El pasado 7 de junio se celebró el Día Nacional del Donante de Órganos. Se produjo una curiosa conjunción; la unión de una celebración nacional y un récord positivo. La mayoría de los días que conmemoran algo (Día del Comercio Justo, Día del Medio Ambiente..) son internacionales y se suele hacer comparaciones entre el nivel de implantación de algún objetivo entre otros países y España. En este caso, el de las donaciones, todo que en casa. Felizmente en casa. Se celebró un "día nacional" en el que nuestro país bate récords. Los titulares no dejaron resquicios para las dudas: "España, a punto de adelantarse en su objetivo récord", "Un país de récord, España supera los 40 donantes por millón de población en 2016" o "España, 25 años líder mundial en donación de órganos y trasplantes".
Las cifras son contundentes: 2.018 donantes y 4.818 trasplantados solo en el año 2016. El sistema de donación y trasplantes de España es un modelo de referencia en todo el mundo. La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) se basa en un sistema cien por cien público, con una extensa red de profesionales sanitarios con formación específica y una impecable y modélica legislación al respecto. Quien dona no sabe a quién lo hace, ni recibe ninguna compensación. Quien recibe no paga por ello, ni sabe de dónde viene el órgano.
Este alarde de generosidad y solidaridad debe hacer sentirnos orgullosos. Probablemente más, en un país en el que de forma absurda todavía resuenan demasiadas veces en las conversaciones cotidianas las frasecitas "este es un país tercermundista" o "esto en un país normal no pasaría". La combinación del altruismo de los españoles con el derrotismo y la frecuente envidia son elementos dignos de estudio para la Psicología Social.
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1 comentario:
Me parece que es una labor muy humanitaria y altruista. Y que desgraciadamente hoy en día se necesita mucho de esta acción. Ojalá hubiera otra forma de suplir las carencias de las personas que necesitan un órgano, porque es una lástima que otra persona tenga que desprenderse de parte de su cuerpo, los avances en investigación son necesarios. No obstante, es reconfortante saber que hay muchas personas que afortunadamente pueden salvarse y seguir viviendo gracias al trasplante de órganos.
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