sábado, 23 de mayo de 2020

CON OTRAS GAFAS / Superan el coronavirus y donan plasma para un ensayo clínico





La Fase 1 de la desescalada nos está sacando a todos del confinamiento en nuestras casas. Comercios y terrazas han abierto, muchos han vuelto a sus puestos de trabajo y el sonido de los coches sobre el asfalto gana la partida el suave canto de los pájaros que día tras día ha reinado en plazas, calles y avenidas.
Ha comenzado la reconstrucción de la vida económica y social sin perder de vista que seguimos en estado de alarma y la incertidumbre será nuestra compañera de viaje durante meses, hasta que no haya una vacuna efectiva contra el COVID 19 y se pueda administrar a toda la población.
Además del miedo lógico a lo desconocido, al contagio y a no saber cuando se puede recuperar la normalidad, otros sentimientos, los de solidaridad y generosidad, han estado y siguen estando muy presentes en la sociedad. Siguen los bancos de alimentos y ONGs prestando un apoyo esencial para la supervivencia de cientos de miles de personas, muchas de ellas familias con niños, y se esfuerzan los maestros por mantener el aprendizaje a distancia de sus alumnos. 

Profesores comprometidos
En zonas muy empobrecidas, los educadores redoblan sus esfuerzos para que los chavales puedan terminar el curso escolar aunque carezcan de medios tecnológicos. El equipo docente del colegio 'Misioneras Cruzadas', situado en la barriada 'La Virreina' de Málaga, hizo frente en las primeras semanas del confinamiento a dos retos. Unos 100 de los 300 alumnos del colegio, cuyas familias viven en una gran precariedad, se quedaron durante los primeros días del estado de alarma fuera del programa de refuerzo alimentario de la Junta de Andalucía, lo que motivó la reacción del equipo docente que logró donaciones de alimentos por particulares, Cáritas y cofradías. Consiguieron  mantener tres repartos de comida semanales cuando el comedor escolar ya había cerrado. Además, los profesores lograron el apoyo de Fundación La Caixa que donó tabletas a un grupo de escolares para que pudieran acceder a las clases online desde sus casas.
Las redes de solidaridad funcionan atendiendo a familias empobrecidas, inmigrantes y ancianos que viven en soledad. Mientras tanto, profesionales de diversos ámbitos de la ciencia se esfuerzan en los laboratorios por avanzar en sus investigaciones hasta obtener una vacuna o tratamientos eficaces que puedan cortar el avance del virus en el organismo de las personas.  Hombres y mujeres que han superado la enfermedad se han unido a esta cadena en la que la entrega altruista por un bien superior, el de la salud y la vida, deja a un lado los intereses individuales.

Superan la enfermedad y donan su plasma
Un total de 11 personas de Málaga que dejaron atrás la infección se han prestado a donar su plasma a un equipo investigador que trabaja en red en hospitales de toda Andalucía. En Málaga, los investigadores están en los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la Victoria, junto con el Hospital Costa del Sol. Pertenecen, además de a las unidades de Enfermedades Infecciosas Medicina Interna, al Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima). Promovido por la Red Andaluza de Diseño y Traslación de Terapias Avanzadas de la Fundación Progreso y Salud y con el apoyo de la Consejería de Salud y Familias, en el ensayo participa un total de 72 pacientes en toda la comunidad. 
El investigador principal del Hospital Regional de Málaga, el facultativo especialista de la Unidad de Enfermedades Infecciosas, Ignacio Márquez, señala que "de los resultados del ensayo clínico se podría concluir el uso de plasma de pacientes que han superado la enfermedad como una nueva opción de tratamiento. Se pretende demostrar si la administración de plasma de estos pacientes es efectiva en los primeros estadios, evitando que progrese a fases de mayor gravedad", subraya, al tiempo que agradece la generosidad de los pacientes.

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