Esperanza Muñoz. Voluntaria del Teléfono de la
Esperanza
El tema que pretendo explicar, no es nada fácil.
Es difícil, inicialmente porque es probable que
produzca en nosotros una gran resistencia ya que nuestro ego, precisamente del
que pretendo explicar y hablar, se sentirá amenazado o atacado y por tanto os
enviará pensamientos de rechazo, defensa, incredulidad, animadversión… etc,
pues ninguna estructura que sea la dominante, puede permitir que se vaya contra
ella, simplemente por propia supervivencia.
Esto se explica, a nivel neurológico, por el hecho de
que cuando al principio de aprender una cosa, se establecen conexiones
neuronales, que han de reforzarse para fijar lo aprendido. Pero cuando este
proceso se ha repetido muchas veces, lo que antes se necesitaba hacer de forma
consciente, pasa al subconsciente, que tiene una velocidad de ejecución muchísimo
mayor que el consciente, por lo que se produce y realiza de forma automática.
Por ejemplo, esto nos ocurre con actividades como conducir, leer,
escribir y actitudes repetitivas en general.
Para deshacer ese aprendizaje, habrá que volver a
poner muchísima atención, para buscar otros caminos, otras respuestas, otras
formas de pensar y actuar que nos lleven a nuestro fin: ser más auténticos,
equilibrados y felices.
¿Quiénes somos desde la espiritualidad como concepto
universal?
Cada ser humano viene provisto de un ser, SER
ESENCIAL, según Antonio Blay, que es la esencia del ser humano, de ese ser
humano. Es la conciencia. Este ser tiene capacidades en potencia para
desarrollar: la inteligencia, la afectividad y la energía. Con estas tres
potencialidades, el ser tiene lo necesario para llegar a SER infinitamente.
Este SER tiene su origen en algo transcendente, como
lo es en el fondo el ser humano, que cuando se permite salir de su zona de
supervivencia, anhela encontrar, es un deseo de trascender, de conocer LA
VERDAD más profunda de las cosas.
El ser es lo que tú eres, libre de conceptos,
condicionamientos, ideas y pensamientos. Es conciencia pura, procede del AMOR
PURO, ES PARTE, RESULTADO DE LA EXPANSIÓN DEL SER ABSOLUTO, ENERGÍA DEL COSMOS
O DIOS, COMO QUIERAS LLAMARLO.
Es la parte de ti que te hace llamarte HIJO DE DIOS.
¿Qué es el ego y como nace en nosotros?
Es una estructura que comienza a formarse desde
nuestro nacimiento para desenvolvernos en el medio temporo–espacial que es este
mundo.
Cuando nos vamos poniendo en contacto con el medio que
nos rodea, vamos adquiriendo experiencias, nos ocurren cosas, vamos
empapándonos de las creencias que nuestra familia y sociedad nos van
enseñando.
Ante estas experiencias, nos surgen PENSAMIENTOS,
vamos elaborando SENTIMIENTOS, sensaciones. ESTE sistema de pensamiento. Todo
esto que vamos elaborando como respuesta al medio, se va incorporando a nuestro
ser, y va pasando al inconsciente, PROVOCANDO RESPUESTAS AUTOMÁTICAS.
Poco a poco, vamos desconectándonos de nuestro ser,
hasta el punto de CREERNOS, IDENTIFICARNOS CON ESE SISTEMA DE CREENCIAS,
PENSAMIENTOS Y EMOCIONES que hemos ido creando para sobrevivir.
Este sistema de creencias y mi identificación con
ellas es lo que constituye el ego
El ego es la identificación con el cuerpo físico,
mental y emocional y con nuestra propia historia, entonces surge un falso
sentido del yo.
Este concepto hace que te sientas separado de los
demás y vivir condicionado por lo impuesto por la sociedad, la familia y
por la cultura en general.
Cuando vives desde el ego, no eres, simplemente vives
desde el pensamiento, surgen emociones y tú crees que es la realidad, surgen
percepciones y dolores que han permanecido ocultos y que tú revives en
determinadas circunstancias.
Vivir en el ser es vivir la realidad tal cual es.
Cuando vives desde el ego, no aceptas lo que se te ha
dado, te sientes incompleto, hay lucha y sufrimiento. Deseas que tu vida sea
diferente a lo que es.
NO ENCONTRARÁS LA FELICIDAD, SI SIGUES
IDENTIFICADO CON TU MENTE. Porque no estás viendo la realidad, sino lo que
tú has creado como realidad.
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¿Qué podemos hacer para deshacer este entuerto y para
volver a ser?
1º Darnos cuenta de cuándo está llegando, un
pensamiento, el cual nos está provocando una emoción. Ante la llegada de un
sentimiento que nos produce malestar o dolor, párate: ¿estamos identificándonos
con el pensamiento, con la emoción? Es decir, separarme de ese pensamiento, y
ponerme en la posición de observador de ese pensamiento y/o emoción.
2º Antes de dejarnos llevar por el automatismo, antes
de dar una respuesta, de tomar una decisión, pregúntate de dónde viene ese
pensamiento esa emoción, si es de tu ser más profundo: el AMOR ó por el
contrario viene de una sensación de FALTA DE…, de carencia, de que no me
quieren, que no me dan lo que necesito, no me aprecian, me han olvidado, no les
hago falta, no aprecian mi esfuerzo… Estos sentimientos vienen de mi ego, de
ese sistema de creencias que yo mismo he desarrollado, de la identificación con
mi historia, con el pasado.
3º Déjate guiar por tu maestro interno. Tu conciencia
profunda deshace la ofensa: el otro, el que en principio, designo como ofensor,
está en su propio mundo, tiene su propio proceso y su propia identificación.
Tiene su propio proceso de lucha, en el que yo no debo inmiscuirme, sino
permanecer en equilibrio, en conexión con mi propio ser.
4º Respira profundamente y deja ir la
energía negativa que te ha provocado el pensasmiento y el sentimiento
consecuente.
Permanece en tu ser, y deja que el otro se
posicione donde crea que es oportuno.
Conseguir esto no nada fácil. Necesita
entrenamiento, práctica, que se consigue mediante la MEDITACIÓN, ORACIÓN,
CONEXIÓN CON LO MÁS PROFUNDO DEL SER.
Ten, pues, mucha paciencia contigo mismo,
sobre todo. Trátate con cariño y si quieres practicar, estate muy atento a los
pensamientos y emociones que aparecen y procura investigar de donde
vienen. Y sobre todo, analiza qué creencias has fijado en tu orden interno, que
alimentan esa posición y si hoy te son válidas o crees que necesitan
actualizarse, incorporarse o desecharse.
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Inteligencia emocional-inteligencia espiritual
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