martes, 19 de julio de 2016

Asertividad: 7 claves para no callarte lo que sientes




Juan Manuel Martín
Psicólogo en el Teléfono de la Esperanza

El diccionario de la Real Academia Española dice que alguien es asertivo cuando expresa su opinión de manera firme.
Una manera firme consiste en defender nuestros derechos, expresar nuestras opiniones y realizar sugerencias de forma honesta y no agresiva.
Una persona asertiva, que defiende sus derechos, que se respeta a si mismo, será una persona con una autoestima adecuada. Ambas cosas están relacionadas.

ASERTIVIDAD <===> AUTOESTIMA

¿Cómo averiguar hasta que punto soy asertivo? Vamos a plantear cinco situaciones. Piensa en tu reacción en cada una de ellas:
1. Ante un vendedor muy insistente, ¿compraría el producto que le ofrece sólo porque le resulta difícil decir no al vendedor?
2. ¿Duda cuando tiene que devolver algo en una tienda, incluso si hay buenas razones para hacerlo?
3. Si alguien habla en voz alta durante una película, obra de teatro o concierto, ¿es capaz de pedirle que se calle?
4. Cuando un amigo le hace una petición irrazonable, ¿es usted capaz de negarse? ¿Es capaz de pedir favores, hacer peticiones a sus amigos?
5. Cuando alguien le hace un cumplido, ¿sabe usted qué decir?

Ante situaciones similares a las anteriores, pueden darse tres estilos de respuesta:

PASIVO. En este caso, la respuesta sería comprar el producto aunque no lo necesite, no devolver el producto defectuoso o no de su agrado, aguantar la molestia de quien nos impide disfrutar de la película, el concierto u obra de teatro, ser incapaz de negarse a la petición de un amigo por irrazonable que sea, ser incapaz de pedir un favor y bloquearse ante un cumplido o no atribuirse mérito alguno. Habrá quien piense que esto es timidez o modestia, pero si tras cada una de las respuestas a las situaciones uno se siente mal, tiene un problema de asertividad.

AGRESIVO. En este estilo de respuesta, se defienden los derechos propios sin tener en cuenta en absoluto los derechos de los demás. Se encarará con un vendedor insistente, acabará gritándole al comerciante que pone objeciones a la devolución de un producto, llamará la atención de forma impertinente a quien hable en voz alta en una función, no sólo se negará ante una petición irrazonable, sino que terminará censurando a quien se la hace, no pedirá favores sino exigirá que le ayuden y si alguien es capaz de hacerle un cumplido con este carácter, dirá que sin duda se lo merece mostrando superioridad.

ASERTIVO. Una respuesta asertiva requiere cierta preparación. No suele surgir de forma espontánea, hay que entrenarla. Vamos a dar en este artículo unas cuantas pistas. En los cursos del Teléfono de la Esperanza, se profundiza en este estilo de respuesta como técnica comunicativa.

La respuesta asertiva está basada en la autenticidad. La persona asertiva se atreve a expresar sus verdaderos sentimientos, sus pensamientos, reflexiones, establece con los demás relaciones positivas, orientadas hacia la armonía y la cooperación. En el plano social, se distingue por su capacidad de escuchar, su voluntad de comprensión, su capacidad de actuar en sentido del desarrollo de los demás. Además persona asertiva se caracteriza también por su capacidad para asumir la responsabilidad de sus palabras y actos.

Veamos cómo puede hacerse una petición de forma asertiva.
Pedir correctamente hace que me sea más fácil conseguir lo que quiero, pero sobre todo, hace que mis relaciones mejoren. Si cuando hacemos una petición tenemos en cuenta lo que pensamos, lo que sentimos y lo que queremos del otro, nuestro mensaje será completo, respetuoso y eficaz.
Por ejemplo, yo puedo decir: “Cállese que me está molestando con su desagradable tono de voz”.
Pero es mucho mejor si digo: “Está utilizando un tono de voz muy alto. Me cuesta concentrarme en la película. Le agradecería que guardara silencio o que bajara el tono de voz.
Otro ejemplo: “Este producto que me ha vendido es muy malo, me ha timado, así que ya me está dando el importe o le pongo una denuncia”
Pero es mucho mejor si digo: “Este producto que adquirí ayer no funciona de la forma en que yo creí que lo haría. Siento que no he hecho una buena compra porque no voy a poder utilizarlo de la manera que esperaba. Por eso vengo a devolverlo y  a que me abone el importe de mismo.”
      
Vamos por partes, en la respuesta asertiva se ponen en juego:

1. Los pensamientos. Se trata de contar cómo estamos viendo la situación, qué nos parece que está pasando.

2. Los sentimientos. Se trata de decir cómo nos sentimos ante esa situación de la que estamos hablando.

3. La petición. Se trata de expresar entonces lo que se necesita del otro. Evitando, por supuesto, dar rodeos, amenazar o manipular.

Algunas recomendaciones para mejorar las respuestas asertivas:

1. Se debe tener muy claro el derecho que tenemos a expresar nuestros sentimientos y defender nuestras ideas. Es preciso cuestionar ideas como: “Soy un mal amigo si no le presto dinero, aunque no me lo devuelva” o “soy un maleducado si llamo la atención a alguien que me molesta” o “soy un  soberbio si admito que me hagan algún cumplido”.

2. Si quieres o necesitas algo, pídelo. No esperes que lo adivinen los demás. Tienes que  decir cuáles son tus deseos, expresándolos de una forma en que los demás puedan responder apropiadamente.

3. Cuando expreses tus sentimientos respecto a algo, ten en cuenta que nadie tiene el poder de cuestionarlos porque son exclusivamente tuyos. No son ideas que puedan rebatirse. Los demás podrán tener los suyos, coincidentes o distintos, pero los nuestros nos pertenecen.

4. Procura ser concreto en las peticiones, transmitiendo con exactitud y detalle lo que se quiere del otro y no de forma vaga y ambigua. No sirve de nada expresar cómo nos sentimos si luego no se hace una petición concreta y específica.

5. Haz referencia a los hechos y no a sus juicios: El producto que me ha vendido es muy malo (juicio de valor). El producto que me ha vendido no funciona de la forma en que creí que lo haría (hechos).

6. Añade motivos a lo que pide. Al proporcionar motivos concretos, tanto al pedir algo como al negarse, se consigue que el mensaje sea mucho más convincente y menos agresivo. Me cuesta concentrarme en la película. No voy a poder utilizar este producto de la forma que esperaba...

7. Reduce tu estrés con el lenguaje corporal.  Mantén una postura corporal firme y calmada, sin mostrar debilidad a tu interlocutor ni, sobre todo, a ti mismo. Si es preciso ensaya ante el espejo para corregir malos hábitos adquiridos.

Para terminar, voy a recomendar un libro y un par de páginas de internet entre los cientos de libros y las miles de paginas existentes.
El libro: “No diga sí cuando quiera decir no” Aprenda a comunicarse de forma asertiva. Autores: Herbert Fensterheim y Jean Baer. Es un clásico de la autoayuda. Data de 1975 y algunas cosas quedan un poco anticuadas. No obstante hay muchos ejercicios para practicar si se desea.

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