Los avances médicos y científicos han protagonizado varias veces este este espacio de noticias positivas que transmiten esperanza. Este sábado navideño era muy difícil dejar pasar un acontecimiento que ha recorrido los informativos de las televisiones en las ultimas semanas y ha sido portada de los diarios locales de Málaga; la operación para extirpar un tumor cerebral al joven músico Carlos Aguilera, la segunda que se hace a nivel mundial con el paciente despierto para comprobar que la habilidad musical no desaparece a consecuencia de la cirugía. Carlos interpretó la balada de jazz 'Misty', que acompañó al tintineo de bisturís y la monitorización cardiaca mientras los profesionales practicaban la intervención.
El neurocirujano que coordinó la audaz operación,Guillermo Ibáñez, explicó que, durante doce horas, este joven permaneció en estado de semiconsciencia con la cabeza abierta sobre la camilla atendiendo a las órdenes de sus médicos. Sólo recibió sedación y analgésicos para el dolor. «Es un músico profesional y su vida depende de ello. Era la manera de operar sin dañar la parte implicada en el lenguaje musical», manifestó Ibáñez, uno de los dieciséis profesionales sanitarios implicados en la intervención. En total, participaron tres neurocirujanos, dos neuropsicólogos, tres neurofisiólogos, un anestesista, cinco enfermeras, un auxiliar de enfermería y un celador.
Todo un ejemplo de profesionalidad en equipo que ha acabado con el largo periodo de mareos, incertidumbre y pruebas médicas sufrida por este joven malagueño. "Tengo toda la via por delante. He vuelto a nacer", dijo el paciente. Larga vida a Carlos y a estos grandes profesionales, la auténtica fortaleza de la sanidad pública.
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