Los Juegos Olímpicos son un escaparate de
lo mejor de cada deporte. Deportistas procedentes de todo el mundo compiten
durante varias semanas buscando mejorar sus marcas y luchando por las medallas.
En el atletismo, la presencia de corredores africanos es muy importante. A
menudo atletas procedentes de países como Etiopía o Kenya alcanzan los puestos
más altos en el pódium, especialmente en las carreras de larga y media distancias.
A pesar de la gran cantidad de atletas
africanos presentes en las competiciones, la ropa y zapatillas que usan son
comercializadas por grandes multinacionales de los países ricos. En los últimos meses ha sido noticia
el crecimiento de la marca de zapatillas Enda, nacida en Kenya,
que está compitiendo en los mercados internacionales con las grandes firmas del
sector porque sus zapatillas deportivas se venden en Estados Unidos, un 80% de
la producción, y en Europa, un 8%. El resto se están vendiendo en el propio país
de origen.
La artífice de este valioso emprendimiento es Novalayo Osembo, una mujer que dejo su trabajo en Naciones Unidas, apostando por crear empleo en su país donde da trabajo a más de 40 personas. Sus zapatillas han sido utilizadas por importantes atletas que han mostrado su satisfacción después de usarlas. El símbolo que las sitúa en el mercado es una lanza que significa "vamos".
"Las usé en
Alemania y gané en los 10.000 metros, puedo asegurar que es una gran
zapatilla", dice el deportista kenyata Henry Wanyoike.
Son pocas las noticias que llegan de los países africanos y con frecuencia están relacionadas con situciones negativas como la falta de vacunas contra el COVID, atentados terroristas o rutas peligrosas de inmigración. El empuje de esta mujer no solo ofrece trabajo a personas de su país, también señala caminos para los jóvenes del continente africano. Novalayo Osembo está enviando un mensaje que refuerza el derecho a vivir en su país con dignidad y prosperidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario