La misión del Teléfono de la
Esperanza es contribuir al bienestar emocional de las personas , las familias y
la sociedad, priorizando la atención a personas y familias en crisis.
La depresión, la ansiedad, el
estrés, la ausencia de sentido y la soledad son las problemáticas más
habituales de las personas que solicitan apoyo al Teléfono de la Esperanza, sin
olvidarnos de aquellas que llaman a nuestros teléfonos o acuden a nuestras
sedes inmersos en una crisis de tipo suicida.
Tanto para atender a las personas en
crisis, como para la promoción de la salud mental y emocional el protagonismo
de las intervenciones es de los más de 1.900 voluntarios con los que cuenta la
asociación en todo el territorio nacional.
Promocionar el voluntariado y formar
a las personas que de forma altruista quieren dedicar su tiempo a los demás es
otra de las líneas estratégicas del Teléfono de la Esperanza. Contar con
espacios con el que nos ofrecen las Hermanas Oblatas en Ciempozuelos (Madrid) es todo un
privilegio para llevar a cabo la formación del voluntariado.
El curso que hemos realizado en
Julio en la casa de Ciempozuelos se inserta dentro del programa de formación de
formadores. Nuestra experiencia con personas en crisis nos ha enseñado
que la meditación es una herramienta muy potente para
empoderar a personas en crisis y darles instrumentos para superar la misma.
Unido a esto, la meditación es un instrumento privilegiado para promocionar la
salud mental y emocional de las personas en la sociedad en que vivimos.
Desde esta convicción ofrecimos,
hace dos años, a nuestros voluntarios formarse como maestros de
meditación y abrir espacios en nuestros centros para el aprendizaje y práctica
de la misma. Dentro de los múltiples métodos de meditación elegimos el Mindfulness como la técnica que mejor se
adaptaba a nuestras circunstancias.
Hemos contado con Saminaku Peter, voluntario del Teléfono de la Esperanza
de Asturias y experto en la artes de la meditación, para conducir a los 45
voluntarios que dieron un paso adelante, por un camino formativo donde se ha
priorizado lo experiencial. Como el suele indicar nuestro especialista el único
camino para enseñar a otros es aprender uno mismo y esto exige horas de
meditación. La teoría es importante, pero la práctica es lo esencial.
Tras dos años de intensa formación,
veinte voluntarios se sientan capacitados para iniciar procesos formativos en
los centros de la Asociación. El encuentro celebrado en Julio ha sido el último
paso en el camino para incorporar la meditación en los servicios de atención en
crisis y promoción de la salud emocional y mental de los dispositivos del
Teléfono de la Esperanza.
No podemos finalizar este post sin agradecer a las Hermanas Oblatas la calidad de atención y del espacio que
nos han ofrecido para realizar nuestra tarea. Pero si quisiéramos hacernos eco de
un elogio compartido por los voluntarios, diríamos que en Ciempozuelos hemos
respirado paz y encontrado a personas de una calidad humana excepcional.
Leer más:
El arte de la atención plena ayuda a vivir en equilibrio de cuerpo y mente
Un grupo de voluntarios aprende técnicas Mindfulness en un taller de ocho semanas
Leer más:
El arte de la atención plena ayuda a vivir en equilibrio de cuerpo y mente
Un grupo de voluntarios aprende técnicas Mindfulness en un taller de ocho semanas
No hay comentarios:
Publicar un comentario