Juan Manuel Martín
Coordinador de Psicología en el Teléfono de la Esperanza
"La
poca prudencia de los hombres impulsa a comenzar una cosa y, por las ventajas
inmediatas que ella procura, no se percata del veneno que por debajo está escondido."
Maquiavelo
Desde hace
más de una década, tras la publicación por parte del psicólogo argentino, de
origen griego, Bernardo Stamateas del libro ‘Gente tóxica: Cómo
identificar y tratar a las personas que te complican la vida para relacionarte
sanamente’, se viene hablando de personalidades tóxicas.
Clínicamente, las diversas tipologías que describe el autor no entran en lo que
un profesional diagnosticaría como un trastorno de personalidad, pero comparten
rasgos con ellos.
Stemateas afirma que
las «personas tóxicas» potencian
nuestras debilidades y nos llenan de cargas y frustraciones. Ser tóxico es según este autor, una manera
de funcionar habitual en algunas personas. Mientras todos tratamos de
eliminar los rasgos tóxicos que percibimos en nosotros mismos, el tóxico no los
reconoce y vive culpando a los demás, generándoles emociones negativas. Estas personas, para sentirse bien, necesitan hacer sentir
mal a otro.
En sus dos libros sobre este asunto, publicados hasta el
momento: ‘Gente tóxica: Cómo identificar y tratar a las personas que te
complican la vida para relacionarte sanamente’ (2004) y ‘Más gente tóxica:
¿Cómo son los que te quieren mal para sentirse bien?’ (2014), Bernardo
Stamateas, habla de los siguientes tipos de personas: envidiosos,
descalificadores, agresivos verbales, envidiosos, pesimistas, chismosos, orgullosos, quejosos, prepotentes
...y manipuladores.
En este artículo nos vamos a referir a estos últimos, ya
que en el resto, en una u otra medida, también está presente la manipulación.
¿Cómo identificar a un manipulador?
Se puede trazar un perfil de persona manipuladora a
través de los siguientes rasgos:
1.Se
siente grande y poderoso, nunca se
pondrá palabras como "no lo sé" en su boca, ya que aparenta
saber de todo.
2.Aparece
como seductor, amable, elegante, persona genial, pero todo eso es sólo una
fachada, ya que en su pasado frecuentemente hay "ex amigos", deudas y
resentimiento.
3.Después
de tratar a este tipo de gente, queda una gran sensación de malestar y temor
(emociones negativas).
4.Suele
sentir envidia de quien manipula. No actúa sobre cualquiera.
5. Es
improductivo: No aporta nada, pues sus actos lo lleva a vivir en más miseria.
Para ejercer su control, el manipulador se va a valer de
distintas armas: En un principio utilizará la seducción. El manipulador
suele aparecer como alguien que es protector, bueno, que da, pero después, todo
lo que da, lo va a querer cobrar. Nunca estará ahí cuando se necesite.
¿Cómo actúa un manipulador para alcanzar sus fines?
Lea estas preguntas y responda con un “si” o con un “no”:
1.¿Se ha visto obligado a dar información
sobre asuntos privados a quien no tenía intención de contarle nada?.
2.¿Le pasaron por alto, le atropellaron o
le quitaron algo propio de una forma tan sutil que no se atrevió a planteárselo
a quien lo hizo?
3.¿Le cuesta dar su punto de vista y
admitir que quiere cosas diferentes a las que la otra persona le propone?
4. ¿Suele dejar sus deseos de lado para
atender las necesidades de otras personas?
5.¿Siente que quieren aislarle de la gente
en quién siempre ha confiado?
6.¿Limitan intencionadamente su promoción
personal o laboral?
7.¿Siente que últimamente está tomando
decisiones contrarias a sus valores o que hace cosas que normalmente no haría?
Si respondió
a más de una pregunta con un "sí",
puede estar siendo víctima de un manipulador.
Por lo
general, los manipuladores estudian a las personas en busca de su
vulnerabilidad, de su debilidad. Suelen tener como objetivo a gente crédula,
con complejo de salvador o llena de culpa. Buscan personas que superponen la
amabilidad a su propia dignidad, gente a la que le cuesta decir
"no" y que teme al enfrentamiento.
El objetivo
del manipulador es la imposición y, para obtenerla, aplicará distintas
estrategias:
• Acoso moral: se da cuando el manipulador grita o insulta,
a solas o en grupo, asigna tareas imposibles de lograr, ataca o descalifica lo
que alguien hace o dice.
• Maltrato verbal: es el que ejerce mediante amenazas o
calumnias, poniendo a los demás en contra o difundiendo chismes.
El
manipulado, suele sentirse confundido, con sentimientos de culpa y vergüenza.
El problema es que cuánto mayores son los sentimientos de culpa y vergüenza,
mayor será el poder que tiene el manipulador. Quiere hacerle creer a la
víctima, que tiene características de una mala persona.
¿Cómo nos podemos liberar de ellos?
Tenemos que aprender a alejarnos de la
gente que nos intenta manipular. ¿Cómo hacerlo? He aquí algunas sugerencias:
Conócete: aprende a escuchar las voces de
tu conciencia. Conocer nuestras fortalezas y debilidades, ya que cuando
conocemos nuestras debilidades, éstas se convierten en nuestras fortalezas. Si
sabemos cómo somos va a ser más difícil que alguien pueda engañarnos y así
manejar nuestras emociones.
No te aísles, la familia, los
amigos, un mentor, son personas que debes tener cerca en cada momento. Mientras
más relaciones saludables tengamos en nuestra vida, menor es la posibilidad de
que nos manipulen. Tampoco abras tu corazón a cualquiera. Evalúa tus
relaciones.
Las cosas personales no hay por qué
contárselas a nadie que no sea de extrema confianza.
Elige la dignidad antes que la amabilidad:
aprende a decir "no". Decir "no" cuando es necesario, no
está mal. Hay muchos "no" que son saludables.
Evita reaccionar con ira. Eso es lo que
quiere el manipulador.
Aprende a reconocer y tolerar los
sentimientos de: culpa, vergüenza, angustia, odio, rencor.
¿Cómo evitar caer
de nuevo en la trampa?
Haber sido víctima de manipulación, no significa
que haya que vivir con sentimientos de odio y rencor, no podemos dejar que eso
siga envenenado nuestras vidas.
Hay que
perdonar a quienes nos manipularon y poner la vista en nuevos objetivos porque
si no, vamos a tener una carga muy pesada, durante el resto de la vida.
Centrarse en
las personas que nos hicieron bien y buscar relaciones sanas que aporten algo a
nuestras vidas, teniendo claro lo que se quiere.
No
sacrificarse por parecer amable de más. No sacrificar nuestra dignidad, hará
que nuestra autoestima vaya creciendo.
Asumir la
dirección de nuestra vida. Son nuestras propias decisiones las que nos llevan a
convertirnos en una persona más o menos manipulable.
El hecho de
haber sido víctima de manipulación sirvió para que nunca más nos vuelva a
pasar. Conocer los diferentes tipos de engaños nos ayudará a desenmascarar a
los manipuladores cuando se acerquen a nosotros.
Exponer sin
miedo, nuestros pensamientos, tomar decisiones propias y olvidarse de los
sentimientos de culpa o vergüenza.
Siguiendo
estas pautas, vamos a ser libres de
verdad, libres del ataque de cualquier persona tóxica que se pueda cruzar en
nuestras vidas.
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