Con motivo del Día internacional contra
toda forma de violencia hacia las mujeres, la Coordinadora de ONGD, DENUNCIA:
– Que las actuales políticas de ajuste
estructural generan múltiples violencias contra las mujeres, tanto en nuestro
país como fuera de nuestras fronteras. Estas violencias suponen ante todo una
gravísima violación de los derechos humanos.
– Que la situación en el ejercicio de
los derechos de las mujeres en el contexto global está experimentando un grave
retroceso.
– Que los feminicidios han crecido
alarmantemente en los últimos años, sobretodo en la región de América Latina. El
98% de los casos quedan impunes.
– Que la equidad de género ha
sufrido graves recortes dentro de nuestra cooperación internacional al
desarrollo. El compromiso político en esta área ha de ser coherente con una
política nacional que defienda, garantice y promueva los derechos de las mujeres.
– Que no se está teniendo en
cuenta al movimiento feminista en las actuales negociaciones sobre
el Pacto de Estado contra la Violencia de Género a nivel nacional.
Algunos
datos:
·
A nivel mundial, el 70% de las personas pobres
son mujeres.
·
La violencia de género es una de las
principales causas de muerte entre las mujeres de 15 a 44 años, por
delante del cáncer, la malaria, los accidentes de tráfico y las guerras.
·
El 35% de las mujeres en todo el
mundo ha sido víctima de actos de violencia física y/o sexual.
·
Se estima que 200 millones de niñas y mujeres han
sufrido algún tipo de mutilación/ablación genital femenina en 30 países.
·
La situación que enfrentan las mujeres
migrantes y refugiadas es de extrema vulnerabilidad.
·
Entre 40 y 50% de las mujeres sufren
insinuaciones de carácter sexual, contacto físico no consentido, u otras
formas de acoso sexual en el trabajo.
En el Estado Español, el 90% de los
hogares con una persona adulta e hijos/as a cargo están sustentados por mujeres
y son los que afrontan un mayor riesgo de pobreza. El empobrecimiento de las
mujeres asalariadas es el resultado de su concentración en los salarios más
bajos a lo largo de su vida laboral.
·
Los enormes recortes sufridos por las
políticas de género, repercuten gravemente en el abordaje integral de las
violencias de género.
Contexto y tendencias peligrosas
Los últimos años de crisis económica y
social, en combinación con las políticas neoliberales, han reforzado el sistema
capitalista patriarcal, basado en la acumulación del capital y el consumo
ilimitado, en detrimento de la sostenibilidad. Un modelo que se ha olvidado de
los seres humanos y que se basa en la expropiación de los derechos y la
explotación de las mujeres de todo el mundo.
A los recortes en servicios públicos
realizados en los últimos años, se une un ascenso de las fuerzas políticas
restrictivas de libertades. Estados Unidos, con el ascenso del misógino
Trump; Polonia, con su amenaza de prohibir el aborto; Turquía, con el debate en
torno a la amnistía a los violadores que contraigan matrimonio con su víctima;
y otros muchos como Argentina, Brasil, Alemania o Francia, donde el
conservadurismo asciende peligrosamente. Estos casos son claros ejemplos de
cómo estas fuerzas promueven políticas regresivas de libertades y derechos, en
particular de las conquistas en pos de la igualdad entre hombres y mujeres.
Mientras los feminicidios –que
son la expresión más brutal de violencia contra las mujeres- aumentan, las
instituciones se muestran cómplices al no poner los medios para prevenir y
combatir esta lacra. Es urgente incidir para que los Estados cumplan con sus
obligaciones de promover acciones de prevención, medidas de protección de los
derechos de las mujeres y acciones claras contra la impunidad.
Violencias con nombre propio
En 2015 la violencia patriarcal y
machista se cobró la vida de 112 mujeres[1] (101
feminicidios y otros 11 asesinatos de mujeres). De este total de 112 casos,
sólo el 54% forma parte de las cifras oficiales, debido a que la Ley Orgánica
1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género solo
reconoce los asesinatos de mujeres en el marco de la pareja o expareja.
En lo que llevamos de año se han
producido en España 92 feminicidios y asesinatos de mujeres a
manos de hombres. Estos asesinatos no son simples números. Tienen rostro y
tienen nombre.
Juana Monge de 54 años ha sido la última
de las mujeres asesinadas en España hasta la fecha. Había denunciado, tenía
orden de alejamiento activa y seguimiento policial.
Vanessa Ferrer Ciges de 15 años, fue
hallada muerta en el fondo de una sima. Fue asesinada por un amigo porque no
quiso tener relaciones sexuales con él. Su caso no está reconocido oficialmente
ya que no eran pareja.
Queremos recordar también a las mujeres
asesinadas fuera de nuestras fronteras, en todos los continentes, especialmente
a las compañeras de África, Asia y América Latina, mujeres como Berta Cáceres y
otras muchas mujeres anónimas que han visto arrebatada su vida por el hecho de
ser mujeres.
Aprovechando la voz que nos da este
manifiesto queremos dar a todas estas mujeres asesinadas por la violencia
machista el homenaje de recordarlas, al tiempo que nos unimos en la lucha
feminista las que seguimos vivas.
Si bien, el feminicidio es la parte más
visible de la violencia, hay que partir de la base de que, para llegar a ese
punto, antes las mujeres se enfrentan a múltiples violencias.
Algunas de esas son explícitas, como las violaciones, las agresiones físicas, los
insultos, los abusos sexuales, etc. Otras, sin embargo, son más sutiles e
invisibles como la humillación, la desvalorización, la culpabilización, la
anulación, el lenguaje sexista, los micromachismos y un largo etcétera.
Por esta razón, no podemos hablar de
violencia en singular, sino que se trata de diferentes violencias que adoptan
diferentes formas y que siempre son ejercidas por hombres que, aprovechando la
desigualdad e inequidad de género imperantes a nivel global, ejercen su control
y dominio sobre las mujeres. Estas violencias se producen en diferentes
ámbitos: íntimo, familiar, social, estatal; ya que hay una base de violencia
estructural que está perpetrada o tolerada por el Estado.
Lucha global
La violencia contra las mujeres y las
niñas es la violación de derechos humanos más generalizada
internacionalmente; es un problema con dimensiones de epidemia mundial. A
pesar de ello, sigue siendo una situación naturalizada, que en algunos casos
queda invisibilizada, sobre todo cuando se trata de violencia sexual o no
abordada de manera diferenciada u oportuna por los estados, como es el caso de
feminicidio.
Desde distintas regiones del planeta,
los movimientos feministas y de mujeres continúan luchando por el derecho de
las mujeres a vivir libres de violencias machistas. Su lucha articulada y
constante ha conseguido importantes logros a pesar de los silencios,
conflictos, amenazas y en algunos casos asesinatos a mujeres defensoras de sus
derechos. Hay muchos éxitos que celebrar que se traducen sobre todo en marcos
normativos favorables, políticas y en una mayor sensibilidad de la sociedad. A
pesar de ello, todavía hay muchos retos y nuevos desafíos ante el avance de
grupos fundamentalistas políticos y religiosos que con sus propuestas vulneran
los acuerdos y convenciones de derechos humanos de las mujeres y ponen en
riesgo de manera sistemática sus vidas y autonomía.
Por eso, un año más, el 25 de noviembre, nos
unimos a la lucha global contra las violencias de género que son
múltiples y se producen en todo el mundo. Exigimos a los gobiernos una apuesta
firme en contra de la desigualdad que desarrolle políticas sociales que
promuevan acciones de prevención y educación en igualdad y no violencia,
protejan a las mujeres y actúen contra la impunidad. Alentamos a toda la
ciudadanía a sumarse a la lucha contra las violencias hacia las mujeres que son
un crimen contra la Humanidad y por tanto, nos conciernen a todas y a todos.
Solo así conseguiremos sociedades realmente justas y generaciones futuras
conviviendo en igualdad.
En Málaga, la manifestación, convocada por la Plataforma 'Violencia Cero', partirá a las 19.30h de la Plaza de la Merced.
Súmate y exige que
no haya ¡Ni una menos!
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