sábado, 19 de noviembre de 2016

CON OTRAS GAFAS / Dios de la paz, no del odio y el terror


Líderes religiosos asistentes a uno de los encuentros. Foto: www.elpais.com

Madrid y Alicante han sido esta semana los escenarios de una esperanzadora cumbre de líderes religiosos. Representantes de las tres "las religiones del libro", las tres confesiones monoteístas que se identifican con el profeta Abraham, se han comprometido a ser instrumentos de paz en la educación y la convivencia cotidiana en Israel y Palestina, la Tierra Santa. Ya en el post 'Religiones contra el fanatismo terrorista' nos hicimos eco de la importancia de este tipo de encuentros porque las confesiones religiosas construyen sistemas de valores y creencias que están en las culturas de diversas zonas del mundo e influyen en la convivencia.
La novedad de los encuentros en España radica en que los representantes de judíos, cristianos y musulmanes son líderes en una región que lleva décadas en conflicto. La población sufre de forma constante el odio al diferente, al otro. Se trata del presidente del Centro Adán para el Diálogo Interreligioso en Gaza, Imad Al-Falouji; el rabino de Jerusalén, Michael Melchor, y el arzobispo católico de Jerusalén, William Shomaly; además del Alto Representante del Secretario General de Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones, Nassir Abdulaziz Al-Nasser.

El documento consensuado indica que «las tres religiones son responsables del establecimiento de una convivencia pacífica» y que los líderes religiosos tiene la obligación de fomentar «una vida de respeto mutuo basada en la justicia y la seguridad, en el espíritu de la palabra de Dios, tal como nos fue transmitida por sus profetas».
Sobre el uso de las religiones por los terroristas, advierten que «la violencia que se ejerce, supuestamente en el nombre de Dios, es una profanación de su nombre, un crimen contra aquellos creados a Su imagen y un envilecimiento de la fe», y subrayan que «los únicos medios adecuados para resolver los conflictos y el desacuerdo son la negociación y la deliberación».

Tras pedir el «cese de la incitación, de la tergiversación y la distorsión de la imagen del otro y del vecino», los firmantes se comprometen a «educar a las futuras generaciones en la preservación del respeto mutuo», al tiempo que demandan «una solución que reconozca el derecho de ambos pueblos a existir con dignidad».

La noticia es una invitación a construir caminos de esperanza para pueblos que llevan décadas sufriendo por el fanatismo, el odio y la violencia.


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