jueves, 7 de julio de 2022

Darse el permiso al descanso


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Claudina Rodríguez Candia

Voluntaria del Chat de la Esperanza 

Comienzan las vacaciones, los niños sin cole, la familia reunida, algunos tomando vacaciones o empezando en nuevos empleos. Otros trabajan desde la playa, se encuentran con amigos, hacen cursos de verano, los abuelos y nietos encontrándose o dejándose de ver. Todo se produce al ritmo vertiginoso de la vorágine de lo cotidiano descendiendo y activando el modo vacaciones.

Sin embargo, la gran pregunta es:

¿Nos damos permiso (interiormente) para descansar o las vacaciones son estresantes y luego debemos darnos unos días para que descansar de las vacaciones?

Lo cierto es que nos va la vida en ese afán de asegurarnos que todos estén bien, relajados y disfrutando del verano y podemos terminar agotados/as cada noche cuando nos damos cuenta que durante todo el día no hemos parado ni siquiera para echarnos una cabezada o simplemente tomar una taza de café sin correr. Y todo por estar pendiente de que todo esté funcionando en la casa o en la vida, o bien llenarnos de actividades para sacar el mayor provecho a este tiempo de descanso.

Pero, ¿nos damos real y honestamente el permiso a descansar? Reparar fuerzas, disfrutar de una buena lectura, de echarse una siesta o simplemente de parar detenerse y gustar de es pausa?

Es justo y necesario hacernos estos cuestionamientos en honor a nosotros mismos, que el descanso es necesario ya es indiscutible, pero darse el permiso para descansar es un acto de amor propio y cuidado del cuerpo que es ni más ni menos lo que nos contiene, es el cuerpo nuestro verdadero compañero de vida, de viaje.

Hay formas variadas de cuidar nuestros momentos de descanso. Estas son varias de ellas:

Desconectarse de las redes sociales al menos durante unas horas al día     

Hacer una caminata tranquilamente.

Escuchar la música que más nos guste.

Quedar con buenos/as amigos/as y disfrutar de la compañía.

Tumbarse en la playa o en un parque y dormir una siesta.

Leer

Meditar

Hacer respiraciones profundas 1 o 2 veces al día para relajarnos,

Dormir 8 horas diarias.

Tomarse un baño relajante con buena música.

Tomar contacto con la naturaleza.

El pasatiempo favorito

Existen innumerables modos de descansar, encuentra el tuyo y pruébalo como un ejercicio diario, los beneficios son significativos. 

Que tengamos reparadoras vacaciones, buenos descansos y mucho autocuidado en estos días. Que toda nuestra persona y nuestras relaciones importantes nos lo agradecerán.


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