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Vista parcial de la barriada Los Asperones Foto: La Opinión de Málaga |
Las administraciones abandonaron el barrio, faltaba la luz y el saneamiento en las calles y los niños de la guardería convivían con un vertedero poblado de ratas a unos 50 metros. Dos bebés murieron por problemas respiratorios en 1990. La droga hizo estragos en los años 80, 90 y hasta bien entrada la primera década del siglo XXI. La crisis económica frenó en seco por falta de recursos económicos un plan de actuación de la Junta y el Ayuntamiento en la población del gheto para promover su formación, empleo y socialización con el resto de los malagueños hasta integrarlos en viviendas en diferentes barriadas. Pero mientras cesaba la lenta e indecisa actuación administrativa, nacía, se asentaba y crecía la flor de la solidaridad en el lodazal del abandono. Chavales del barrio lograban avanzar en sus estudios y crecía el número de adultos que conseguía un puesto de trabajo dejando la miserable recogida de chatarra. Los Asperones empezaron a abonarse a la esperanza. La labor de identificación, censo de la población, atención, acogida y formación ejecutada por un puñado de profesionales y voluntarios de Cáritas y Misioneros de la Esperanza fue la semilla. Esta creció. Y empezó a dar frutos en un entorno hostil en el que los padres creían que el colegio "no servía para nada" y algunos no vacunaban a sus hijos porque las jeringuillas eran instrumentos malditos que habían segado las vidas de padres, hermanos o tíos.
Esta semana los 26 de Los Asperones han sido noticia. Chamara, Rocío, El Chere....y otros muchos lo consiguieron. Tienen el título de la ESO, algunos de ellos a los 24 años. Transmiten satisfacción por su esfuerzo personal y planifican un futuro autosuficiente estudiando ciclos de Formación Profesional o carreras universitarias. Otros dos están ya cursando Bachillerato. El barrio y los voluntarios los miran con ternura y orgullo. El camino de la esperanza empieza a dar frutos. Hoy en Los Asperones hay padres que trabajan -aunque muchos prefieren evitar decir donde viven por el pesado estigma de barrio marginal- y jóvenes que construyen su futuro. Enhorabuena a todos estos hijos del olvido por tomar en sus manos las riendas de sus vidas. Ellos son las estrellas que iluminan a vecinos y familiares.
Esta semana los 26 de Los Asperones han sido noticia. Chamara, Rocío, El Chere....y otros muchos lo consiguieron. Tienen el título de la ESO, algunos de ellos a los 24 años. Transmiten satisfacción por su esfuerzo personal y planifican un futuro autosuficiente estudiando ciclos de Formación Profesional o carreras universitarias. Otros dos están ya cursando Bachillerato. El barrio y los voluntarios los miran con ternura y orgullo. El camino de la esperanza empieza a dar frutos. Hoy en Los Asperones hay padres que trabajan -aunque muchos prefieren evitar decir donde viven por el pesado estigma de barrio marginal- y jóvenes que construyen su futuro. Enhorabuena a todos estos hijos del olvido por tomar en sus manos las riendas de sus vidas. Ellos son las estrellas que iluminan a vecinos y familiares.
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