Carmen De la Rubia
Profesora y voluntaria del ‘Chat de la Esperanza’
@instacarmendelarub
“Lo que los ojos no ven y la mente no conoce, no existe”, decía el escritor inglés David Herbert Lawrence.
El Teléfono de la Esperanza puso en marcha en marzo de 2022 el Chat de la Esperanza, un canal abierto a jóvenes y adolescentes para que soliciten ayuda cuando lo necesiten.
Como voluntaria del grupo de personas que da respuesta a los mensajes en el chat, debo mostrarles una realidad fuera de la visión túnel en la que pueden verse cuando están en situación de crisis. La vida es un recorrido tan largo, que encariñarnos con su sombra, sería perdernos pantallas de un videojuego único. Trato de quitar espacio a las emociones desagradables de las personas a las que atiendo, que en ese momento, les ocupa para que siembren otras nuevas.
Si en un caso de suicidio interviene más de un factor…para enamorarnos de la vida, ¿no bastaría con despertarnos?
Voluntarios unidos
Uno de los pilares que me sirve de apoyo, es la certeza y la confianza de que el grupo de compañeros de la asociación junto con los coordinadores del chat tiene voluntad de atenderme.
Los adolescentes y usuarios del chat al igual que yo, necesitan sentirse apoyados. La mayoría de las veces, se trata de creer en ellos, de confiar y simplemente estar. Por ello, la tarea de visibilizar toda la red de apoyo y recurso que es la ONG Teléfono de la Esperanza, es necesaria. Así como la de exigir más visibilidad y recursos a las instituciones públicas.
Jóvenes y no tan jóvenes nos enfrentamos en septiembre a lo que me atrevo a decir es la batalla del año.
Cada mes se septiembre, alumnos y profesores no enfrentamos a un desafío importante.
El alumnado de cualquier curso o edad debe que sentirse seguro, con la certeza de que tiene futuro y que es lícito sentirse agobiado. Los chavales tienen que saber que las personas estamos para darle apoyo. No únicamente en un chat ni a través de un teléfono sino en la vida real.
Con respecto a la palabra suicidio, empieza a ser conocida o es menos tabú que antes, al menos, de cuando llegué por primera vez a la sede de Málaga y tuve que quitarme mis propios mitos con respecto al asunto. He normalizado lo que a día de hoy, en cifras, es el primer motivo de muerte por causa externa, superando a los accidentes de tráfico. Escribo estas líneas y me sigue impactando.
Curiosamente, el dolor, la angustia y la desilusión no están solas en el túnel en el que se ven estas personas en crisis. Le acompaña la palabra autolesión. Y es una labor social no hacer de ellas ni un drama un meme. La muerte no es reversible. Ojito con el game over.
La jerga y el modo encriptado de comunicación que usan en las redes sociales -usando números para simular letras, por ej3mpl0 #aut0l3si0n3s- hace que se viralice un contenido difícil de frenar.
La gente no quiere morir, quiere liberarse del dolor, del sufrimiento temporal de las circunstancias de su vida. Están encerrados en el problema.
Exigencia social
Las generaciones que vienen son cañeras en valores, son potentes e irradian luz pero tanta pantalla y exigencia social por un ahora y mañana perfectos donde no se les permite ningún fallo, les agobia y, además, les saturan las voces de sus padres, madres y familiares. Piden silencio para estar en sus cuartos pero ese mismo silencio les aísla si temen el juicio de lo que les espera fuera. Sus pensamientos se vuelven tan ansiosos como un niño esperando su regalo en Navidad pero con sentimientos encontrados.
Estos niños están en las aulas de quienes somos maestras, están en los pasillos de los institutos y estén en las habitaciones de quienes sois padres y madres.
Una de las cosas que más me dio de “hostias con la realidad” en esta experiencia, fue que las personas que se conectan al Chat de la Esperanza van en el metro, en el autobús o están en un almuerzo familiar. Cualquier escenario, por increíble que parezca, puede ser la ubicación de una persona contactándonos.
Dudas sobre orientación sexual, conflictos con familiares, dificultad para conciliar la religión que practican y la cultura, mala comunicación o ausencia de ella en parejas tempranas, primeros miedos ante relaciones sexuales, miedo al rechazo, soledad por falta de atención debido al exceso de trabajo de sus cuidadores, querer cambiar de colegio y no expresarlo, la voluntad de practicar un deporte que no es el mayoritario o despuntar de alguna forma en el instituto de una manera no convencional hace que numerosas de las emociones de los adolescentes no sean atendidas. O cosa que me produce más pena aún, que sean postergadas. El exceso de actividades extraescolares y no tener tiempo para sí mismos, les genera una ansiedad a la que no deberían de acostumbrarse.
Las nuevas generaciones nos quieren y agradecen a pesar de cómo está, en ocasiones, el mundo que les hemos dejado pero hay que dejarles ser.
Tanto en las aulas como en mi labor como voluntaria trato de aplicar un “sí a todo” mental como mantra y grandes dosis de paciencia para ayudarles a gestionar sus emociones. Esto me sirve para conectar y validar lo que sienten
All you need is love y atención.
Desgraciadamente, la preocupación por los resultados académicos ocupa muchas conversaciones. Los suspensos están por lo general vistos como una derrota que lleva implícita un juicio y estas notas agobian al (pre)adolescente situando su personalidad y estima únicamente en un número.
Tienen que luchar con el estereotipo de que son débiles, las creencias sobre la generación de cristal y en muchos casos de que son inútiles o no válidos.
Cuesta más de un curso escolar desterrarles esa idea. El trabajo en el curso se mide en clases a diario y el trabajo del chat, segundo a segundo en el teclado. El tiempo se condensa a la vez que se intensifica en cada sesión.
“Solo quieren una guía y que no se les trate como tontos.” A veces, digo eso en las tutorías.
Temen la crítica de otros antes que su fracaso personal o la desaprobación de una decisión tomada. En ocasiones, rendirse lo ven como un camino fácil lleno de silencio con opciones sin salida e irreversibles (como si esconderse o huir les ahorrase sufrimiento).
Escucharles activamente
Debemos callarnos para oírles más. Dejemos al adolescente hacer ruido. Sientan tranquilidad ante el hecho de que están vivos.
El adolescente necesita en grandes dosis apoyo moral libre de juicios. Quieren tener la oportunidad de equivocarse. No quieren conocer la experiencia de otros si no lo han pedido pero necesita saber que tiene un refugio. Por los diálogos que he compartido con ellos, por el análisis y por los que tengo en las aulas, tenemos deberes pendientes.
Una alumna me confesó una vez “de alguna manera creí que era especial por tener contratiempos”. Claramente, si nos mostramos sin filtros, si nos mostramos vulnerables, ellas o ellos podrán tener la oportunidad de hacerlo. Hagamos que entiendan que sus emociones, tan pronto como vienen, se irán.
No podemos comunicarnos con la mente pero sí podemos ser sus aliados y brindarles la oportunidad para que hablen y se muestren libremente.
En etapas llena de momentos de hormonas efervescentes en las que el ahora es lo único que importa, aparece la inestabilidad emocional (contaminados en parte por los likes de las redes sociales, la cultura del positivismo y el carpe diem). Desde el Teléfono se les invita a expresarse con su entorno más próximo para acercarles y unirlos a la realidad, se recuerda la confidencialidad de sus palabras y se agradece la confianza depositaba en nosotros.
En este ahora que vivimos junto a las nuevas generaciones, con un hoy tan inmediato, tenemos que recordar que nuestros pensamientos y acciones de hoy perjudican o benefician el mañana. Y que esa desesperanza con la que la mayoría de usuarios llega, puede verse modificada con nuestra actitud.
Hay días en los que no me siento preparada, hay momentos en los que metafóricamente hablando, abriría el chat para mi persona. Sin duda, hacer clic en el inicio de sesión del Chat de la Esperanza sabiendo que la ventana soy yo (dentro de un gran grupo de voluntarios con calidad humana -en cantidad ya quisiéramos-) conlleva una gran responsabilidad que me da aliento para seguir siendo parte de esta causa.
Quizá la pérdida desmedida de sentido de vida en la sociedad, en una mirada utópica, este siendo el camino para apostar por la salud mental y brindar formación emocional o adentrarles en el conocimiento de sí mismos y de lo que nos une a todos los seres vivos: el amor.
Me hace tremendamente feliz aprender y retarme en este proyecto en el que no dudo que habrá jóvenes que quieran implicarse en un futuro próximo o al menos, que con orgullo de su proceso de evolución, tenga el chat como un referente de escucha activa.
Son sus vidas, no la tuya.
Aprender a quererles podría ser uno de los primeros deberes de septiembre para los adultos. Poco a poco pero p´alante. Anoten que el niño/a oye y ve todo rato. Estos niños, con los que hablamos, ya no lo son. Aprendieron hace mucho a ponerse los zapatos. Sin embargo, eso no significa que se aten bien los cordones a diario.
La labor de toda la comunidad educativa es hacerles de velcro. Agachar la cabeza para mirarlos desde nuestra propia suela de los zapatos sería un buen paso para comprenderles. Ayudémosles a pisar sobre el terreno. Digamos mirando a la cara en más de una ocasión “Dime, te oigo” y quedémonos para escuchar la respuesta.
Como dice la canción ‘Valen más’ del grupo de música Morat “Todos tenemos carga de equipaje e ilusiones en los huesos”.
“Y es que te está mintiendo quien diga que es cuerdo en realidad. Pues todos cargamos con un nudo en la garganta. Tenemos que salirnos del engaño de que una foto muestra la verdad; dejar de compararnos con extraños que nadie es tan perfecto en realidad. Tenemos que apagar el noticiero y ver que no todo está mal, hay cosas que olvidamos con los años que valen más”
“Si sientes que ya nada tiene caso
y duele el peso de la gravedad,
siempre hay refugio en un abrazo,
siempre hay alguna luz en la ciudad”
Esa luz, en este caso, es posible a través de una pantalla. Siembren esperanza en el nuevo curso escolar. Las personas que estamos detrás del chat no somos una excepción. Para poner el oído valemos todos. Les invito a ser una nueva ventana.
1 comentario:
Felicitación a tu persona Carmen,por esta publicación tan real que afecta muy directamente a tantas personas en su mayoría a niñ@s,adolescentes ,jóvenes y adultos,todos ellos o bien por sentirse privados de libertad y una gran mayoría por el mal uso de la misma,comparto tu opinión general que manifiestas en los echos redactados ,pero me gustaría añadir con toda la humildad posible que todo cambio debe comenzar por el reconocimiento y aceptación a nivel personal de las debilidades que existen en cada uno de nosotros y mostrarnos a los demás de una forma real y coherente.Esto ayudaría a la persona a tener un conocimiento real de su ser,desgraciadamente en la sociedad actual nuestra mirada está puesta en el otro y no en nuestra persona,esto nos lleva actuar agradando a los demás y mi pensamiento real es todo lo contrario de lo que expreso ahí está la falta de coherencia contigo mismo,se reflejan tus miedos por no se capaz de afrontar con coherencia lo que piensas realmente ante un echo ocasionado por otra persona o circunstancia en resumen deberíamos empezar a conocernos a nosotros mismos,reconocer nuestras debilidades y no ocultarlas y apoyarnos en nuestras fortalezas descubriendo que existen en todos los seres humanos,y actuar con valores y eliminar todo contravalor que hemos ido usando a lo largo de nuestras vidas,sentirnos bien con nosotros,enfrentarnos a nuestra persona que vemos cuando estamos delante de un espejo valorando nos,sintiéndonos felices,optimistas de que puedo alcanzar toda meta que me proponga y con un autoestima alto,no debemos sentirnos presos de nosotros sino libres respetando la libertad de los demás,empatizando con los demás y mostrando mucho Amor por los demas ofreciéndole apoyo,cariño y que sientan en sus corazones y en sus personas,que en sus dificultades,tropiezos,caídas,sepan depositar su confianza en la otra persona que muestra su ayuda desirentadamente,prestando toda su atención y sabiendo escuchar todo el mensaje que le quiere transmitir y el sufrimiento y malestar que en ese momento está sintiendo en su persona,ya exprese mi pensamiento siento la infinidad de faltas que puedan existir,por mi mal uso de la ortografía y signos de puntuación de nuestra lengua española y me despido valorando y sintiendome muy feliz de mi queridísima prima Carmen de la Rubia Jiménez por ayuda que de forma voluntaria pero a su vez con un compromiso tan real de poder ayudar a tantísimas personas que afortunadamente deciden pedir ayuda por su valentía de aceptar que la necesitan y exponer sus dificultades en busca de una solución y consuelo que uno por si solo no es capaz de conseguir de una forma efectiva y real,deseándole que persista por mucho tiempo está entrega y compromiso por los demás y ser ejemplo en el que reflejarnos por el bien de toda la Humanidad 😘😍
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