José Portillo
Orientador del Teléfono de la Esperanza
A partir del 18 de septiembre, a las 7 de la tarde,
durante 12 martes consecutivos, impartiré en el Teléfono de la Esperanza de
Málaga un taller sobre la superación de
ruptura de relaciones de pareja. El taller se dividirá en tres partes.
Los asistentes tendrán la ocasión de conocer las
diferentes etapas de la separación afectiva por medio de una serie de
documentos de estudio y de la expresión de sentimientos en un entorno grupal.
Dado que no venimos al mundo siendo expertos
conocedores de la vida, necesitamos aprender de nuestros errores. Los
constituyentes del grupo tendrán la oportunidad de rebatir creencias
irracionales, mitos y comportamientos que en muchas ocasiones acaban con las
relaciones de pareja.
En último lugar, los miembros del grupo reflexionarán
sobre las características del amor sano de pareja y también reflexionarán sobre
la manera más conveniente de tener nuevas relaciones en el caso de que decidan
tener una nueva pareja después de haber superado el difícil proceso de la
separación.
Procesos de la separación afectiva
Schock. Aunque las
etapas de la separación afectiva no se viven según un orden determinado, ya que
lo natural es pasar de una a otras muchas veces hasta superar la ruptura de la
relación afectiva, el schock es la primera de las etapas de la ruptura. Quienes
son dejados quisieran despertar de la pesadilla que para muchos es la
separación, pero no pueden hacerlo. La vida cambia repentinamente y quienes se
separan han de enfrentar las consecuencias personales, familiares y sociales
que caracterizan la separación.
Pena. Quienes acaban con
sus relaciones de pareja deben cambiar muchos aspectos de su vida, y la
separación puede sumirlos en un estado de tristeza que es necesaria para llegar
a la aceptación de lo sucedido.
Rabia. Quienes abandonan a
sus parejas pueden sufrir por causa del sentimiento de culpa que pueden tener
por haberles hecho daño a las personas con quienes han compartido muchas
vivencias, y quienes son dejados pueden sufrir pensando que sus relaciones
afectivas fracasaron por su culpa, por culpa de sus ex parejas o de las dos partes.
Es necesario expresar la rabia adecuadamente y no vivir pensando en quién o en
quiénes hicieron posible que se acabaran las relaciones.
Resignación. Aunque en
muchos casos ha de anteponerse la aceptación a la resignación ante lo que no se
puede cambiar, en la separación afectiva la resignación es necesaria, porque,
cuando quienes desean reconstruir sus relaciones se percatan de que eso es
imposible, buscan las herramientas necesarias para enfrentar el dolor y
reconstruir sus vidas.
Reconstrucción. En
esta etapa de la separación afectiva, quienes se separaron están preparados
para iniciar una nueva relación de pareja. Esto sucede porque están en una fase
muy avanzada de su recuperación emocional en la que han comprendido en qué
medida fueron responsables de su anterior ruptura de pareja y han hecho un gran
trabajo emocional para evitar, por ejemplo, la dependencia emocional de los que
mantuvieron relaciones de apego ansioso durante los años de su infancia con sus
padres o sus madres. La consecuencia de que una persona haya mantenido relaciones
de apego evitativo con su madre durante los años de su infancia es que, en
bastantes casos, abandone a su cónyuge que a su vez tuvo relaciones de apego
ansioso con uno de sus progenitores. Esto se produce porque el deseo de los primeros
de estar siempre con quienes aman agobia a los segundos, ya que quienes
mantuvieron relaciones de apego evitativo con sus madres durante los años de su
infancia necesitan tiempo para estar solos, y evitan la intimidad que les
demandan los ansiosos, porque temen ser manipulados por aquellos con quienes se
relacionan.
Resolución. Los problemas
emocionales difíciles de sanar se superan, pero no se olvidan. Así como quienes
dejan de fumar pueden hacerlo nuevamente en el futuro y quienes cambian una creencia
irracional por otra racional pueden volver a adoptar su anterior creencia con
el paso del tiempo, quienes superan una gran pérdida de cualquier índole, al
saber que no la olvidarán, necesitan tener al menos un ¿para qué? que
caracterice cada día de su vida, y gestionar sus emociones para que, aunque se
abran sus viejas heridas, en cada ocasión que eso suceda, su sufrimiento sea
más débil.
Errores personales que desestabilizan y rompen las relaciones de pareja.
El enamoramiento fue designado por Sigmund Freud como
"enajenamiento temporal". Eso nos recuerda que no existen los
príncipes azules ni las princesas encantadoras de los cuentos, y que las medias
naranjas tampoco existen, pues todos somos naranjas enteras, porque nadie complementa
a su pareja. Las relaciones de pareja conocidas como "democráticas"
porque sus constituyentes son iguales en dignidad y derechos no son
utilitaristas ni están basadas en la manipulación. Quienes constituyen tales
relaciones se aman con el cerebro y con el corazón, porque han aprendido a
resolver sus conflictos negociando con el fin de que ambas partes renuncien a
algunos de sus intereses el menor número de veces posible.
¿Es el amor incondicional?
Si en la convivencia de pareja se puede pactar, el
amor es condicionado, porque está sujeto a ciertas condiciones que garantizan
la estabilidad de las relaciones democráticas.
El amor no tiene por qué ser eterno y tampoco tiene
por qué estar basado en el sacrificio de sí mismo. Cuando se les dice a las
mujeres que son los pilares de sus familias, se les hace cargar con muchas
responsabilidades familiares haciéndoselas ver como una bella experiencia, de
manera que se les hace aceptar el paradójico "sufrimiento feliz".
Es necesario que quienes vivimos en pareja sepamos
cuándo hablar con quienes convivimos de ti, de mí y de nosotros. Fusionarnos
como si fuéramos un solo ser o que una de las dos partes renuncie a sí misma
para satisfacer a la otra constituyen fuentes de sufrimiento, pues en las
relaciones de pareja ha de hacerse lo posible para que las dos partes tengan
que hacer el menor número de renuncias posibles para facilitar su crecimiento
personal y su convivencia en pareja.
Las relaciones de pareja se interrumpen porque:
1. Los anhelos de una de las dos partes son ignorados
por la otra.
2. La vida de uno o de los dos constituyentes de la
relación es impredecible e insegura.
3. Una de las dos partes renuncia al cumplimiento de
su voluntad con el fin de cumplir la voluntad de la otra, de la que espera que
solvente una gran carencia que tiene.
Reflexionemos sobre las siguientes preguntas:
¿Hay que hacer los mayores esfuerzos para mantener el amor?
Eso depende de si atentaremos contra nuestra dignidad
y nuestros principios. La sociedad en la que vivimos nos ha enseñado a mantener
encendida la llama del amor aunque sea imposible conseguir que eso suceda, y,
como es lógico, esto crea sufrimiento innecesario para quienes no aceptan la
ruptura.
¿Es la separación un fracaso?
Dependiendo de las circunstancias que hayan vivido
quienes se han separado, no pocos verán la ruptura de sus relaciones como una
liberación.
¿Qué pensará la gente cuando sepa que no convivimos con quienes tanto
hemos amado? Quienes nos
critiquen no estarán dispuestos a ayudarnos ni a brindarnos su amistad.
¿Qué sucederá si nos arrepentimos de separarnos? Esta pregunta se la hacen quienes sienten que no han
hecho lo suficiente para mantener junto a sí a quienes aman, por lo que tienen
sentimientos de culpa. Si reanudan sus relaciones, se expondrán nuevamente a
ser rechazados.
Características del amor sano de pareja.
Independencia.
Quienes se aman libremente no se fusionan como si fueran un solo ser de manera
que uno absorbe al otro. Dos personas que se aman han de saber cuándo han de
hablar de ti, de mí y de nosotros. No tienen la misma manera de ser ni los
mismos puntos de vista respecto de muchos temas, pero conviven porque se aman y
se respetan.
Libertad. Quienes se aman
han de crear un entorno en el que las dos partes crezcan y tengan que hacer el
menor número de renuncias posible a la hora de conseguir lo que se propongan.
Realismo. Como indiqué
más arriba, no existen los príncipes azules ni las princesas encantadoras.
Todos tenemos cualidades y defectos, y al vivir en pareja necesitamos crear un
ambiente en el que las dos partes puedan crecer sin perjudicarse una a la otra.
Inscripciones al Taller 'Separación afectiva'
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Llamando al teléfono 952/652651
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