sábado, 17 de enero de 2015

CON OTRAS GAFAS / Dejar de sufrir por el pasado



Manuel Corpas en el acto de La Caixa. Foto: Mari Carmen Sánchez / Diario Sur

La vida es un libro en blanco que escribimos cada día. Un horizonte nuevo nos aguarda cada amanecer para ir escribiendo página a página, capítulo a capítulo el relato de nuestra existencia. El niño no sabe qué le aguarda en la edad adulta y el adulto en la senectud. Vivimos experiencias, acontecimientos, relaciones personales que surgen y luego desaparecen y todas nos van dejando su legado en forma de amor, recuerdos, nostalgias, sufrimientos, plenitud o vacío. Al fin, el hombre viejo se mira al espejo de su vida y ve en él aquel niño que empezaba a escribir su libro con una ilusión luminosa. Estaba todo por hacer, amar y vivir. Pero la vejez, como dijo el escritor austriaco Stefen Zweig, no significa nada más que dejar de sufrir por el pasado.
El hombre mayor de la fotografía nos regala una mirada evocadora y con el gesto de la mano izquierda parece marcar algún hito a tener en cuenta. Su pasado es largo, prolongado e intenso. Tanto como lo puede ser una vida al borde de los 101 años. Se llama Manuel Corpas y, como Pablo Neruda, confiesa que ha vivido. Nació en una aldea cordobesa, se alistó de joven al ejército y sirvió en el Palacio Real durante la República de la mano de su paisano, el entonces presidente, Niceto Alcalá Zamora. Hoy sus familiares y amigos lo definen como un hombre vital, alegre y ágil. Un centenario con una gran memoria, cultivada en la oscura posguerra, cuando caminaba cada día 25 kilómetros para entregar la correspondencia "y había que saberse los nombres y los apellidos de todos los vecinos, porque no había direcciones ni números en las casas".
Manuel Corpas fue noticia esta semana porque Caixa Bank le ha entregado el premio Vida Activa, con el que reconoce a aquellos que son un ejemplo y un estímulo para las personas mayores. La entidad le entregó una tableta electrónica y con ella el desafío de usarla gracias a la ayuda de sus nietos. Todo un reto para una vida que en febrero cumplirá 101 años. Manuel, arropado por sus familiares, vive cada día un regalo. El de escribir otro capítulo más en el libro de su vida.

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