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Victoria Souvirón. Psicóloga y periodista. Voluntaria en el Teléfono de la Esperanza
Nos pasamos el año entero anhelando que lleguen las
vacaciones. Pero cuando ya están ahí, muchas veces el sueño se convierte en
pesadilla y dedicamos nuestros días de descanso a discutir con la pareja por
cualquier cosa sin importancia o, incluso, sin apenas dirigirnos la palabra,
porque seguimos funcionando con ese piloto automático del resto del año que se
alimenta de estrés, problemas de trabajo, atención a los hijos y, en
definitiva, de falta de tiempo para comunicarse y mantener viva la chispa de la
relación.
Las estadísticas dicen que el mayor número de rupturas se
produce precisamente después del verano, tras esas vacaciones en las que
afloran todos los problemas que se dejaron a un lado mientras se estaba inmerso
en la rutina diaria. Sin llegar a esos extremos, es muy posible que durante las
vacaciones surjan situaciones que, de no gestionarse bien, pueden aguarnos la
fiesta.
Toma nota de los consejos que te damos desde el Teléfono de
la Esperanza para evitar discusiones con la pareja durante las vacaciones y
disfruta de buenos momentos de relax y diversión:
1.- Sé flexible con
los gustos del otro/a. Ir a la playa o a la montaña no es cuestión de
estado. Muchas veces existen gustos diferentes a la hora de elegir dónde se va
de viaje. En lugar de salirte a toda costa con la tuya o de ir a disgusto a un
destino que no has elegido, intenta llegar a un acuerdo. Es más fácil de lo que
parece, si pones de tu parte. Seguro que cerca de la playa, hay bonitas rutas
de senderismo. O en la montaña, hay un lago para darse unos baños. Si se busca
el lado positivo, siempre se encuentra.
2.- Los móviles no
son para el verano. Trata de desconectar lo más posible del móvil y las
redes sociales. Aprovecha las vacaciones para conversar con tu pareja y olvídate
del Whatsapp por unas horas al día. Un buen momento para recuperar la
comunicación es, por ejemplo, después de la cena, cuando los niños ya se han
acostado. Regálate todas las noches un rato de conversación en la intimidad,
mientras disfrutáis de la luna y las estrellas.
3.- Si surge una
discusión, céntrate en el conflicto presente, en el hecho que ha generado
el descuerdo. En la mayoría de las peleas, el origen es un asunto
insignificante, pero va subiendo de tono con reproches y rencillas del pasado.
Trata de evítarlo. Si la fricción surge, por ejemplo, de comer en casa o fuera,
no amplíes la onda expansiva a defectos o maneras de actuar que te molestan del
otro/a.
4.- Que el reloj no
marque las horas. A lo largo del año vivimos demasiado pendientes de los
horarios. En vacaciones, date un respiro y deja que el tiempo pase. No te
angusties ni te enfades con tu pareja si llegáis más tarde a los sitios, si la
puesta del sol os coge en la playa o si un día se os pegan las sábanas. Vivir
sin prisas es un poderoso antiestrés.
5.- No renuncies a
tus actividades favoritas. Los días son largos, así que también puedes
dedicarte un espacio propio para hacer algún plan no compartido con la pareja.
Si a ti te gusta montar en bicicleta un rato todos los días y tu pareja
prefiere tomar el aperitivo con los amigos, es muy saludable que cada uno haga
aquello que le apetece, sin obligar al otro. Ambos volveréis de buen humor y el
reencuentro será más satisfactorio.
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