miércoles, 16 de junio de 2021

Universitarios en prácticas descubren la Psicología Positiva y la escucha activa en el Teléfono de la Esperanza




Un grupo de 17 alumnos de Psicología de la Universidad de Málaga nos eligió este curso para hacer sus prácticas de fin de carrera. Como cada año, nuestra compañera, la psicóloga Ana Manrique, coordina el exigente programa de formación y la memoria final que deben presentar. Desde octubre de 2020 han participado en un seminario semanal cada sábado, el curso ‘Aprender a Ayudar’ de preparación a la coescucha y escucha, el taller online ‘Ayuda Mutua’ en el que se encuentran personas en riesgo de suicidio o familiares de suicidados y un taller específico sobre suicidios y otro centrado en la gestión emocional y el Mindfulness. La formación que se les ha facilitado combina la experiencia personal personal como participantes con planteamientos teóricos en un ambiente de colaboración y cercanía. Como motor de todo ello, la Psicología Positiva.

El 9 de junio los alumnos mantuvieron un encuentro online con la coordinadora, Ana Marique, y Luis Santiago, editor de este blog. En este post trasladamos como han vivido este periodo de prácticas.

“A lo largo de la carrera nos centramos en el modelo de Psicología Cognitiva Conductual, el Teléfono de la Esperanza nos abre la mente a otro tipo de enfoque y vemos la cercanía a las personas en crisis que llaman”, explicó Isabel. Para esta psicóloga en formación, “el orientador que atiende las llamadas no hace terapia, su ayuda consiste en guiar o acompañar con palabras a la persona en crisis y si es necesario se las deriva un psicólogo. Es una buena herramienta gratuita para la sociedad”.

Los momentos de coescucha situaron a estos estudiantes en el corazón del día a día del Teléfono de la Esperanza. Suena el teléfono una persona agobiada, desorientada o angustiada pide ayuda y una orientadora u orientador la escucha y atiende. De forma anónima, sin recomendaciones, ni juicios. Luisa vivió ese momento y se sorprendió de que hay personas que son llamantes habituales. “Hay gente que se encuentra sola para expresar los problemas que tienen en sus relaciones. Hablan, se les escucha y se sienten bien”. A esta alumna le tocó ver de cerca como hacía su orientación Paco. “Me encantó ver cómo trabaja. Tiene buena memoria, recuerda muchos detalles de casos. He sentido que al llamante la gusta mucho que otra persona de conversaciones anteriores. Él lo hace de forma calmada y acoge a cada uno de ellos. Es muy agradable, sabe detectar recursos potenciales para que la misma persona active un cambio en su situación”.

Otra de las aportaciones de este orientador al llamante “es que no se queda solo en la conversación, trabaja más y sabe recomendar psicólogos, coachs u otras aportaciones”.

La coescucha ha sido una herramienta clave para que los miembros del Practicum constaten de forma directa como se atiende a las personas en crisis. “A veces se pierde el norte  de porque me me metí en Psicología; para ayudar”, revela Aida, otra de las estudiantes.

El próximo sábado publicaremos más testimonios de los alumnos Practicum del Teléfono de la Esperanza

 

 


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