jueves, 3 de agosto de 2023

Sentido del humor, salud y bienestar emocional


El Dalai Lama y el arzobispo Desmond Tutu en el encuentro interreligioso
 'Semillas de compasión' en 2008. Foto: Tomas/Seeds of Compassion


Esperanza Muñoz 

Dinamizadora de talleres del Teléfono de la Esperanza 

El sentido del humor es una cualidad que hace que quienes la poseen sean capaces de refrescar hasta los momentos más amargos de la vida.

Las personas que son capaces de bromear y de hacer reír son como un bálsamo para ellas y para los demás y el resultado de la aplicación del buen humor en la vida, es la aparición de la sonrisa o de la risa, aunque se puede hacer una expresión de sentido del humor sin que ésta aparezca. Sería más bien la ironía.

La risa nos libera, porque nos permite ser espontáneos y tiene en su esencia un componente de juego. Una sola sesión de carcajadas es mucho más relajante que muchas de las tareas que planificamos con el mismo propósito. Así, la risa tiene esa propiedad mágica de renovarnos y mejorar nuestra disposición frente al mundo.

Sigmund Freud le otorgó a los chistes y a la risa un papel definitivo dentro de la teoría psicoanalítica. Descubrió que a través de esos divertimentos cotidianos se expresa nítidamente el mundo inconsciente, escribiendo en 1905, un libro sobre el chiste y en agosto de 1927, escribió su artículo 'El humor'.

Algunas autoridades, como Havelock Ellis, han llegado a considerar a la risa como "un ejercicio religioso, puesto que conduce a una expansión del alma".

 

Concepto

El sentido del humor, como otros conceptos importantes, es difícil de definir. Podría decirse que es la capacidad para experimentar y/o estimular una reacción muy específica, la sonrisa o la risa, pudiendo lograr así un estado de ánimo positivo, tanto en sí mismo como en las personas que son testigos de estas expresiones.

El humor surge con frecuencia de un defecto de la realidad, de algo que no es exactamente correcto o que no es correcto en absoluto y que miramos con benevolencia, sacando partido a la situación adversa al ver aspectos de ella que resultan graciosos. Por ello es una cualidad valiosa pues favorece el que podamos distanciarnos y ver aspectos positivos dentro de la realidad.

El humor no es una negación de los problemas; muy al contrario, reconoce que hay un problema, pero de un chispazo enriquece nuestra percepción y nos revela un aspecto positivo —oculto u olvidado— de la situación. Dicho aspecto positivo, sin embargo, no tiene que ser perfecto.

(Libro 'Resiliencia y humor')

Ejemplo: Al bajarme del bus he tropezado y dado varios traspiés, y al final, no me he caído. Me parto al pensar las caras que habré puesto!!

El ser capaces de reírse de uno mismo, quita hierro a las cosas que nos ocurren y hace verlas de forma menos grave. Para poder reírnos de nosotros mismos, se necesita una gran dosis de humildad y una sana estima, pues no por hacer chiste de nuestras deficiencias o imperfecciones, supone que no nos valoramos, sino más bien, que reconocemos nuestros fallos y despistes o que vemos en lo que nos sucede, incluso en lo trágico, otra forma de apreciar, que nos sirve para hacer reír a quien nos acompaña. 

Ejemplo: "No veas lo mal que me ha salido la comida. ¡Menos mal que hoy estaba yo sola para almorzar!"

Ante los acontecimientos de la vida, incluso que estimamos sin importancia, al ver la actitud que adoptan muchas personas, nos sale fácil decir: "no seas tan trágico". Y es que ante un suceso, unos pueden alejarse y ver hasta algo gracioso o al menos mantenerse expectantes y otros hacen un tratado de malestar y nefastas consecuencias.

Por tanto también el humor es relativo y tiene que ver con la forma en que se mira la vida y se acoge a consideraciones sociales y de reglas comunes a un determinado grupo.


Estudios sobre el humor

Ha sido sólo en los últimos 40 años que el estudio científico del humor se ha abordado de manera consistente. Numerosos campos de las ciencias humanas y sociales han estudiado el fenómeno, entre ellos la Psicología, la Antropología, la Sociología, la Medicina, la Pedagogía, la Lingüística, la Literatura, la Filosofía, la Teología, la Ciencia Política y las Ciencias Empresariales.

Si quieres profundizar en el tema, aprovecha estos días estivales, en los que se nos apetece recargar pilas y relajarnos. Puedes curiosear en estos libros para potenciar y conocer mejor este sentido que puede mejorar mucho tu calidad de vida y la de los que te rodean…


                                          www.disertaconferenciantes.com


Jesús Damián Fernández es pionero en los estudios del humor aplicado a la Pedagogía, autor de varios libros y numerosos artículos sobre esta materia, entre ellos 'El arte de envejecer con humor' (Aljibe, 2012), 'Educar con humor' (Aljibe, 2009) y 'El valor pedagógico del humor en la educación social'. (Editorial Desclee de Brouwer, 2010).

Eduardo Jáuregui elaboró su propia teoría causal de la risa en su tesis doctoral Situating Laughter (Instituto Universitario Europeo, Florencia, 1998) y ha publicado numerosos artículos, algunos de ellos presentados en foros nacionales e internacionales como las conferencias del ISHS. También ha publicado dos libros de divulgación que resumen las investigaciones científicas :

'El sentido del humor, manual de instrucciones', RBA Integral 2007 y 'Amor y Humor', RBA Integral, 2009)

https://humorpositivo.com/investigacion-cientifica/


¿Y por qué este interés hacia una faceta tan antigua como la humanidad y que no parece “nada seria”?


Beneficios del humor y la risa para la salud

Reír a carcajadas puede equipararse a 10 minutos de ejercicio físico. Se ejercitan los músculos de la cara, el torso, los pulmones, los brazos, el abdomen, el diafragma… así hasta casi 400 músculos. Reírse ayuda a quemar calorías.

Es por eso que la risa se asocia a la longevidad. Reírse ayuda en la cura de la depresión, la angustia y el estrés. Disminuye la producción de las hormonas que causan estrés. Nos ayuda a sentirnos mejor. Mejora la oxigenación del cerebro y del cuerpo en general. Regula el pulso cardíaco, relaja los músculos tensos y disminuye la presión arterial.

Además se genera una mayor respuesta del sistema inmunológico ante la enfermedad. Sirve para descargar tensiones. Alivia el insomnio al producir una sana fatiga que el sueño repara con facilidad.

A nivel psicosocial potencia la creatividad y la imaginación. Fortalece los lazos afectivos e incrementa la confianza y la autoestima. Compartir la vida con alguien que nos haga sonreír es mucho mejor. El poder reír juntos en una relación significa que ambos deben compartir el mismo código, que congenien, que ambas personas disfruten con las mismas cosas.

Es una técnica eficaz para eliminar pensamientos negativos. No se puede sufrir a la vez que te ríes.

La sonrisa, por el mero hecho de aparecer en nuestra cara, activa los mecanismos productores de endorfinas.

Las endorfinas son unas hormonas destinadas a reducir el dolor físico y emocional.

Hubo un tiempo en que aconsejaba a mis pacientes con trastornos del ánimo comenzar el día mirándose al espejo y observarse mientras de esboza una sonrisa. Y es que el hecho de utilizar el gesto, ya produce un efecto beneficioso y aunque no sea suficiente para superar una depresión, si puede iniciar un camino, ser un ejercicio para cambio de actitud que puede facilitar un cambio de emoción.

Esto ha sido estudiado por un grupo internacional de investigadores dirigido por el científico de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) Nicholas Coles y ha encontrado pruebas sólidas de que el mero hecho de esbozar una sonrisa, aunque sea forzada puede mejorar el estado de ánimo, según publican en la revista Nature Human Behavior.

Y por todos es observado y experimentado el efecto que sobre nuestro ánimo tiene el encontrar a una persona amable, que nos sonríe mientras nos atiende en una ventanilla, tienda o en cualquier servicio, por no decir al saludar o en cualquier circunstancia.


                                            La importancia del humor Foto: Adobe Stock


¿Podemos incrementar nuestro sentido del humor?

Es una buena noticia poder decir que sí. Como todas las cualidades y actitudes de crecimiento humanas, podemos trabajar para que sea más intensa. Estas son algunas pautas:


- Prestar atención a nuestro pensamiento, para que sea más positivo. Limpiar la negatividad y el tomarnos las cosas demasiado en serio. Simplificar. Desdramatizar.

- Visualizar a lo largo del día escenas positivas: un recuerdo agradable, una meta alcanzada, alguna cualidad nuestra, de nuestra pareja, situaciones familiares agradables, la cara de nuestros hijos o la risa de nuestros seres queridos.

- Al despertarnos y levantarnos de la cama, al ir al baño: sonreír y agradecer un nuevo día. Es transcender de las planificaciones y tareas que tendremos que realizar a lo largo del día y que empiezan a invadir nuestro pensamiento. Dejemos un espacio para conectar con la Vida.

- Dar gracias por todo lo que tenemos y por todo lo bueno que nos sucede.

- Crear un buen ambiente y confianza, es fundamental para que se desarrolle el buen humor.

- Gastar bromas agradables a nuestros familiares. Darles sorpresas inesperadas que provoquen su sonrisa.

- Introducir frases cómicas en nuestras conversaciones.

- Reírnos de nosotros mismos

Frecuentar personas optimistas, positivas y divertidas y       aprender de ellas.

- Jugar, bromear, reír, conectar con nuestro niño interior.

- Intercambiar chistes, sacar partido a los sucesos cómicos.

- Hacer buen ambiente de trabajo, de pareja, de familia.

 

¿Siempre hemos de estar alegres?

La alegría es la emoción que puede provocar con más frecuencia un estado de ánimo positivo. Sin embargo, no estamos obligados a forzar nuestro estado de ánimo ni tampoco es aconsejable. En nuestra vida cotidiana se producen cambios, apreciaciones, circunstancias que pueden influirnos.

No se trata por tanto de forzar la situación y fingir alegría sin sentirla, sino más bien de hacernos conscientes de qué emoción nos está llegando e investigar en nosotros mismos de donde viene esa emoción, pues, como suele ocurrirnos con frecuencia, la causa pueden ser unos pensamientos erróneos, unas conclusiones falsas, una interpretación de los hechos subjetiva e incorrecta, etc.

Es entonces cuando podemos hacernos dueños de la situación y cambiar la visión, procurando ver el aspecto positivo, lo que no habíamos valorado, incluso, haciendo uso de nuestro sentido del humor, ver la perspectiva graciosa y no empecinarnos con la faceta trágica.

Como dice el refrán: “No hay mal que por bien no venga”

Anécdota

El Dalai Lama, líder de la comunidad tibetana en el exilio y el Arzobispo Desmond Tutu, cruzado contra el apartheid, se hicieron amigos desde que se conocieron en una reunión de premios Nobel hace años. Cuenta Douglas Abrams, editor del libro: 'El libro de la alegría', que en una de sus conversaciones con los dos premios noveles de la Paz el arzobispo le preguntó a Dalai:

¿Por qué no estás malhumorado?

(El Dalai Lama vivió exiliado de su país, una de las cosas más trágicas y desgarradoras que le pueden pasar a alguien, pero aún parece luminoso y lleno de alegría).

El Dalai Lama le dijo a Tutu: "Nunca te hubiera conocido. O nunca habría conocido a todas las personas que he conocido". 

Aprendamos pues de ellos y saquemos partido a nuestra vida y a los acontecimientos que en ella ocurren, a poder ser desde la perspectiva del buen humor …

Y SIGAMOS DISFRUTANDO DE LO QUE ESTÁ A NUESTRO ALCANCE, QUE NO ES OTRA

COSA QUE EL MOMENTO PRESENTE.

¡¡¡FELIZ Y DISFRUTADO VERANO!!!

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