Voluntarios del Teléfono de la Esperanza de Málaga y la ONG Justalegría llevan a cabo un programa piloto de prevención del suicidio en el distrito Bailén-Miraflores de Málaga en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad. El suicidio fue en 2012 la primera causa de muerte no natural en España, por encima de los accidentes de tráfico, pero tiene una escasa repercusión en los medios de comunicación. Se trata de una 'plaga silenciosa' de la que viene alertando repetidamente la OMS (Organización Mundial de la Salud).
El objetivo es detectar a la población en riesgo de suicidio y formar a profesionales de la salud, servicios sociales y la educación para atender a los afectados y sus familiares y poder reducir el riesgo de suicidarse.
El pasado mes de noviembre, en la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga, fue expuesta una ponencia conjunta a cargo de Aurelia González y Juan Sánchez (Teléfono de la Esperanza), Lucía Pérez (Hospital Regional Carlos Haya) y Jaime de la Torre (Justalegría). Este último expuso el análisis inicial y las diferentes fases del proyecto en el que vienen trabajando en los últimos meses un técnico, quince voluntarios y tres expertos.
La tasa de incidencia del suicidio es la siguiente:
España (2011): 6,2 por cada 100.000 habitantes
Andalucía (2010): 7,7 por cada 100.000 habitantes
Málaga (2011): 8,8 por cada 100.000 habitantes
Cada suicidio esconde otros 20 intentos de quitarse la vida por diferentes personas y se estima que un 4,5% de la población podría tener ideaciones suicidas, según el estudio 'Prevalencia y factores de riesgo de las ideas, planes e intentos de suicidio en la población general española. Estudio ESEMeDMedicina Clínica 2007'.
Jaime de la Torre explicó que se optó por trabajar el programa piloto en Bailén-Miraflores por ser el tercero en familias atendidas por los servicios sociales en la capital malagueña después de Campanillas y Palma-Palmilla. Concretamente, son usuarios de los servicios sociales 10.519 personas de 22.633 (el 46,5%).
El trabajo se dirige a reducir el riesgo medio de suicidio y cuenta con los servicios sociales y educativos para diseñar y poner en marcha las acciones recomendadas por las autoridades sanitarias y los expertos.
Uno de los factores protectores más importantes es la psicología positiva que ayuda a detectar las fortalezas personales de los que se encuentran en situación de riesgo para que superen la situación.
La fase de ejecución, que se lleva a cabo desde el pasado mes de septiembre, contempla tres grandes lineas de trabajo:
Enfoque poblacional. Dar formación a los informantes clave del distrito para que puedan detectar a la población en riesgo. Estos son trabajadores sociales, educadores sociales, psicólogos, enfermeras, monitores y psicólogos de asociaciones.
Reducir el riesgo. Mejorar las competencias de los informantes clave para reducir el riesgo de suicidio entre las personas que participan en el programa.
Enfoque de alto riesgo. Participación de los servicios de intervención en crisis del Teléfono de la Esperanza.
El programa se propone hacer una evaluación detallada de cien usuarios para conocer la realidad de su situación y las fortalezas personales que tengan cada uno de ellos.
El resultado final de este programa piloto es doble:
1) Diseñar un instrumento de identificación de la población
en riesgo para que lo empleen los informantes clave.
2) Diseñar una intervención preventiva en el distrito sobre las fortalezas de las personas para que las tengan en cuenta en el afrontamiento positivo del problema.
Recomendaciones finales. El programa piloto hace cuatro recomendaciones de cada a la aplicación de los resultados en todo el ámbito de la ciudad de Málaga.
1) Replicar un estudio similar para toda la ciudad
2) Capacitar a informantes clave para identificar y atender a la población en riesgo
3) Incrementar las fortalezas personales de los usuarios en riesgo como clave para prevenir
4) Crear un protocolo de actuación para informantes clave
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