Juan Sánchez en una foto de Diario Córdoba. Foto: A.J González |
Este mes de diciembre, estamos haciendo balance con Juan Sánchez, presidente del Teléfono de la Esperanza, de los diez años de trabajo realizado desde la rehabilitación de la sede en 2009. La semana pasada nos habló del impulso a la rehabilitación y el crecimiento de las actividades en los últimos años. Hoy nos transmite lo más valioso de sus experiencias de voluntariado y trabajo ejecutivo de gestión y aborda el gran reto de la prevención del suicidio.
¿Cuántos
años llevas coordinando los cursos de Desarrollo Personal? ¿Qué descubres de la
gente que participa en ellos y que te da vivir en primera línea esa gran
aportación de sentimientos, emociones y, en definitiva, de vida que comparten
tantas personas en los cursos?
El ser humano está en un continuo camino de búsqueda de
intentar ser más feliz y trata de dar
respuesta a preguntas transcendentes. En ese camino de descubrimiento se
ha de partir de una buena observación de sí mismo, lejos de esos valores que
intentan vendernos una sociedad mercantilista y hedonista.
¿Cómo llegar a ser más observador de sí mismo?. Dejar de
ser el mismo de siempre, insatisfecho con algunos o muchos de los recursos
interiores, paliar vacíos y llegar a construir una imagen auténtica de mí
mismo. Ante estas preguntas las personas se acercan a recursos que hoy pueden
mejorar ese autoconcepto, utilizando técnicas bien dirigidas a ser mejor
observador de sí mismo, aquietando la mente o prestando más atención a su
conducta y a las respuestas emocionales desencadenadas por los elementos de su
entorno. Así mediante el ejercicio de técnicas basadas en la inteligencia emocional,
o el Mindfulness se llega a un mejor
desarrollo personal, a un mejor conocimiento de sí mismo, algo fundamental para
ser más feliz. Se consigue un auténtico encuentro de aceptación y compromiso de sí mismo y de
los demás.
¿Qué eco de te dejan todas esas personas que acaban un curso tan intenso en lo personal de cada uno de ellos?
Cuando hablamos de nuestros cursos de Desarrollo Personal
siempre se dice que es imposible o muy difícil explicar lo que en ellos se
comparte, no porque sea un secreto, sino porque hay que experimentarlos y una
vez que los recibes, entiendes el porqué de ese enigma. Lo cierto es que las
personas salen muy contentas, tanto, que la frase más utilizada, es: “En mi
vida ha habido un antes y un después”. Otras de las afirmaciones, es que estos
cursos, los deberían hacer todo el mundo, tanto adultos, como adaptarlos a
niños”.
Pondré un ejemplo que me inspiró Joe Dispenza. Comparo estos cursos con la metáfora que expone referente a la jardinería
y la agricultura. “Cuando cultivamos un campo sacamos la tierra apelmazada que
ha estado en barbecho y la removemos con una pala u otra herramienta. Añadimos
tierra y los nutrientes nuevos para que las semillas germinen y los retoños
arraiguen con más facilidad. Para cultivar la tierra también es necesario
arrancar las plantas de temporada anterior, ocuparse de las malas hierbas que
crecen sin que nos demos cuenta y sacar las piedras que salen a la superficie
pasando un rastrillo”.
Las plantas de la temporada anterior representan tus
creaciones pasadas derivadas de los pensamientos, acciones y emociones que
definen tu antiguo yo al que te has acostumbrado. Las malas hierbas simbolizan
las actitudes arraigadas, ideas y percepciones que tienes sobre ti que están
socavando a nivel subconsciente tus esfuerzos y que no has advertido por estar
demasiado distraído en otras cosas. Y las piedras representan las numerosas
capas de obstáculos y las limitaciones personales (que con el tiempo salen a la
superficie y te impiden crecer). Debes preocuparte de todo ello para preparar
un espacio en el que plantar un nuevo jardín en tu mente. Ya que si plantas un
jardín o un huerto sin preparar la tierra, te dará muy poco fruto.
Por tanto, en estos cursos se trata de cultivar el jardín
interior de cada uno de manera que dé buenos frutos, ser conscientes que es
imposible crear un nuevo futuro que aún no existe, si sigues anclado en el
pasado o lejos de un aquí y ahora. Esta decisión requiere un proceso y un esfuerzo que con el
modelo de cambio establecido, nos lleve
a desaprender para reaprender, en definitiva ser dueños de nuestra vida y ser
más libres.
Un grupo de seres humanos guiando a otros seres humanos a bucear en su
interior. ¿Y qué se puede descubrir ahí?
Vivo la impartición de estos cursos desde hace ya más de
veinte años, con la misma energía ilusionante del primer día o incluso me
atrevo a decir que más, aplicando una actualización continua. Hay que destacar
que no solo los imparto yo, constituimos un grupo de profesionales que hacen
posible que la calidez y eficacia de estos cursos sea tan elevada, a ellos
también transmito mi gratitud. Mi gratitud también es inmensa hacia los ya
centenares de participantes por dejarme compartir tantas experiencias personales,
y honrado con su confianza, haciéndome depositario de sus inquietudes, de sus
problemas, de sus angustias o de sus soledades, eso me ha ayudado a comprender
la complejidad del ser humano y como ante las situaciones adversas, puede
surgir la capacidad de resiliencia para no dejarse abatir por los vendavales
del infortunio.
A través de la impartición de estos cursos y de otros
compromisos con el Teléfono de la Esperanza he podido descubrir los tesoros que
se esconden en lo más profundo de las conciencias y las sorprendentes
fortalezas anidadas en el corazón humano. Tanto recibido ha hecho crecer mi propio desarrollo personal. Solo puedo reiterar una vez más
gracias por esta oportunidad que me ha dado la vida.
Voluntarios con el diputado Iñigo Allí (en el centro) en el Congreso de los Diputados |
En
los últimos años el Teléfono de la Esperanza ha hecho un esfuerzo notable por
visibilizar la tragedia de los suicidios y promover un Plan Nacional para la
Prevención del Suicidio. También lo hacen expertos y asociaciones de afectados. A nivel político parece que han sido
más receptivas autonomías como Baleares,
Rioja o Navarra. ¿Veremos un Plan Nacional de prevención en los próximos años?
Desde 2008, el suicidio es la primera causa de muerte no natural
en España, es decir aquella que se producen al margen de las enfermedades. Ha
llegado incluso a desbancar a los accidentes de tráfico. En España se suicidan 10
personas cada día, las cifras ya son alarmantes, lo que hace necesario y con
urgencia un Plan Nacional de Prevención de Suicidio y un plan a nivel
autonómico. ¿A cuánto han de subir las cifras, para que se ponga en marcha esa
decisión por parte de las administraciones? Desde el Teléfono de la Esperanza
ya lo hemos y lo estamos denunciando constantemente en todos los foros.
Considero que nuestra institución es una de las más
pioneras en este ámbito tan vulnerable. Prevenir el suicidio ha sido una de nuestras líneas estratégicas más
importantes durante casi 50 años, así lo planteé en los años que tuve la
responsabilidad nacional, tanto en la atención en crisis suicidas a través de
nuestro servicio telefónico, como la atención personal en sede a través de profesionales muy cualificados que atienden
este tipo de problemática. Somos pioneros en la formación de informantes claves
en Ayuntamientos, Policía Nacional, Guardia Civil, sanidad, centros de
enseñanza…Otra de nuestras actuaciones es la atención a los supervivientes de un
suicidio, con un acompañamiento muy personalizado en este duelo tan específico, y la constitución
de grupos de ayuda donde se facilita la
expresión de sentimientos que difícilmente se pueden expresar en otros ámbitos.
¿Cómo
lograste compaginar las tareas de gestión de ASITES y el Teléfono de la Esperanza
de Málaga?
Como voluntario del Teléfono de la Esperanza, hace más de veinte años, he intentado ser fiel
a una opción personal enraizada en unos valores éticos que he considerado
importantes en mi vida. He ofrecido mi tiempo y los modestos conocimientos sin
esperar otra retribución que no sea ser coherente con lo más hondo de mi
conciencia. Ocupando cargos de responsabilidad como vicepresidente nacional, presidente
nacional y presidente de Málaga. Asumí la responsabilidad de ASITES durante seis
años en unos momentos no precisamente fáciles para la asociación.
Para poder asumir ese liderazgo de gestión, en primer
lugar tengo que agradecer a quienes en mí depositaron la confianza, como fue la Asamblea y Junta
Directiva de ASITES. Llevar adelante esa tarea, compaginar mis
responsabilidades a nivel nacional y local, hubiera sido muy difícil, sin el
apoyo y esfuerzo de personas que asumieron responsabilidades de organización,
que posibilitara abordar los problemas que iban surgiendo día a día, con el fin
de mejorar nuestros servicios y atender
a quienes, confían en nosotros y reclaman nuestra ayuda.
Contar con buenos compañeros de viaje ha sido fundamental
a lo largo de estos años. Me siento tan agradecido como orgulloso de poder
estar rodeado durante el periodo de mi presidencia en ASITES a nivel nacional,
como en Málaga, de personas admirables, de gran calidad humana, bien
identificados con los valores del Teléfono de la Esperanza, siempre generosos
en su esfuerzo y sin ninguna reserva cuando se ha tratado de compartir
responsabilidades y tareas.
Desplegar toda la actividad de cursos, talleres y grupos de autoayuda no sería posible sin la aportación de los voluntarios
Nunca hubiera podido dar el paso a la presidencia
nacional sin contar con el apoyo de los voluntarios de Málaga, y nunca podré
agradecer lo suficiente la lealtad con que siempre se me ha honrado. He de
hacer especial mención a cada uno nuestros voluntarios, y a los Consejos de Centros constituidos en estos años.
Permíteme no nombrar a personas, para no caer en olvidos, aunque tengo que hacer un reconocimiento especial a
la vicepresidenta de Málaga Julia Alonso, por su esfuerzo, apoyo y colaboración.
Me marché voluntariamente de la presidencia nacional, tranquilo y con la conciencia de haber dado
lo mejor de mí mismo. Se cerró un ciclo en el momento que consideré más
oportuno con la tranquilidad de ceder el testigo a quienes mejor pueden ofrecer
un mejor servicio al Teléfono de la Esperanza para responder a las exigencias
del momento presente, y construir un buen futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario