“Ser nada más y basta. Es la absoluta dicha”
(Jorge Guillén)
Mamen
de la Torre
Orientadora
del Teléfono de la Esperanza
Me gusta esta frase porque encierra en una sola
palabra tanto la meta que alcanzaremos si aprendemos a mirarnos, a pararnos ,a escucharnos a
conocernos en suma a amarnos, como el estado en el que permaneceros tras su
contemplación consciente. Dejándonos tocar por la realidad y entrando en
comunión con lo que hacemos en cada momento, porque a menudo estamos más pendiente de lo que debemos hacer
y porque, en resumen, enlaza con lo que yo entiendo por meditar.
La meditación es un entrenamiento mental donde se cultivan cualidades humanas esenciales para darles un sentido más pleno y activo. Es una forma de aprender a estar con nosotros mismos, a través del silencio, de la amabilidad con uno mismo, de la compasión y del amor. Nos ayuda a comprender mejor al otro reconociendo sus luces y sus sombras pero sin juicios, y así, desde esa profunda empatía, mejorar la relación con nosotros mismos y con los demás. La meditación nos permite entrenar aquellas estructuras neuronales que nos son útiles para darnos cuenta de de las distracciones.
La
ciencia ha definido un nuevo término que es la neuroplasticidad. Cada vez
existen más investigaciones científicas que demuestran los beneficios de la
práctica meditativa. La neurociencia nos dice que solo con 10 o 15 minutos diarios y en solo 5 semanas ya se empiezan a observar cambios
anátomicos en nuestro cerebro.
¿Cómo
se hace?
Existen muy variadas formas de meditación. La
respiración consciente y pausada y la simple contemplación en silencio de la
naturaleza son dos de ellas. Esta actitud contemplativa nos conduce a una increíble
calma. No se necesita cambiar nada, todo está bien como está. Los paseos por el bosque o por la playa serían
una manera de meditar en movimiento. El gran maestro de la contemplación seria
entonces la naturaleza.
Tanto la tradición oriental como la
occidental aportan diferentes caminos para esta práctica y solo debemos
descubrir cuál es la que nos sostiene mejor y guía en este proceso.
Es importante preparar nuestro cuerpo, la
conciencia corporal de los movimientos y de cómo está nuestra postura. Esto nos
ayuda en el proceso de la meditación ya que el cerebro los interioriza y
permite que los mecanismos neuronales
influyan en el control de la atención.
Encontramos un lugar tranquilo, nuestro rincón de la
meditación, en el que una vela puede dar un toque acogedor y relajante. Escogemos
ropa cómoda. Nos sentamos correctamente. Puede ser en el suelo, sobre un cojín
o taburete especialmente diseñado para meditar o en una silla. Lo fundamental
es mantener la espalda erguida en posición de alerta. Podemos cerrar los ojos.
Centramos la atención en la respiración, ya que prepara
los mecanismos neuronales de la atención que influyendo en la zona prefontal y
dorsolateral, consolidan la memoria y
modulan la gestión de las emociones. Nos conectamos con la experiencia de la inmovilidad
y la sentimos a nivel corporal. Aceptamos los pensamientos que van surgiendo y nos
convertimos en observadores de los mismos, sin identificarnos con ellos, sin
pelearnos con lo que contemplamos. No estamos en lo que pensamos sino en lo que es.
Muchas veces la actividad espontánea del
cerebro hace que la consciencia se vaya
(diálogo o parloteo mental). Es un estado de ensoñación. Estar en todos lados
menos en el momento presente. Cuanto más tiempo estemos en ese estado, la
insatisfacción será mayor porque una mente divagante es una mente infeliz.
Al introducir la meditación como rutina se
abre un camino de verdadera transformación iniciándose un proceso de
crecimiento personal que puede reflejarse en tu vida incidiendo a nivel
corporal, mental y espiritual.
A
nivel corporal
Mejora la salud física reforzando el sistema inmunológico, mejora
los sistemas digestivos, circulatorio,
muscular, reduce el dolor puede ayudar en el alivio de enfermedades como la
depresión y ayuda en terapias para enfrentar y resolver adicciones.
A
nivel mental
Reduce el estrés y la ansiedad porque aumenta
el bienestar mental ya que la mente se calma permitiendo afrontar lo cotidiano desde
un estado relajado y alerta que nos permite ser mas proactivos conectando
pensamientos, emociones y acciones que posibilitan mejor superar cualquier
obstáculo. La meditación nos ayuda a tener una actitud más positiva frente a
estos retos y verlos como una oportunidad de aprendizaje.
Incide en la mayor conciencia del momento
presente, en este sentido la vida se disfruta más y mejor, experimentando un
mayor estado de alegría, armonía y felicidad interior.
Aumenta la capacidad de focalizar el
pensamiento favoreciendo una mejora en la concentración y memoria. Favorece la
inteligencia emocional.
Nivel
espiritual
Facilita el crecimiento espiritual progresivo
y auténtico. La espiritualidad o la interioridad forman parte de nuestra
esencia con independencia de nuestras creencias e ideologías. Las creencias o
increencias serían algo así como las copas o el recipiente y la espiritualidad
seria el vino, su contenido. Por ello es preciso relativizar el envase y
centrarnos en valorar y saborear ese buen vino.
Nos ayuda a volver hacia nosotros mismos, a
experimentar y vivenciar ese YO profundo que es lo que permanece inalterado. Ya
somos lo que buscamos si lo creemos, esa realidad se despierta y solo tenemos
que dar tiempo y espacio. Nos ayudará a superar la rigidez de las ideas y el
predominio de lo mental.
Nos permite parar, cambiando el paradigma de
mirar hacia fuera tomando conciencia de la unidad que somos y reconociéndonos unidos a todos . No hay
avance sin unidad, sin complicidad y sin solidaridad porque la esencia de todos
los seres humanos es la misma y es preciso asumir esta realidad profunda. A nadie
se le puede negar por tanto el derecho a la interioridad y al silencio
meditativo. Las palabras nos enfrentan, el silencio nos une.
Esa parada que nos reconecta con el fondo nos permite tener una Presencia en nosotros que nos hace ser ese Foco de conciencia y atención estable.
Saber acoger es un camino cuando se hace
desde el corazón, desde el yo con una apertura a la vida, agradeciendo todo lo
que tenemos; las personas que están en nuestro día a día, tomar conciencia del
regalo de la vida, incluso agradecer también lo negativo pensando que tiene
algún sentido aunque a veces no tengamos la perspectiva suficiente para comprenderlo. Se
trata de reconcialiarnos con todo y vivirlo como un don. A mi me ayuda recitar
internamente la palabra GRACIAS.
Para los creyentes esa presencia sería una
experiencia de encuentro con Dios, el
reino de Dios está dentro de cada persona. Cada vez que nos dirigimos hacia nuestro Centro, a nuestro
Ser, y estamos a la escucha de lo profundo dejando que esa realidad nos empape poco a poco, iniciamos
el camino que nos permitirá alcanzar un estado de plenitud y llegar finalmente
a LA ABSOLUTA DICHA DE SER, de, SOLO SER.
Existen
muchos enlaces para meditar. Cada uno encontrará el suyo:
Reto Medita 21 dias Ana Llorens
Meditación para dormir profundamente GabrielaLitschi
Meditaciones guiadas-Fundación Sophia
Meditaciones guiadas en video y audio-AngélicaSoler
Blog de Matilde de Torres Villagrá.
Kaixin Project meditaciones guiadas
Publicado en este blog en marzo de 2020
Practicar meditación en tiempos del coronavirus
1 comentario:
Preciosa y valiosa publicación. Gracias ❤
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