Juan Manuel Martín
Coordinador del departamento de Psicología del Teléfono de la Esperanza
Una frase muy
conocida atribuida a John Lennon es: "La vida es aquello que nos pasa
mientras estamos ocupados haciendo planes." En la actualidad podríamos
transformarla diciendo que es lo que nos pasa mientras andamos ocupados con
nuestros dispositivos inteligentes: smartphones, tablets, portátiles...
Un smartphone de apenas 150 gramos , tiene en tan
reducido espacio: teléfono, reloj, alarma, calendario, cámara, calculadora,
mapas, GPS, nos permite estar en
contacto con todos nuestros amigos y conocidos, podemos mandar y recibir
correos electrónicos, buscar cualquier cosa en Internet, consultar el tiempo, llevar
encima toda la música que queramos, lecturas... ¿Puede haber algo más útil en
tan reducido espacio?
Nunca antes hemos tenido tanta
información, tantos contactos con los demás y por canales tan diversos, pero
todo esto está cambiando nuestras vidas con algunos aspectos negativos que han aparecido
después de esta explosión de socialización que, sin duda es algo muy positivo
ya que padres e hijos e incluso nietas y
abuelas pueden permanecer en contacto pese a las distancias, además de las
oportunidades de ocio, consumo, contactos profesionales y oportunidades de
empleo que han traído las redes sociales.
Entre los
aspectos negativos que cada vez se están haciendo más patentes:
- La necesidad casi compulsiva de
estar conectados en todo lugar y a cualquier hora (en el coche, el bus,
caminando por la calle, en el trabajo, en reuniones familiares...)
- La inmediatez: ante cualquier
mensaje, incluso antes que pensar la respuesta, ya estamos opinando con un
exceso de impulsividad cuando no de imprudencia.
- Falta de concentración en tareas
concretas: se vive pendiente al aviso
del móvil para dejar lo que se esté haciendo por importante que sea, para saber
de qué se trata.
- Creación y mantenimiento de una
vida paralela en las redes sociales donde mostramos nuestra vida de forma un
tanto exhibicionista: viajes, comidas, distracciones, pensamientos... (Lo
último es el envío a través de whatsapp del llamado “aftersex”).
- Falta de reflexión. En determinadas redes sociales, como Twitter, se puede "sentir la obligación" de opinar sobre una cuestión porque es una tendencia del momento, porque todo el mundo habla de eso. Opinas de un asunto que sube en la espuma de la actualidad durante unas horas y al día siguiente pasa al olvido. Esto incita a la falta de reflexión y perspectiva sobre las cosas y, lo que es peor, a opinar de forma tajante y sin un mínimo de comprobación de veracidad.
A estas alturas, no podemos prescindir totalmente de nuestro “smartphone”. Cuando salimos a la calle sin él sentimos que nos falta algo muy importante, lo cual es síntoma de dependencia. Sí, somos dependientes de este artefacto y de otros similares como las tabletas o los portátiles. Incluso ya se están tratando clínicamente estos nuevos tipos de adicciones. Por eso, tenemos que buscar una forma racional de uso más que prescindir radicalmente de ellos.
¿Vivíamos mejor hace veinte o veinticinco
años cuando estas tecnologías eran impensables? ¿Eramos más libres? ¿Nuestra
comunicación era más cálida y satisfactoria? ¿Estábamos mejor informados?...
Pensemos también que hay generaciones que no han conocido la alternativa de
vivir sin conexión a Internet, sin tablet o sin móvil.
Son muchos los consejos y
recomendaciones que aparecen en distintos medios, dadas por especialistas, que nos
proponen un uso más racional del teléfono inteligente, para que nuestra
inteligencia humana no sucumba a la inteligencia cibernética, sino que la
pongamos a nuestro servicio. De todas
estas recomendaciones, he seleccionado una
decena para que empecemos a aplicarlas en este periodo estival en el que muchos
disfrutan de unas merecidas vacaciones.
Advierto que algunos amigos,
familiares y conocidos se extrañarán, nos tratarán como un bicho raro e incluso
en ocasiones se enfadarán con nosotros por no cumplir sus expectativas. Hay que
tomarlo con humor y no preocuparse: se acostumbrarán.
1. Desactiva todas
las notificaciones de las aplicaciones. Todos los móviles permiten hacer
esto. Activa sólo notificaciones de SMS o de llamadas perdidas. Esto evita
distracciones y ahorra batería.
2. Trata de
pertenecer al mínimo número de grupos de Whatsapp, o cualquier otra
aplicación de mensajería instantánea. En la mayoría de los grupos no se dice
nada relevante. (Hay adolescentes que pertenecen a más de 20 grupos de
Whatsapp)
3. No respondas
a cada mensaje de texto en el momento que lo recibas. Date un tiempo
para contestar. Empieza por fijar dos o tres momentos al día para consultar
los mensajes Haz lo mismo con el correo electrónico e incluso con las llamadas
de teléfono.
4. No uses el
teléfono móvil cuando estés en medio de una conversación con otra persona o
en una reunión y menos para contestar un mensaje de texto. Recuerda que tus
acciones indican lo mucho que valoras a esas otras personas, más que tus
palabras.
5. Para las conversaciones
importantes, llama o queda en persona. Este tipo de conversaciones siempre
deben ser tratadas a través del teléfono o, mejor aún, en persona.
6. Apágalo
cuando estés haciendo algo, y focalízate en lo que estás haciendo, ya sea
comer, conducir, pasear o estar con tus hijos. No te pierdas la vida por
estar pendiente del teléfono móvil.
7. No lleves tu
teléfono móvil siempre encima. Hay momentos en la vida que son demasiado
importantes para distraerse de ellos por un mensaje de texto. Pasa un tiempo
sin teléfono móvil. Haz la prueba durante un día. ¿Cómo te sientes? ¿Te falta
algo? ¿Tienes ansiedad? Desconéctate por un tiempo. El mundo está lleno de
sensaciones reales. Para empezar, prueba a no llevarlo a la playa. Verás como incrementas tu sensación de desconexión.
8. En vacaciones, cierra
durante los primeros días los temas profesionales pendientes. Es
recomendable dedicar un rato durante los primeros días de vacaciones a comprobar
que todo va quedando cerrado: mensajes pendientes, entregas, etc.
9. Informar de
que estaremos desconectados. Avisar que estaremos una temporada dedicados a
otras actividades es otra de las recomendaciones tradicionales. Habrá entonces
que programar los dispositivos con avisos automáticos de que, salvo urgencias
reales, se está de vacaciones.
10. Si hay que
llevar el móvil encima, es importante adquirir el compromiso con las
personas con quien se comparten las vacaciones, de prestar la mínima atención
al dispositivo.
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