Emi Mahmoud. Foto: www.doovi.com |
Allá por los años 90, el mundo conoció las terribles matanzas de Darfur, perpretadas durante la larga guerra que enfrentó a los sudaneses del Norte y el Sur. Las imágenes de televisión y fotografías en los periódicos nos transmitieron el dolor y la desesperación de cientos de miles de hombres, mujeres y niños que huían de la guerra y se asentaban en campos de refugiados. Muchos niños, impulsados por su imparable instinto de supervivencia huyeron a los bosques y allí sobrevivieron. Los mayores, de unos 10 u 11 años, cuidaron a los pequeños. En 1994, la ONU abrió en el noroeste de Kenia, un país vecino, el campo de refugiados de Kakuma, un lugar por el que han pasado cientos de miles de personas y que sigue funcionando hoy día debido a la prolongación de los conflictos armados tanto en Sudán como en Somalia y Eritrea.
Este verano se ha producido una feliz coincidencia; el nombramiento de la sudanesa Emi Mahmoud como Embajadora de Buena Voluntad de la ONU y la primera charla TED en un campo de refugiados, concretamente el de Kakuma. Las charlas TED (Tecnología, Entretenimiento, Diseño) se dedican a las "ideas dignas de difundir" procedentes de campos tan variados como la ciencia, educación, tecnología, negocios, cultura o asuntos globales.
Mahmoud, la "poeta del desierto", representa a los sudaneses que tuvieron medios para huir del horror de la guerra. Acompañada por su familia, se asentó en Estados Unidos, obtuvo una beca y se graduó en la Universidad de Yale en Antropología y Biología Molecular. Su gran pasión es la poesía, logrando diferentes premios.
La 'poeta del desierto' ha mantenido encuentros con Obama, Acnur y la ONU. El pasado mes de julio fue nombrada 'Embajadora de Buena Voluntad'. Esta mujer inspiradora ha levantado su voz por la educación de las niñas refugiadas en todo el mundo, reivindicando el acceso a las aulas vivan donde vivan para que puedan acceder a la educación, la gran herramienta de transformación en la vida de las personas. El modelo a seguir se puede encontrar muy cerca de su tierra sudanesa, en el campo de refugiados de Kakuma, donde muchos de los "niños perdidos de Sudán" están conquistando una vida digna gracias a la educación.
Decía que Mahmoud y las charlas TED nos presentan una feliz coincidencia por la inspiración para las jóvenes de los países más pobres y el hecho de que lo que se hace en un campo de refugiados está mostrando el camino a seguir. Aunque cada profesor tiene que atender a 90 niños en ese campo, el resultado es que el 90% de ellos logran terminar la Enseñanza Primaria, frente al 76% en Kenia. También la media de las notas de los niños refugiados es superior a la de los estudiantes kenyatas.
Sudán del Sur es uno de los países con la tasa de escolarización más bajas del mundo, pero sus niños desplazados al país vecino han encontrado su oportunidad. La educación les hará aprender, capacitarse y ser autónomos en sus vidas. Un futuro de esperanza les aguarda.
Leer más:
Emi Mahmoud, la poeta del desierto
Mahmoud, la "poeta del desierto", representa a los sudaneses que tuvieron medios para huir del horror de la guerra. Acompañada por su familia, se asentó en Estados Unidos, obtuvo una beca y se graduó en la Universidad de Yale en Antropología y Biología Molecular. Su gran pasión es la poesía, logrando diferentes premios.
La 'poeta del desierto' ha mantenido encuentros con Obama, Acnur y la ONU. El pasado mes de julio fue nombrada 'Embajadora de Buena Voluntad'. Esta mujer inspiradora ha levantado su voz por la educación de las niñas refugiadas en todo el mundo, reivindicando el acceso a las aulas vivan donde vivan para que puedan acceder a la educación, la gran herramienta de transformación en la vida de las personas. El modelo a seguir se puede encontrar muy cerca de su tierra sudanesa, en el campo de refugiados de Kakuma, donde muchos de los "niños perdidos de Sudán" están conquistando una vida digna gracias a la educación.
Decía que Mahmoud y las charlas TED nos presentan una feliz coincidencia por la inspiración para las jóvenes de los países más pobres y el hecho de que lo que se hace en un campo de refugiados está mostrando el camino a seguir. Aunque cada profesor tiene que atender a 90 niños en ese campo, el resultado es que el 90% de ellos logran terminar la Enseñanza Primaria, frente al 76% en Kenia. También la media de las notas de los niños refugiados es superior a la de los estudiantes kenyatas.
Sudán del Sur es uno de los países con la tasa de escolarización más bajas del mundo, pero sus niños desplazados al país vecino han encontrado su oportunidad. La educación les hará aprender, capacitarse y ser autónomos en sus vidas. Un futuro de esperanza les aguarda.
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