Llega el fin de semana y con él una buena noticia. ¿Una buena noticia?. Pues sí. Entre tantos acontecimientos negativos que se nos sirven para consumo masivo, es posible buscar, encontrar y destacar una luz entre las sombras. Este blog, 'El tiempo de la esperanza', lo viene haciendo desde el 31 de mayo de 2014. Cada sábado. Sin faltar ni uno solo a la cita con nuestros lectores.
En esta primera semana de julio de 2019, el mensaje esperanzador nos llega desde el mundo estudiantil. Son miles los jóvenes que acaban de graduarse en sus estudios de Secundaria, Bachillerato o universitarios. Días de emociones para muchos de ellos que cierran etapas e inician nuevos caminos en sus desarrollo vital. La protagonista de esta sección de buenas noticias es Lia Motrecko. Ucraniana de 17 años, aterrizó en Sevilla con sus padres y su hermano procedente de su país con el curso ya empezado. Su vida era feliz en su ciudad natal hasta que en marzo de 2014 los tanques rusos entraron en Crimea (Ucrania) y tuvieron que huir a otra ciudad. Era muy pequeña cuando aprendió a convivir con la huida y el miedo. Junto a su familia residieron en otra ciudad del sur del país, volvieron a Crimea, pero finalmente viajaron hasta España donde solicitaron protección como refugiados a finales de 2018. Gracias a la labor de la ONG Comisión Española de Ayuda al Refugiado, se asentaron en Sevilla y Lia fue escolarizada en el IES Torreblanca de la capital andaluza, por cierto, un centro que ya acogía a otros alumnos refugiados. Aunque no conocía el idioma español, ni nuestro sistema educativo, Lia se esforzó, trabajó, aprendió y ha obtenido un premio inesperado. Acaba el 4º curso de la ESO con el reconocimiento al mejor expediente académico. La peripecia de Lia y su familia nos demuestra que se puede acoger e integrar en nuestra sociedad a muchas personas que piden protección para poder llevar una vida normal. Lia está agradecida con el apoyo recibido por sus compañeros, profesores y las autoridades. Vivía en la incertidumbre y ahora, comparte con sus compañeras y compañeros, el fin de una etapa y el inicio de otra en sus estudios. Mientras disfruta del momento, da forma al sueño que se propone conquistar; estudiar diplomatura para trabajar por un mundo en paz y convivencia.
En esta primera semana de julio de 2019, el mensaje esperanzador nos llega desde el mundo estudiantil. Son miles los jóvenes que acaban de graduarse en sus estudios de Secundaria, Bachillerato o universitarios. Días de emociones para muchos de ellos que cierran etapas e inician nuevos caminos en sus desarrollo vital. La protagonista de esta sección de buenas noticias es Lia Motrecko. Ucraniana de 17 años, aterrizó en Sevilla con sus padres y su hermano procedente de su país con el curso ya empezado. Su vida era feliz en su ciudad natal hasta que en marzo de 2014 los tanques rusos entraron en Crimea (Ucrania) y tuvieron que huir a otra ciudad. Era muy pequeña cuando aprendió a convivir con la huida y el miedo. Junto a su familia residieron en otra ciudad del sur del país, volvieron a Crimea, pero finalmente viajaron hasta España donde solicitaron protección como refugiados a finales de 2018. Gracias a la labor de la ONG Comisión Española de Ayuda al Refugiado, se asentaron en Sevilla y Lia fue escolarizada en el IES Torreblanca de la capital andaluza, por cierto, un centro que ya acogía a otros alumnos refugiados. Aunque no conocía el idioma español, ni nuestro sistema educativo, Lia se esforzó, trabajó, aprendió y ha obtenido un premio inesperado. Acaba el 4º curso de la ESO con el reconocimiento al mejor expediente académico. La peripecia de Lia y su familia nos demuestra que se puede acoger e integrar en nuestra sociedad a muchas personas que piden protección para poder llevar una vida normal. Lia está agradecida con el apoyo recibido por sus compañeros, profesores y las autoridades. Vivía en la incertidumbre y ahora, comparte con sus compañeras y compañeros, el fin de una etapa y el inicio de otra en sus estudios. Mientras disfruta del momento, da forma al sueño que se propone conquistar; estudiar diplomatura para trabajar por un mundo en paz y convivencia.
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