Samuel, en una imagen cedida a LO por un compañero de su Congregación Cristiana
La muerte del joven Samuel Luiz tras recibir una paliza salvaje en
una calle de La Coruña ha conmocionado a la sociedad. La violencia absurda y
gratuita acabó con la vida de este chaval de 24 años que trabajaba como
auxiliar de enfermería en una residencia de ancianos. En unos minutos una
expresión irracional de lo peor del ser humano, agresividad desmedida,
violencia, odio al diferente...arrolló una vida joven. Atrás quedó una
existencia breve, pero fructífera en amor y solidaridad. En los días
posteriores a la muerte de Samuel hemos conocido el cariño y la admiración que
le tenían compañeros y usuarios en la residencia donde trabajaba, el respeto de
los adolescentes que aprendían de él en su comunidad religiosa, su voluntariado
en Cruz Roja y la alegría y el amor que irradiaba a sus padres. Quizás tanta
vida buena entregada a los demás ha dado su fruto en forma de una vida mejor
para dos personas. Ibrahim y Makate son dos jóvenes senegaleses que aparecieron
en los últimos instantes de la vida de Samuel, cuando recorrió su calvario de
200 metros recibiendo golpes sin parar. Allí uno de los inmigrantes se
interpuso entre víctima y verdugos y el otro hizo lo que pudo por atender a las
amigas del chico.
Las
autoridades del Ministerio del Interior han querido reconocer los gestos de
compasión, humanidad y civismo de estos dos hombres y tramitan sus permisos de
residencia en España aplicando una de las "circunstancias
excepcionales" que contempla la Ley de Extranjería para personas que no
disponen de documentación para residir en el país. Las autoridades,
concretamente el Secretario de Estado de Migraciones y el Delegado del Gobierno
en Galicia, tienen un gesto de generosidad poco habitual en el duro marco legal
al que son sometidos las personas sin documentos. Hay que recordar que se les
exige vivir tres años de forma clandestina en España y contar con un contrato
de más de un año de trabajo para obtener el permiso de residencia legal cuando
han entrado sin autorización. Seis
ONGs han pedido recientemente el cambio y humanización del reglamento de la Ley
de Extranjería que incluye esos requisitos.
Leer más:
Samuel,
el pilar del grupo y la luz de sus padres
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