada a los demás ha dado su fruto en forma de una vida mejor para dos personas. Ibrahim y Makate son dos jóvenes senegaleses que aparecieron en los últimos instantes de la vida de Samuel, cuando recorrió su calvario de 200 metros recibiendo golpes sin parar. Allí uno de los inmigrantes se interpuso entre víctima y verdugos y el otro hizo lo que pudo por atender a las amigas del chico.

Las autoridades del Ministerio del Interior han querido reconocer los gestos de compasión, humanidad y civismo de estos dos hombres y tramitan sus permisos de residencia en España aplicando una de las "circunstancias excepcionales" que contempla la Ley de Extranjería para personas que no disponen de documentación para residir en el país. Las autoridades, concretamente el Secretario de Estado de Migraciones y el Delegado del Gobierno en Galicia, tienen un gesto de generosidad poco habitual en el duro marco legal al que son sometidos las personas sin documentos. Hay que recordar que se les exige vivir tres años de forma clandestina en España y contar con un contrato de más de un año de trabajo para obtener el permiso de residencia legal cuando han entrado sin autorización. Seis ONGs han pedido recientemente el cambio y humanización del reglamento de la Ley de Extranjería que incluye esos requisitos. 

 

Leer más:

Samuel, el pilar del grupo y la luz de sus padres

 

 


jueves, 15 de julio de 2021

Beneficios de la meditación como experiencia diaria

 


 

“Ser nada más y basta. Es la absoluta dicha”

(Jorge Guillén)

 

Mamen de la Torre

Orientadora del Teléfono de la Esperanza

Me gusta esta frase porque encierra  en una sola  palabra tanto la meta que alcanzaremos si aprendemos  a mirarnos, a pararnos ,a escucharnos a conocernos en suma a amarnos, como el estado en el que permaneceros tras su contemplación consciente. Dejándonos tocar por la realidad y entrando en comunión con lo que hacemos en cada momento, porque a menudo  estamos más pendiente de lo que debemos hacer y porque, en resumen, enlaza con lo que yo entiendo por meditar.

La meditación es un entrenamiento mental donde se cultivan cualidades humanas esenciales para darles un sentido más pleno y activo. Es una forma de aprender a estar con nosotros mismos, a través del silencio, de  la amabilidad con uno mismo, de la compasión y del amor. Nos ayuda a comprender mejor al otro reconociendo sus luces y sus sombras pero sin juicios, y así, desde esa profunda empatía, mejorar la relación con nosotros mismos y  con los demás. La meditación nos permite entrenar aquellas estructuras neuronales que nos son útiles  para darnos cuenta de de las distracciones. 

La ciencia ha definido un nuevo término que es la neuroplasticidad. Cada vez existen más investigaciones científicas que demuestran los beneficios de la práctica meditativa. La neurociencia nos dice que  solo con 10 o 15 minutos diarios y en solo  5 semanas ya se empiezan a observar cambios anátomicos en nuestro cerebro.  

 

¿Cómo se hace?

Existen muy variadas formas de meditación. La respiración consciente y pausada y la simple contemplación en silencio de la naturaleza son dos de ellas. Esta  actitud contemplativa nos conduce a una increíble calma. No se necesita cambiar nada, todo está bien como está.     Los paseos por el bosque o por la playa serían una manera de meditar en movimiento. El gran maestro de la contemplación seria entonces la naturaleza.

Tanto la tradición oriental como la occidental aportan diferentes caminos para esta práctica y solo debemos descubrir cuál es la que nos sostiene mejor y guía en este proceso.

Es importante preparar nuestro cuerpo, la conciencia corporal de los movimientos y de cómo está nuestra postura. Esto nos ayuda en el proceso de la meditación ya que el cerebro los interioriza y permite que los  mecanismos neuronales influyan en el control de la atención.

Encontramos  un lugar tranquilo, nuestro rincón de la meditación, en el que una vela puede dar un toque acogedor y relajante. Escogemos ropa cómoda. Nos sentamos correctamente. Puede ser en el suelo, sobre un cojín o taburete especialmente diseñado para meditar o en una silla. Lo fundamental es mantener la espalda erguida en posición de alerta. Podemos cerrar los ojos.

Centramos  la atención en la respiración, ya que prepara los mecanismos neuronales de la atención que influyendo en la zona prefontal y dorsolateral,  consolidan la memoria y modulan la gestión de las emociones. Nos conectamos con la experiencia de la inmovilidad y la sentimos a nivel corporal. Aceptamos los pensamientos que van surgiendo y nos convertimos en observadores de los mismos, sin identificarnos con ellos, sin pelearnos con lo que contemplamos. No estamos en lo que pensamos  sino en lo que es.

Muchas veces la actividad espontánea del cerebro hace que  la consciencia se vaya (diálogo o parloteo mental). Es un estado de ensoñación. Estar en todos lados menos en el momento presente. Cuanto más tiempo estemos en ese estado, la insatisfacción será mayor porque una mente divagante es una mente infeliz.

Al introducir la meditación como rutina se abre un camino de verdadera transformación iniciándose un proceso de crecimiento personal que puede reflejarse en tu vida incidiendo a nivel corporal, mental y espiritual.

 

A nivel corporal

Mejora la salud física  reforzando el sistema inmunológico, mejora los sistemas digestivos,   circulatorio, muscular, reduce el dolor puede ayudar en el alivio de enfermedades como la depresión y ayuda en terapias para enfrentar y resolver adicciones.

 

A nivel mental

Reduce el estrés y la ansiedad porque aumenta el bienestar mental ya que la mente se calma permitiendo afrontar lo cotidiano desde un estado relajado y alerta que nos permite ser mas proactivos conectando pensamientos, emociones y acciones que posibilitan mejor superar cualquier obstáculo. La meditación nos ayuda a tener una actitud más positiva frente a estos retos y verlos como una oportunidad de aprendizaje.

Incide en la mayor conciencia del momento presente, en este sentido la vida se disfruta más y mejor, experimentando un mayor estado de alegría, armonía y felicidad interior.

Aumenta la capacidad de focalizar el pensamiento favoreciendo una mejora en la concentración y memoria. Favorece la inteligencia emocional.

 

Nivel espiritual

Facilita el crecimiento espiritual progresivo y auténtico. La espiritualidad o la interioridad forman parte de nuestra esencia con independencia de nuestras creencias e ideologías. Las creencias o increencias serían algo así como las copas o el recipiente y la espiritualidad seria el vino, su contenido. Por ello es preciso relativizar el envase y centrarnos en valorar y saborear ese buen vino.

Nos ayuda a volver hacia nosotros mismos, a experimentar y vivenciar ese YO profundo que es lo que permanece inalterado. Ya somos lo que buscamos si lo creemos, esa realidad se despierta y solo tenemos que dar tiempo y espacio. Nos ayudará a superar la rigidez de las ideas y el predominio de lo mental.

Nos permite parar, cambiando el paradigma de mirar hacia fuera tomando conciencia de la unidad que somos y  reconociéndonos unidos a todos . No hay avance sin unidad, sin complicidad y sin solidaridad porque la esencia de todos los seres humanos es la misma y es preciso asumir esta realidad profunda. A nadie se le puede negar por tanto el derecho a la interioridad y al silencio meditativo. Las palabras nos enfrentan, el silencio nos une.

Esa parada que nos reconecta con el fondo nos permite tener una Presencia en nosotros que nos hace ser ese Foco de conciencia y atención estable.



Saber acoger es un camino cuando se hace desde el corazón, desde el yo con una apertura a la vida, agradeciendo todo lo que tenemos; las personas que están en nuestro día a día, tomar conciencia del regalo de la vida, incluso agradecer también lo negativo pensando que tiene algún sentido aunque a veces no tengamos la  perspectiva suficiente para comprenderlo. Se trata de reconcialiarnos con todo y  vivirlo como un don. A mi me ayuda recitar internamente la palabra GRACIAS.

Para los creyentes esa presencia sería una experiencia de encuentro con  Dios, el reino de Dios está dentro de cada persona. Cada vez que  nos dirigimos hacia nuestro Centro, a nuestro Ser, y estamos a la escucha de lo profundo  dejando  que esa realidad nos empape poco a poco, iniciamos el camino que nos permitirá alcanzar un estado de plenitud y llegar finalmente a LA ABSOLUTA DICHA DE SER, de, SOLO SER.

 

Existen muchos enlaces para meditar. Cada uno encontrará el suyo:


Reto Medita 21 dias Ana Llorens

Meditación para dormir profundamente GabrielaLitschi

Meditaciones guiadas-Fundación Sophia

Meditaciones guiadas en video y audio-AngélicaSoler

Blog de Matilde de Torres Villagrá.

Kaixin Project meditaciones guiadas

Easy Zen meditaciones guiadas


Publicado en este blog en marzo de 2020

Practicar meditación en tiempos del coronavirus


domingo, 11 de julio de 2021

CON OTRAS GAFAS / Una vida entregada a los más vulnerables

 


El Teléfono de la Esperanza cumple 50 años desde su fundación por Fray Serafín Madrid en abril de 1971 en Sevilla. Con motivo de esas fructíferas cinco décadas de servicio, nuestra asociación celebra a lo largo de este año varios actos que culminarán con el evento final en el mes de noviembre en Madrid.

¿Quién fue Serafín Madrid?

Con ese nombre vivió un hombre comprometido con los más vulnerables, innovador e incansable promotor de iniciativas solidarias allá por donde fue. El diario sevillano 'El Correo de Andalucía' ha publicado una información en la que evoca la presencia de  Madrid en la ciudad hispalense. Nacido en una humilde familia de un pueblo de Cuenca, Serafín Madrid era miembro de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, dedicada al ámbito social y sanitario desde finales del siglo XVI. Cuando aterrizó en Sevilla a finales de los años 60 del siglo XX ya había impulsado sanatorios en Perú y Venezuela y modernizó el hospital de su orden. Muy involucrado en la educación de los niños y jóvenes en situación de pobreza y discapacitados, fundó la Ciudad de San Juan de Dios en Alcalá de Guadaira donde se les acogió y educó, impulsando también un centro de Formación Profesional para que pudieran labrarse un futuro y ser independientes.

La actividad incesante de Serafín Madrid le llevó meses después a fundar el primer Teléfono de la Esperanza en Sevilla como medio para atender a las personas en situación de crisis personal. Todo un chispazo de creatividad e innovación teniendo en cuenta que el teléfono a principios de los años setenta del siglo XX era el medio de comunicación más eficaz para contactar unas personas con otras.

El artículo de 'El Correo de Andalucía' destaca otras dos invenciones de este hombre, la creación de un dispositivo para avisar de accidentes y mapas iluminados de las ciudades para colgar en farolas y postes. Sin embargo, un día de tormenta de septiembre de 1972, el coche en el que viajaba con un compañero derrapó estrellándose con un camión que iba en dirección contraria. Su vida acabó con solo 47 años cerca de Fuente de Piedra (Málaga). En su agenda personal, encontrada en el vehículo, se pudo leer esta frase: 

"Dios me pregunta cada mañana 
por todos los que sufren, por los que están
solos, por los que no encuentran razones
sólidas para seguir viviendo. Conociendo
el sufrimiento de estas vidas rotas, no tengo 
más remedio que intentar prestar ayuda".

La semilla de Serafín cayó en tierra buena, creció y dio incontables frutos en forma de teléfonos de atención a personas angustiadas que se extendió por España, Hispanoamérica, Estados Unidos y algunos países europeos como son Suiza e Inglaterra. 

Durante cinco décadas se ha dado formación en el Teléfono de la Esperanza a 25.000 voluntarios, atendiéndose 5 millones de llamadas, 400.000 de ellas relacionadas con el suicidio y se ha promocionado y acrecentado la promoción de la salud emocional de la población. En total, se han impartido 10.000 acciones formativas. 

El Teléfono de la Esperanza es una organización no gubernamental aconfesional volcada en la atención a las personas en crisis  y la promoción de la salud emocional. Una gran parte de su actividad actual se centra en dar herramientas a las personas para que puedan desarrollarse en su crecimiento personal desde una visión positiva y humanista de la Psicología.

Sevilla recuerda a Serafín Madrid, un visionario que supo adelantarse a su tiempo, con esta frase en un monolito: "Sevilla a Fray Serafín Madrid. Estuvo con los marginados en su esperanza de justicia".


Artículo de 'El Correo de Andalucía'

Las esperanzas de Fray Serafín Madrid


Entrevista a Gloria Díez, redactora jefe de 'A Vivir' y biógrafa de Serafín Madrid

"Serafín Madrid fue un hombre listo dispuesto a hacer el bien"

jueves, 8 de julio de 2021

Una brújula para la esperanza de los mayores

 

Soledad en la vejez


Pepe Ruz

Voluntario del Teléfono de la Esperanza 

Contagios, hospitalización, muerte, pandemia, medidas de contención, distancia de seguridad, restricción número de personas reunidas, núcleos familiares incluidos, cierre de establecimientos y espectáculos públicos, teletrabajo, uso de mascarilla, confinamiento, miedo, todo ello nos ha llevado a la sociedad en general a un aislamiento, más acentuado en los mayores,  que han resultado los más vulnerables, lo que ha motivado que instituciones como el Ayuntamiento de Málaga y la Diputación Provincial, en sus respectivas  competencias territoriales, formularan programas para paliar este aumento de la soledad en mayores.

Estos programas se están llevando a cabo con la colaboración de las organizaciones no gubernamentales, Cruz Roja, Fundación HARENA y el Teléfono de la Esperanza que diseñó el programa 'La Brújula de la Esperanza'.

Nuestra asociación  ha impartido, por un lado, talleres para mayores de 65 años con la finalidad de dotarles de herramientas y ayudarles a superar estos momentos de crisis; y de otro,  ha realizado atención telefónica a mayores de 80 años. Para esta actuación contamos con más de 50 voluntarios, entre los que me encuentro,  pudiendo constatar que tuvimos una inquietud  al efectuar las primeras llamadas por la acogida que los mayores nos pudieran dispensar; y que los mayores, a su vez, debieron vencer la desconfianza que la situación general  les ha provocado.

Con las primeras conversaciones, desconfianza e inquietud han quedado apeadas, siendo sustituidas por la proximidad y el entendimiento. Ellos nos han hecho partícipes de los momentos tan difíciles que han vivido  a causa del miedo a contagiarse. De repente se han visto aislados de sus personas más queridas, hijos, nietos, amigos.

En el transcurso de las semanas, las llamadas se han convertido en un momento gratificante para voluntarios y mayores, han pasado de ser conversaciones dominadas por el miedo al futuro incierto, o a la gran preocupación por su salud, a instantes en que la sonrisa ha aflorado de modo espontáneo, ya sea porque los mayores nos contaban vivencias que  provocaron felicidad, recordando su noviazgo, su boda, los nacimientos de sus hijos, los esfuerzos desplegados en la crianza y educación de los mismos; ya por el agradecimiento que demuestran en cada una de las llamadas, interesándose por nuestra vida, nuestras familias, hijos y trabajo.

A día de hoy se ha producido una simbiosis entre voluntarios y mayores , lo que se refleja  en el inicio de las llamadas. Marcas el número, suena el tono y descuelgan: “Hola, soy….”. Interrumpen tu presentación con tono alegre “… te he conocido eres Isabel, Pepe o Carmen”, responde tu mayor.  En el transcurso de la conversación: “… me gustaría que nos viéramos para tomar …”. En la despedida “…. espero tu llamada la semana que viene” .

Ambos hemos encontrado que la brújula ha señalado un sentido y una orientación en este camino tortuoso que nos ha tocado vivir.


Lee los testimonios de los participantes:

    Una brújula contra la soledad de los mayores


La experiencia anterior se refiere al programa con el Ayuntamiento de Málaga. Si quieres conocer la colaboración con la Diputación accede a este post: Plan contra la Soledad de los Mayores