El pasado mes de
octubre se cumplieron diez años desde que el Teléfono de la Esperanza
de Málaga volvió a 'Villa Esperanza', su sede histórica
desde la fundación de la asociación en 1976. Atrás quedó una etapa de amplia
reforma del edificio que nos llevó a poder disponer de una gran moderna, cálida
y espaciosa en la que poder llevar a cabo cada vez más actividades. Juan Sánchez,
presidente del teléfono, repasa en esta entrevista lo que supuso la
restauración de la casa, agradece todos los apoyos recibidos y se adentra en
temas de actualidad como la soledad en los tiempos de Internet y la apuesta por
atender a los mayores que viven solos.
La próxima semana publicaremos la segunda parte de la entrevista en la que nos hablará sobre su experiencia personal de más de veinte años en el Teléfono de la Esperanza.
La próxima semana publicaremos la segunda parte de la entrevista en la que nos hablará sobre su experiencia personal de más de veinte años en el Teléfono de la Esperanza.
En la inauguración
dijiste que era una casa de encuentro y recordaste su historia anterior
vinculada a un piano y a la música. Eso te dio pie para comparar el
voluntariado con una orquesta en la que todos los instrumentos deben estar
afinados para que mejore la vida de las personas y las crisis de los que sufren
sean pasajeras. ¿Qué supuso la reapertura de la sede para el
voluntariado del Teléfono de la Esperanza?
En nuestra sede, hace años se organizaban con
cierta frecuencia, conciertos privados de piano y bailes de salón. Recogiendo
esos ecos del pasado, hace diez años puse el ejemplo de una
orquesta para comenzar un nuevo concierto, donde cada músico toca un
instrumento distinto, pero unidos se consigue la
armonía. Comenzábamos nueva singladura, sin olvidar nuestro
agradecimiento a todos los que hicieron posible, desde
sus comienzos, que el Teléfono de la Esperanza de Málaga
sea hoy una maravillosa realidad. Hace diez años emprendimos la obra
de reforma, para construir una embarcación más segura y amplia, con una buena
línea de flotación, para abrirnos sin miedo a marejadas y a posibles
tempestades. El destino era ayudar y llevar a tierra firme a los que
buscan y necesitan la calma. Lo que parecía un imposible, un sueño, se consiguió
con mucha ayuda y colaboraron de instituciones públicas y privadas,
en especial subrayo y agradezco la del Excmo. Ayuntamiento de Málaga con su
alcalde Francisco de la Torre a la cabeza.
Se construyó una sede bella,
luminosa, sólida y a la vez cálida y acogedora, para ir rescatando a todas esas
personas que se ahogan en un mar violento o enseñar a nadar previniendo
posibles naufragios, y también buscar tripulantes que se enrolen en
nuestro barco, para acompañarnos a su nuevo destino, quedándose con nosotros y
aumentando la tripulación. “Ayuda mejor el que una vez se sintió ayudado”.
En esta embarcación, como entonces dije, al
igual que en una orquesta todos tienen que acometer su responsabilidad,
navegamos día y noche, en jornadas laborales y festivos, en cualquier momento
si alguien lo necesita, porque las urgencias también son siempre atendidas. Con
su rehabilitación, nuestra nueva casa se ha convertido en un lugar
de referencia en la solidaridad y el voluntariado en Málaga.
¿Cuáles han sido los
avances más importantes en esta década en ampliación y potenciación de las
actividades?
En una década nos hemos comprometido a
poner énfasis en varios retos, como son la de hacer crecer nuestra
familia, la captación y formación de voluntarios, y así
poder cubrir más adecuadamente nuestros turnos
telefónicos. Tengo que decir que en este ámbito gracias a nuestros
voluntarios somos una referencia a nivel nacional, no solo atendemos llamadas
de nuestra provincia, sino que damos cobertura y ayuda a otras
sedes. Hemos aumentado considerablemente el número de profesionales que
atienden y asesoran a personas en crisis, así como, el número de coordinadores
que permite aumentar las actividades grupales.
Todavía hay demasiada gente que no conoce el
Teléfono de la Esperanza. Por eso, unos de nuestros retos es implantar las
nuevas tecnologías que se van desarrollando en esta década lo que
supone un enorme esfuerzo para hacernos más visibles en
los medios de comunicación y en la red. Con el uso de las nuevas
tecnologías, podemos mejorar el servicio de la atención en crisis y
la promoción de la salud emocional. Este es un objetivo estratégico urgente y
de adaptación continua.
La sociedad se encuentra muy sensibilizada con
el tema del suicidio. Es un gran desafío prepararnos para ser
referentes en la prevención del suicidio. En este contexto se sitúan
los convenios que hemos firmado con la Guardia Civil, el Ayuntamiento, la
Universidad y asociaciones como TOC Granada. Estos convenios nos posibilitan
una intervención más eficaz y un uso más adecuado de los recursos porque
trabajar en red optimiza los resultados.
Otro de nuestros objetivos, es priorizar en
nuestro plan estratégico el aumento de nuestro número de
voluntarios, eso ha facilitado un mejor servicio telefónico, presencial y de
intervención en crisis, así como el número y calidad de cursos y
talleres. Mejorado nuestra comunicación interna y externa, con presencia en
todos los medios. Y un fortalecimiento institucional de la sede Málaga.
Un área muy importante que hemos potenciado en
esta década es la política económica, por eso, es un reto importante e
ineludible establecer unos criterios que permitan reducir costes e incrementar
ingresos hasta equilibrar nuestra cuenta de resultados. Ese incremento de
ingresos se ha conseguido gracias a las subvenciones y, muy considerablemente,
con mucha imaginación y trabajo en eventos y otras actuaciones para recabar
fondos. Siempre avalados por una auditoría externa y nuestro sello de calidad
que garantiza el buen uso de los recursos económicos.
¿En qué consiste el
Programa de Atención al Mayor y qué pretende aportar a los mayores?
Según un informe de la Fundación Axa y Once, una
de cada diez personas en España afirman sentirse solas. Son
personas que la sufren sin escogerla, por obligación, dándose esa
circunstancia con más frecuencia en mujeres, en paro y sin pareja.
Ante lo que ya se califica como epidemia, el Teléfono de la Esperanza ha puesto
en marcha un plan de acción que sirve de antídoto a la falta de comunicación,
Esta soledad no elegida se agrava cuando se le añade una
discapacidad, problemas personales o familiares, incluso se puede
estar socialmente acompañado y sentirse solo. El Teléfono de la
Esperanza, en su objetivo altruista de ayudar al que sufre, muestra alternativas
de relaciones humanas a la tendencia creciente del individualismo en esta
sociedad dando respuesta a esta necesidad con el acompañamiento, la
construcción de vínculos y una acción directa a través de nuestros voluntarios
y voluntarias. Ellos se ocupan de llamar a esas personas y mantener
encuentros una vez al mes en nuestra sede, donde se les anima
a acrecentar sus redes sociales y hacer frente a esta realidad
frecuentemente silenciada. La soledad no se palia con la simple compañía sea
física o virtual, la mayoría de las personas que han elegido vivir solas tienen
claro que es mejor la soledad que sentirse mal acompañado. Unamuno nos dice que
“La soledad es el meollo de nuestra esencia, y con eso de convertirnos en un
rebaño, no hacemos sino ahondarla”. Es por eso, por lo que tratamos de dar
sentido a la vida a través de los otros, fuera de ese “rebaño” y aprender a
convivir con uno mismo. Si no sabemos dominar la soledad, será ella quien nos
domine a nosotros. Hay que subrayar que los que cuentan con un adecuado apoyo
social tienen menos probabilidad de deprimirse o desarrollar otros trastornos
de salud.
Foto: https://www.lanacion.com.ar/ |
La soledad siempre
presente en las llamadas al Teléfono de la Esperanza. Hace una década ya
usábamos Internet habitualmente, pero no estaba tan extendido su uso a
cualquier hora del día vía móvil. ¿La proliferación de grupos de WhatsApp,
redes sociales y páginas de contactos ayuda a superar la soledad o la puede
acrecentar?
Internet y las nuevas tecnologías, no cabe la
menor duda, nos cambia la vida, tanto o más como lo hizo la imprenta. ¿Es bueno
el uso de las redes sociales? Creo firmemente que sí, posibilita
romper con un solo clic las barreras de la distancia y pueden enriquecer las
interacciones humanas siempre y cuando se sepa utilizar en su justa medida. El
ser humano es social por naturaleza y tiene la necesidad de conectar con un tú
y crear un nosotros, crear vínculos y relaciones afectivas con los demás.
Cuando hay un interlocutor que nos hace conectar con nuestras necesidades
básicas de afecto, valoración y seguridad, podemos decir que nos sentimos
acompañados. Cuando falta esa comunicación sana se cae en
la soledad, en la frustración e incluso en la depresión. Como dice el
filósofo Juan Arnau, “si dependes de un cacharrito todo el día no
puedes tener esa sensación de existir y vivir”. Quien busca en las
redes un reconocimiento a base de un clic está lejos de
fomentar su autonomía, a veces transita con su
soledad, buscando en las redes sociales un refugio o trinchera
relativamente segura de relación con los demás y aislándose del encuentro real
social. La relación cara a cara se hace cada vez más distante a cambio de una
idea engañosa de miles de amigos, que no son otra cosa que una falsa ilusión,
donde se producen encuentros, pero no auténticos diálogos.
Es cierto que venimos de una sociedad basada en
el sacrificio y el esfuerzo, y vamos hacia una sociedad cada vez más
alimentada por el individualismo y el hedonismo. Internet nos facilita una
comunicación más cómoda en espacio y tiempo. Si sabemos utilizar adecuadamente
esta herramienta para una información detallada, conocimientos, nuestro ocio y
conocimientos, serán actividades que nos pueden ayudar, siempre y cuando
no caigamos en la soledad encapsulada, el abandono y la frustración. Hacemos
un uso inadecuado de las redes sociales en esa búsqueda del “otro”, podemos
caer en la dependencia y un aislamiento aún mayor que puede llevar a problemas
psico-físicos similares al alcohol o las drogas, o vivir
dependientes de una exposición pública.
Muchas personas están buscando en las redes
sociales el sustituto o el placebo de unas auténticas relaciones
interpersonales, cayendo en la continua distracción. Detrás hay un
gran negocio manejado por las grandes corporaciones tecnológicas, los nuevos
dispositivos, las series... Hay que tomar distancias, y no
olvidar que la mejor conexión es la que se hace con uno
mismo y la bien compartida.
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