El lunes se celebra el Día Mundial
del Medio Ambiente, una jornada que fue impulsada por la ONU ya en 1972
cuando se extendía en la opinión pública mundial la preocupación por la
contaminación en las grandes ciudades. Cuarenta y cinco años después se ha
avanzado en la concienciación sobre la necesidad de preservar las grandes áreas
naturales y especies en peligro de extinción y eliminar los vertidos
incontrolados en mares y ríos. Las sociedades avanzadas han introducido en sus
hábitos cotidianos la separación y tratamiento de los diferentes tipos de
residuos al tiempo que ha crecido en gobiernos, empresas y ciudadanos la
concienciación sobre la realidad de que recursos naturales como el agua o las
energías del gas y el petroleo no son ilimitadas. Se hace necesario rebajar los
niveles de consumo de energía orgánica, evitar las más contaminantes y promover
las limpias como son las producidas a partir del sol y el viento.
Precisamente, este año se ha elegido el
lema 'Estoy con la naturaleza' que alude a la importancia de
tomar conciencia de forma definitiva sobre su conservación. Una magnífica
exposición divulga estos días en Madrid las imágenes captadas por 50 fotógrafos
en todo el mundo mostrando la rica biodiversidad de la tierra. Las fotografías retratan acciones relacionadas con la
vigilancia, protección, cría en cautividad, periodismo ambiental, legislación e
investigación entre otras, que han posibilitado la restauración de poblaciones
de múltiples especies de animales y plantas, ha detallado el naturalista. Ponen
especial énfasis en la recuperación de especies casi perdidas como el lince
ibérico en España y el cóndor en América Latina.
En 2015 se llegó a un histórico acuerdo
mundial casi unánime para establecer unas limitaciones claras a las emisiones
de gases que están creando el efecto invernadero y se acordó aportar 3.000
millones de dólares hasta 2020 a los países menos desarrollados para poder
reducir sus emisiones. El objetivo final es evitar que la temperatura media en
el planeta suba un 3,5ºC de media en 2100 como estiman los científicos de la
ONU. Estados Unidos, el segundo país más contaminante del mundo tras China, se
sumó a ese histórico Acuerdo de París en 2015, considerado el
primer tratado mundial para vigilar la evolución del clima y frenar el avance
del calentamiento global.
Sin embargo, esta semana su actual
presidente, Donald Trump, ha anunciado la retirada del gigante
americano de este importante pacto. Esta se produciría aproximadamente en 2020
y no ha hecho más que provocar incertidumbre en los últimos días. Se teme la
disminución de la financiación y la retirada de países que no estaban muy
convencidos de este avance y entraron en el acuerdo siguiendo el liderazgo
de Barack Obama. La contestación a Trump no se ha hecho esperar en
todo el mundo. Significativamente en su país, 61 alcaldes han anunciado que seguirán trabajando por cumplir con las
reducciones de emisiones en sus territorios. Una de las ciudades, la
industrial Pittsburgh con su alcalde Bill Peduto a la cabeza,
ha sido ejemplo y modelo en la implantación de programas de protección del
medio ambiente.
La acción global por frenar el cambio
climático no debe ni puede tener marcha atrás. Por el bien de la humanidad. El
consenso general de los líderes políticos, religiosos como el papa Francisco con
su esclarecedor y esperanzador documento 'Laudato si', empresas, universidades,
científicos y el propio impetu de millones de niños y jóvenes educados y
concienciados en todo el planeta tira de la humanidad hacia una nueva
conciencia. La conciencia verde.
Vídeo: José Luis García / VisionesJlm
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