martes, 18 de julio de 2017

Formación exigente y escucha activa en los orientadores del Teléfono de la Esperanza





José Antonio Sau
Coordinador de departamento de Orientación

Me pide mi compañero  en El Teléfono de la Esperanza Luis Santiago que escriba un pequeño relato de lo que es el departamento de Orientación en nuestra asociación. He escrito este artículo para dar a conocer los entresijos de la organización, puesto que cuanto más se conozca, más ganas dará a todas esas personas estupendas que hay ahí fuera, de venir a conocernos, de ver que es lo que se hace, de saber cómo pueden dar algo de sí mismos. Algunos otros quizás necesiten de nuestros servicios. Y todo eso se puede hacer entrando en las entrañas del Teléfono de la Esperanza, conociéndolo y sabiendo lo que podemos dar y hasta dónde podemos llegar.
El orientador es el voluntario que atiende a la persona que llama por teléfono y establece el primer análisis de la posible crisis que puede tener el usuario y lo hace mediante lo que se llama la escucha activa.
El departamento de Orientación está formado por 50 voluntarios que están al servicio del teléfono las 24 horas del día y los 365 días del año. Nuestra misión es atender a toda persona que esté en crisis por cualquier motivo, para lo cual nuestros voluntarios están magníficamente bien preparados. Atendemos a cualquier hombre o mujer que llame sin distinción de edad, raza, religión o cualquier tipo de situación personal, familiar, sentimental o de orientación sexual.
En cada conversación se establece cuál es el problema, cuáles son los motivos por los que se produce, las necesidades de la persona, su situación, y las posibles soluciones que se pueden aplicar a cada momento. Esto hace que el llamante se sienta valorado y escuchado y que no esté solo en ningún momento.
Tras ese primer contacto, el orientador valora si la persona se encuentra satisfecha tras ser escuchada con atención y orientada a la solución de su crisis. Otra opción es derivarla a las consultas de nuestros voluntarios profesionales, como son los psicólogos, terapeutas familiares y abogados. Por último, el voluntario que atiende las llamadas puede abrir la puerta a nuestro amplio programa de actividades para la salud emocional ofreciendo al llamante la participación en talleres para crisis específicas como las de duelo, separación afectiva o malos tratos o los cursos y grupos de desarrollo personal que ponemos en marcha.
Somos una ONG que promueve programas para mejorar la salud emocional de las personas, familias y la sociedad. Atendemos a personas en crisis y esas crisis son cada vez más complejas. Gran parte de ellas sufren la lacra de nuestro tiempo, la soledad. También trabajamos en la prevención del suicidio e informando dónde pueden acudir en caso de maltrato físico, psicológico o de cualquier consecuencia que pueda presentarse siempre dando solución o información, con lo que se simplifica bastante la posible eliminación del problema.

La escucha activa
Se trata de escuchar con plena conciencia a la persona que está al otro lado del teléfono. Hay que tener una buena preparación, mucha paciencia, establecer una empatía personal, mucho respeto, y entre otros muchos condicionamientos y técnicas, hacerle sentir a la persona que llama que ella es en ese momento lo más importante para nosotros, que cuando llame, aunque se sienta el ser menos valorado, mas humillado y más vilipendiado, hay que hacerle saber que para nosotros es en ese momento el centro de nuestra atención.
Hablamos de personas, de sentimientos, de consecuencias, de cualidades y defectos, de no juzgar, de adaptarnos a las peculiaridad y características de nuestro interlocutor. Tenemos que decidir hacer el esfuerzo de escuchar sinceramente a los demás, lo cual no es poco, dándole suma importancia a las expresiones y el tono de voz. Hemos de ser inteligentes y estar atentos, captar las palabras claves que den sentido a todo lo que nuestro comunicante nos quiere decir o transmitir.

La preparación de los voluntarios
Nuestro servicio de atención a personas en crisis nos exige un grado de preparación en el voluntariado muy elevado: se necesita una formación de alto nivel y continua, hay que estar al día para poder hacer frente a los diferentes conflictos y problemas que afectan a muchas personas hoy día. Esta preparación se concreta de la siguiente manera:

Curso 'Conocerse para crecer': La primera tarea de la persona que se forma como agente de ayuda es profundizar en el autoconocimiento de si mismo. 

Curso 'Crecer para ayudar':  En este curso, la persona detecta que aspectos de si mismo debe reafirmar para su equilibrio y que cambios debe hacer para mejorar otros aspectos. 

Seminario 'Relación de ayuda': En este ciclo se aprende a ayudar trabajando distintos aspectos y situaciones con el que el voluntario se encontrará al tomar contacto con las personas en crisis.

Cualquier persona que tenga interés en mejorar su salud emocional y ganar en bienestar puede participar en los tres periodos formativos descritos, aunque siempre deberá realizarlos por el orden cronológico señalado. Los que se forman para integrarse en el departamento de Orientación completarán realizan esos ciclos más el Seminario de Atención Telefónica.

Seminario de atención telefónica: En este se ven  los detalles de nuestros programas informáticos para desarrollar nuestro cometido. Tras esta exigente y completa preparación, una vez adquirido el nivel requerido, pasaríamos a desarrollar nuestra labor. Después de un periodo de prácticas, se integra al nuevo voluntario en el departamento. En nuestras reuniones de coordinación tratamos temas referentes a cualquier tipo de llamada que se nos pueda presentar. Hablamos de conceptos tales como la resiliencia, la codependencia, los conflictos familiares, la soledad, prevención del suicidio etc….
El turno de orientación exige también un trabajo diario, pues hay que estar al día y en contacto diario con los voluntarios profesionales, ya que en todas las llamadas hay matices, situaciones. Debemos consultar, analizar y buscar la mejor forma de dar solución a los problemas que se presentan. 
A pesar de todo este trabajo, de todo este movimiento, solo es posible que funcione por el amor, la dedicación y la voluntad de todos los voluntarios, que se dan, que se entregan, y a veces más allá de su tiempo, sabiendo que lo más importante es la persona que llama, que sufre, que se angustia.

Para nosotros, el mejor regalo, la mejor recompensa nos llega cuando alguien nos da las gracias por nuestra labor, cuando sabemos que le hemos hecho sentirse mejor. Lo que damos nos llena y eso hace que todos los voluntarios sigamos haciendo esta labor por amor al prójimo.

Formación para ser voluntario. Programa de agentes de ayuda:

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