El Teléfono de la Esperanza de Málaga impartirá entre los días 8 y 11 de noviembre una nueva edición del curso 'Conocerse para crecer'. Este enlace os muestra toda la información sobre los horarios e inscripciones.
Es el primer curso que abre las puertas al crecimiento como persona y al desarrollo de las potencialidades que todos los seres humanos tenemos dormidas u olvidadas.
Para situarnos en los objetivos de crecimiento personal que nos plantea este profundo curso, vamos a publicar dos artículos que nos darán pistas sobre el mundo del autoconocimiento. El primero de ellos lo publicamos hoy y el segundo el próximo lunes 22 de octubre.
Buceando en nuestro interior
Toñi Martín
Voluntaria del Teléfono de la Esperanza
Desde muy pequeños, al sentirnos aislados o indefensos, grabamos el recuerdo de ese sentimiento de falta de cobijo en nuestro cerebro. De manera que en el ser humano se instala la creencia de la separación. Y a través de ella, el miedo, la desconfianza y la inseguridad. Este será en gran parte el origen que provoca no pocos conflictos en nuestras vidas.
Posteriormente, algunas experiencias que vivimos de
adultos, avivan ese recuerdo y disparan un mecanismo de autodefensa que
nos hace reaccionar. Se activa el botón que hace saltar
las alarmas y se despierta el dragón que habita dentro de nosotros.
Es realmente necesario observarnos y acompañarnos a
nosotros mismos para conocernos y para ello es muy importante
establecer una relación amistosa con nosotros mismos para conseguirlo. Es
sano escucharnos, cada emoción no escuchada deja una marca en el cuerpo;
el cuerpo es el espejo de nuestra alma.
A continuación os doy pistas que os faciliten la propuesta de bucear en vuestro interior con la finalidad de
descubrir vuestras potencialidades, así como para explorar cuáles son
los obstáculos que tal vez estén limitando vuestro crecimiento
personal.
Nos recuerda Gurdjieff
"No llegamos a la plena comprensión porque hay
muchas cosas a las que no queremos renunciar"
Cuando la identidad (ego) te toma dentro de la
existencia, puedes quedarte atrapado, inundado entre sus aguas (desbordado
por las emociones)
Podemos empezar reconociendo que desde la mente, como
campo de experimentación, se tiene una imagen de la realidad que raramente
coincide con lo que ella nos muestra. Tenemos que contar con que es la ilusión
de la percepción la que nos termina separando de lo real.
Al relacionarnos con el entorno desde nuestras fantasías,
se crea una membrana de resistencia que va a rechazar algunos aspectos de
la realidad de manera reactiva-inconsciente. Esos aspectos tienen que ver con
los contenidos que, desde una percepción sesgada, generan fricción y
conflicto.
Observar la programación
Observar la programación
El ser humano despierta cuando se da cuenta de que está
programado y decide observar su programación.
Eso sí, se precisa una perspectiva mayor que pueda
actualizar la propia. No se trata de teorizar, es fundamental abrir la
puerta a una nueva manera de percibir; separada de lo ilusorio. Si estás
volcado en tu vida de fantasía, no puedes hacerte cargo de tu vida real.
Precisas conectarte con tu autoridad interna para
que no te interfieran las opiniones ajenas ni las respuestas
de otros.
Empiezas a comprender que lo más coherente es dejar de corregir a la realidad, porque siempre hay un propósito previo para lo que ocurre.
Empiezas a comprender que lo más coherente es dejar de corregir a la realidad, porque siempre hay un propósito previo para lo que ocurre.
En tu fuero interno algo genuino te susurra vivamente que
ha llegado el momento de soltar la película de tu vida. Te sientes
invitado a entrar en el proceso de romper la versión aprendida, que pasa
ineludiblemente por la desmantelación de la ilusión.
Encontrarte con tu propia verdad
Encontrarte con tu propia verdad
Has decidido encontrarte con tu propia verdad en
autorreferencia y te dispones a seguirla con todas sus consecuencias. Reconoces que va a ser un
recorrido profundo y lento hasta poder acoger a todos y cada uno de tus
aspectos no reconocidos. Y, finalmente, asumes que a partir de ese momento
estás voluntariamente a cargo de la reedición de tu vida, invitad@ a
vivir abiertamente el instante y dejarlo ir sin más, a no interferir, a
dejarte llevar...; es un reconocerte vulnerable y flexible en un mundo que
muestra la máxima crueldad sin filtro para que pueda ser observada y reconocida.
Son los opuestos pidiendo ser unidos para siempre. Y lo primero que emerge es
encontrar la inocencia que conecta la luz y su ausencia.
Hay un orden implícito desconocido para
todo lo que existe, por horrible que sea, y formamos parte de ese todo.
Este punto nos recuerda que tenemos
una cita con lo que es, no con lo que queremos que sea; lo cual
nos lleva a soltarnos de la fantasía.
La mirada desde la percepción del
ego es parcial, siempre hay cosas que no sabe y cosas que no ve,
va a estar siendo constantemente operada por sus innegables puntos ciegos.
Obvio que la identidad concreta por sí sola, no puede liberar sus
potenciales. Se precisa implicancia para ir descubriendo lentamente qué
oculta lo ilusorio.
Es bastante penoso que
los demás estén recibiendo solo nuestras proyecciones como
fruto de nuestra inmadurez; inmadurez que provoca un estado de
letargo desde el que lo fácil es consumir
ilusión, como una forma más o menos inconsciente de no generar conciencia
.
Es auto-castrante permitir
que la dictadura de un diseño obsoleto sea tu GPS
y quedarse pegado sin más a condicionamientos aprendidos .
También es absurdo seguir
escondiéndose detrás de los errores como forma de tapar imperfecciones.
Puede que te esté oprimiendo un
patrón de perfección basado en valores que, en un pasado más
o menos lejano, acataste sin rechistar y en este momento ya
no los puedes sostener.
Hay una coherencia que se está buscando
a sí misma y pide asumir aquello de lo que huyes.
No desear estar en un lugar diferente
Solo de ti mismo puedes recibir la
aceptación que compulsivamente buscas fuera. Date cuenta de que el infierno es desear estar en un lugar diferente al que
estás, cuando el único punto de partida real para seguir avanzando es
justo donde estás en este momento.
Observa a ese juez interno que no deja
de exigir que te recortes, quema los prejuicios que tienes contra ti y
date permiso para salir de la trampa de la adaptación del diseño.
La carga que seguimos arrastrando es
directamente proporcional al apego que nos vincula a
condicionamientos que sostiene nuestra mente concreta desde
su percepción limitada e ilusoria, será un lastre mientras no estés
dispuesto a preguntarte qué hay detrás de aquello que la está generando.
Arriésgate y hazte eco de ese
algo genuino que enciende tu latido interno. Entras en coherencia
cardiaca con la vida a través de un gesto de conciencia: MADURAR
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