Carlos López lleva más de dos décadas dedicando su tiempo al
voluntariado en el Teléfono de la Esperanza. Como muchos compañeros, llegó a la
asociación buscando ayuda para afrontar problemas personales, salió a flote y se
formó como voluntario. En esta entrevista nos cuenta como ha sido su dilatada
experiencia en la asociación. Su amplia formación en salud emocional y técnicas
de Mindfulness le permite ofrecer una mirada muy precisa sobre el origen de las
angustias y sufrimientos que aquejan a las personas en general. Compartir las
emociones con los otros en lo que se ha llamado 'La Humanidad Compartida' y la
apertura al campo de la espiritualidad generan el buscado por todos equilibrio
emocional.
-¿Cuál era tu actividad profesional o laboral
cuando tomaste contacto con el Teléfono de la Esperanza?
Pertenecía al departamento de informática en una multinacional
americana, en la cual realice casi toda mi vida profesional, en el área de
desarrollo y formación.
- ¿Cómo conociste la
ONG y cual fue tu primera actividad en ella?
A través de un amigo, que me comento que estaban realizando un
taller sobre la convivencia en pareja. Fue una experiencia muy grata ya que
podíamos hablar de nosotros en un contexto de respeto y de confianza y donde
descubrí que la mayoría de las parejas tenían los mismos conflictos que
nosotros.
- ¿Cómo era tu
situación personal en esos momentos y que cursos y talleres hiciste?
Después de ese primer contacto con el teléfono, mi esposa y yo
realizamos un taller sobre la educación de los hijos y aquí me di cuenta de lo
poco preparado que estaba para las cosas importantes de la vida. Me había
pasado la mitad de mi vida dedicado al desarrollo profesional, pero había
olvidado el mundo de las relaciones y las emociones. Lo que más me llamo la
atención y creo que eso fue lo que motivó que me hiciera voluntario, fue la
humanidad y disponibilidad que encontré en las personas de la organización, la
acogida y el respeto que nos mostraban.
- ¿Qué actividades has
desarrollado y cuál de ellas te llena más?
Al principio dada mi formación administrativa, realicé algunas
tareas de apoyo informático, pero pronto me di cuenta que no era lo que yo
quería realizar dentro de la organización. Después de completar los cursos de
formación del voluntariado en Sevilla, estuve como orientador durante 10 años y
prestando apoyo a las diversas actividades del Teléfono para la captación de
fondos. Cuando comenzamos a realizar en Málaga la formación de voluntariado de
una parte de las provincias de Andalucía me pase al departamento de formación y
es donde me encuentro en la actualidad.
-¿Cómo
compaginabas la vida familiar, laboral y el voluntariado?
De una forma muy equilibrada, ya que durante los días laborables
los dedicaba a la familia y el trabajo y el voluntariado lo realizaba los
sábados. Hay que tener en cuenta que el servicio que presta el Teléfono de la
Esperanza es de 365 días y 24 horas, todo cubierto por personas anónimas y de
forma gratuita.
- Tienes una larga
trayectoria como formador. Los que hemos hecho talleres en el Teléfono de la
Esperanza solemos descubrir que “lo que me pasa a mí” le pasa también a otras
muchas personas y que podemos ayudarnos unos a otros. ¿Es esta una de las
claves de la formación en salud emocional en el teléfono?
Esto que me preguntas, es uno de los conceptos
más importantes dentro de esta filosofía de vida y lo descubrí cuando realicé
mi formación en el campo del Mindfulness, es lo que se le llama “La
Humanidad Compartida”. Cuando nos sentimos mal o muy mal y tenemos que
afrontar situaciones verdaderamente difíciles o duras, es bueno pensar que no
estamos solos, de que estas cosas solamente nos pasan a nosotros, o que somos
raros y especialmente torpes o perversos. No somos ni bichos raros por tener
que lidiar con este tipo de situaciones desagradables, ni patitos feos por el
hecho de que nos toque sufrir en esos momentos. Ahora mismo, se podrían contar
por millones las personas que están pasando por padecimientos iguales o
parecidos a los nuestros. Nada más lejos de la realidad: todos los
seres humanos sufrimos y lo pasamos mal, esto es una evidencia.
- Con la perspectiva
de más de dos décadas de voluntariado, ¿percibes que ha cambiado el tipo de
problemas que angustia a las personas o suelen ser los mismos?
Pienso que las personas mostramos muchas imágenes distintas de un
problema principal que es la falta de AMOR. Hemos aprendido a convivir con esta
carencia sin ser consciente de ella y, es para mi opinión, el gran generador de
nuestros sufrimientos, como dice Claudio Naranjo “es la incapacidad de dar y
recibir amor”.
- En gran parte
conectado a las relaciones, ¿no?. Está claro que el ser humano es un ser social
y si no tiene realizada esa parte de su ser sufre.
Para mí, y según la evolución de nuestra especie, somos más
emocionales que sociales. Lo primero fue la supervivencia, después se
desarrolló lo social, la vida en tribus, como afianzamiento de esa
supervivencia. Por eso le doy mucha más importancia al trabajo de la
inteligencia emocional que a la relacional.
- Otro descubrimiento
que hacen los participantes en los cursos es hasta qué punto las personas
estamos condicionadas, en mayor o menor grado, por los mensajes parentales y lo
que nos han inculcado al educarnos. Descubrirlos, aceptarlos y transformar lo
que sea necesario para nuestro bienestar es muy importante. ¿Puedes recordar
casos o personas que han conseguido liberarse de ataduras del pasado y ahora
viven mejor?
Desde mi perspectiva de acompañante, me gusta más esta palabra que
formador, me fijo mucho en las caras de las personas que acuden a los cursos y
talleres. Me llama mucho la atención como cambian sus expresiones faciales, de
sufrimientos y malestar, por expresiones de serenidad. Como dice la frase la
cara es el espejo del alma, cuando veo ese cambio detecto que han podido
elaborar parte de esos bloqueos que le aquejaban.
- La soledad no
deseada parece que es una constante en las llamadas al Teléfono de la Esperanza
en épocas anteriores y en la actual. Hoy llama la atención la cantidad de
personas que sufren soledad a pesar de que han crecido de forma espectacular
los canales de comunicación como son correo electrónico, redes sociales,
mensajería instantánea y la ‘llave mágica’ para acceder a todos ellos, el
teléfono inteligente, que más que un teléfono es un ordenador. ¿Todo esto puede
servir para paliar la soledad o para taparla?
Según Frances Torralba, la soledad la define como un
concepto emocional, diferenciándola de una situación física de estar sólo.
Es la experiencia emocional de sentirse sólo. Como muy bien
explicas en tu pregunta, tenemos a nuestro alcance una gran cantidad de
aparatos electrónicos que nos permiten conectarnos con el mundo, pero si
no conseguimos estar conectados con nosotros mismos, todos estos aparatos
nos aumentan más esa sensación de vacío interior.
- La época actual parece que se define por el consumo acelerado. De
productos, formas de ocio, juegos de azar y hasta de personas. En Japón se
alquilan amigos o acompañantes. ¿Qué nos puede ofrecer el interior a cada
persona para ser más yo y menos esa figura que busca paraísos artificiales
externo?
Leyendo tu pregunta me vino a la memoria un capítulo de un libro
de Christophe Andre (psiquiatra) denominado “Cebados pero carentes de
verdadero alimento”. Nos hemos tornados obesos de la sobreestimulación,
necesitamos estar siempre ocupados, no aburridos. Para tapar el aburrimiento
rellenamos la vida mediante estados de ánimo artificiales y de mala calidad:
televisión, video Leyendo tu pregunta me vino a la memoria un capítulo de un
libro de Christophe Andre (psiquiatra) denominado “Cebados pero
carentes de verdadero alimento".
Nos hemos tornado obesos de la sobre estimulación,
necesitamos estar siempre ocupados, no aburridos. Para tapar el
aburrimiento rellenamos la vida mediante estados de ánimo artificiales y de
mala calidad: televisión, video juegos etc…juegos etc…
- ¿Qué papel puede jugar la espiritualidad después de quedar
apartada de muchas vidas o percibida por muchos por la imagen que transmite su
hermana menor que es la repetición de ritos?
Esta pregunta te la respondo desde la Logoterapia, que es un tipo de terapia que se centra en la búsqueda de
significado vital ante el vacío existencial, causante de síntomas psicológicos,
emocionales y físicos y cuyo fundador fue Víctor Frankl. Dice que el
hombre es un ser que participa de tres dimensiones. Ante todo, la somática,
orgánica, después la psíquica, mental (en el sentido estricto), y
finalmente la espiritual, pero no añadida como una dimensión en sí,
sino que, sin ser ella la única, es sin embargo la verdadera dimensión
del ser humano y es la que le da sentido de vida. Como definía Víctor Frankl en nuestra sociedad destacan
consecuencias conductuales tales como el hedonismo compulsivo, el conformismo,
y el totalitarismo. La búsqueda compulsiva de placer es resultado de la
insatisfacción existencial. Pero también es hacer lo que hacen todos como lo
único que se puede hacer (conformismo) o hacer lo que hacen los demás,
dejándose guiar ciegamente la persona por las directrices de la mentalidad
dominante (totalitarismo). Pero también existen consecuencias psicopatológicas,
lo que denomina Frankl, la 'tríada neurótica': adicciones, depresiones,
agresividad.
“Nosotros, sólo nosotros somos los seres que buscamos sentido a
la vida. Pero no lo hallaremos a menos que nos abramos a una dimensión
espiritual, a menos que todo lo que vivimos, experimentamos, obramos,
elaboramos, esté impregnado de la confianza en algo que no nace de nosotros
mismos” (Víctor Frankl).
- Hace cuatro años formaste parte del grupo de voluntarios de ASITES
que se formó para impartir Mindfulness. En este tiempo esta técnica ha
irrumpido con fuerza. ¿Cuáles son sus principales aportaciones a las personas
de hoy día?
Creo que hay mucha confusión sobre el Mindfulness, y, con la globalización,
cada vez se va perdiendo su sentido original. “Es preferentemente una técnica
inspirada en tradiciones budistas, contemplativas, y está también cercana a la
espiritualidad, pero quiero decirles que ni los místicos, ni los budistas
tuvieron la intención de reducir el estrés, prevenir la recaída en depresiones,
influir en la forma de alimentarse, abandonar el tabaco, prevenir la recaída en
el consumo de drogas, mejorar el rendimiento académico de los estudiantes o
aumentar la productividad de la empresa, tal como se esta aplicando”
(Carlos Mirapeix ‘Meditación y Contemplación’).
Desde este punto de vista las psicologías llamadas de tercera
generación, (terapia dialéctico conductual, terapia cognitiva …) las están
utilizando de forma estrictamente laicas como herramienta de
ayuda para la terapia.
- ¿Crees que sería positivo que el Mindfulness se usara por los
padres en la educación de los niños y por los educadores en los centros
escolares?
Así lo indica un estudio llevado a cabo por
investigadores de la Universidad de Teesside en Reino Unido, recientemente
presentado en la conferencia anual de la División de Psicología de la Salud de
la Sociedad Británica de Psicología (British Psychological Society). Los
autores del estudio pretendían conocer el papel que puede jugar una intervención
basada en el Mindfulness dentro del contexto educativo. La investigadora
principal del estudio, la psicóloga Joanne Dunnett, afirmó: “las
escuelas pueden ser ambientes estresantes para maestros y alumnos. Este estudio
se suma a la evidencia existente de que incorporar la terapia de salud mental
como parte del currículo educativo, proporciona educación, incrementa la
conciencia y la comprensión, además de reducir el estigma".
- ¿Qué
tiempo dedicas a la meditación diaria o semanalmente?Generalmente realizo
una meditación diaria de treinta minutos por la mañana.
- ¿Cambió algo tu vida el ser
voluntario del Teléfono de la Esperanza?
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